Una de las cosas que parecen claras es que será muy difícil solventar el universo de retos que la Humanidad tiene planteados si se perpetúan las reglas actuales de comportamientos, y más genuinamente de "valores" en general, es de esperar que si nada cambia en la manera general de conducirse a las sociedades, lo más probable es que los conflictos, que ahora se están iniciando, irán a más, así como los problemas generales de agotamiento de recursos y de daños al medio-ambiente global
Pero como muchos llevan incidiendo, el problema no es de las élites, el problema fundamental es de las personas que conforman las sociedades, pues las élites "viven", se seleccionan o prosperan, según las escalas de valores vigentes en las sociedades, son a imagen y semejanza de las sociedades de donde surgen, a la vez influenciando y recibiendo influencias del común de la sociedad, no son extraterrestres
No se puede tratar de solventar los problemas de nuestra sociedad en el sentido de que sólo son "los poderosos" los que deben cambiar su conducta o su forma de pensar, y mientras tanto el resto de las personas podemos permanecer con nuestras escalas de valores intactas, partiendo del falso supuesto de que son distintas a las de los "poderosos", esto no puede funcionar de ninguna manera, por que no es cierto, pues no cambiará el marco que sustenta la dinámica actual de las escalas de poder. Y es que todo el sistema de gestión del poder se basa en la "legitimidad" del orden establecido, que se justifica ni más ni menos que atendiendo a la escala de valores,o dicho de otra forma, a los "deseos" y "aspiraciones" de la sociedad en su conjunto
Del estudio de los principales retos a los que, como especie, nos enfrentamos (ver mi último post al respecto), parece que la búsqueda desmedida del enriquecimiento material y el consumismo (como manifestación de esa riqueza material), están en la base de una deriva insostenible del planeta, y que, además, en muchísimos casos es fuente de la disconformidad, frustración y descontento, de muchas personas con su propia vida, en la aparente distancia entre las aspiraciones y los logros, que es donde, en apariencia, debe residir el cúmulo de conflictos que producen el malestar y el dolor humanos
Debemos analizar en detalle como se forjan los valores de la sociedad, y como éstos se transmiten de generación en generación, creando las condiciones, las reglas del juego por las que se conducen las sociedades. Por otro lado es importante detenerse en la forma en que cada persona define su situación en el mundo, la manera en que cada uno llega a definirse a sí mismo y sus fines vitales
Empezaré por una recapitulación sobre la manera en que se basa en gran parte el modo de pensar y de obrar del Hombre, en la fuerza impulsora de su acción social en el mundo
Hegel se dio perfecta cuenta de que la fuerza primaria en el ser humano es el Deseo, que el deseo desmedido es el que está detrás de las motivaciones humanas, es lo que "guía" lo que imprime "sentido" a la forma de actuar, pues la razón en sí no puede definir un sentido teleológico a la acción, sino que soporta el universo de "sentido" y las "representaciones" que el universo de los deseos de la persona construye a lo largo de toda su vida. Así pues el universo de las razón, en el extremo, podríamos definirlo como el universo de las "coartadas" justificatorias de los deseos
Ahora bien Hegel, en su abstruso libro de "La Fenomenología del Espíritu" llega a la conclusión de que el deseo del ser humano es un deseo peculiar, no comparable con el del resto de animales o de la Vida en general, el Hombre es un "deseo que desea deseo", es decir, el hombre, como animal social, se define en tanto el "otro", su universo es social, y por tanto, configura el universo de los deseos según los deseos de los otros, y quiere ser, a la postre el "fin" de los deseos ajenos
Aclaro que Hegel usa en ese libro el que él llama "método dialéctico", con el que trata de buscar una base a las afirmaciones anteriores, pero puede detectarse el fallo interno de los argumentos, puede verse como los engranajes no están ajustados y como las secuencias causales no se sostienen, por mucha palabrería que se use en el intento. Hegel intenta usar un método "racional" de alguna manera irrefutable, que hace aguas por todos lados, todo por no reconocer que sus conclusiones son fruto de una observación "de psicólogo"
En la "Dialéctica del Amo y del Esclavo· incluido dentro de la "Fenomenología del Espíritu" Hegel hace un intento de descripción del fenómeno del cambio histórico, que de alguna manera estaría inscrito en la "lucha por el reconocimiento" en el sentido de que la intención de los contendientes es constituirse, debido a la desigualdad final alcanzada, en el "deseo" del otro, al constituirse uno en "amo", y postrado el otro irremisiblemente en su condición de "esclavo". Evidentemente se trata de términos alegóricos pero definen la causa última de la lucha por el predominio que de alguna manera es el motor de la Historia, entendida como la secuencia de los conflictos humanos a gran escala (política)
Hegel reduce el argumento anterior a la lucha por la situación (poder) social, entendida, como lo entendieron los marxistas que pasaron a entender esta lucha en términos de "clase" más que de individuos, como un ejercicio del predominio y de la dinámica del poder socialmente constituido. No obstante, yo por mi parte pienso que el argumento es extensible, con matizaciones, al universo de las humanas acciones, pues si en vez de la vía de la "lucha" pasamos a la de la "seducción" encontramos ese mismo universo de "deseos que desean deseos" actuando en el resto de las actividades no relacionadas con el poder en sí, aunque sí con la "autoestima"
Pensemos que la actividad de las personas, que su actuar diario, el enfoque de sus pensamientos y acciones, se podría definir en una búsqueda insomne de la auto-estima a través de la estimación ajena, al usar el término "la estimación ajena" no entiendo el "común" o en general la "opinión pública" sino el conjunto de individuos o el marco social "estimable" por parte del sujeto, es decir, aquellos de los que el sujeto considera que su opinión sobre él es "valiosa"
Así en muchos casos esto se consigue con actividades y acciones que no están directamente ligadas a la búsqueda del "poder", la riqueza, o al predominio social en general, sino que se basa en la "seducción", ahí debemos incluir las actividades artísticas, los escritores e intelectuales, los "santos" y "profetas" (pobres o no), etc....Lo que subyace en el fondo es una necesidad, muchas veces insconsciente, de la estimación ajena, de aquellos que consideramos que su reconocimiento es "estimable"
Creo que debo explicar por qué sostengo lo comentado en el párrafo anterior, pues parece una explicación que pone en duda gran parte de la presunta "santidad" de muchas actividades creativas o intelectuales alejadas de la búsqueda del poder, y parece como si las "devaluara" por decir esto (nada más lejos de mi intención)
Parece aceptado por la comunidad científica y la sociedad en general, que el ser humano es un "animal social" , que, al nacer, es un "libro en blanco" y la construcción de la propia personalidad es una labor que depende del concurso de los demás
Como aparece descrito en otro de mis post, el niño nace con una sed infinita de interacción, hasta el punto de que su propia vida peligra si no se da esa interacción en forma de contacto de la piel en las primeras semanas de vida (ver el vídeo incluido en ese post), incluso aunque se provea al bebé de comida, bebida y cuidados desafectivos. En ese mismo post se mencionan estudios que describen como la propia formación del cerebro está muy relacionado con el marco afectivo que rodea al niño, en especial en los 2 primero años de vida, y esto es así por la inmensa dependencia que tiene el niño de sus cuidadores (padres), es decir, el niño, el futuro ser humano, se configura de manera indeleble, por la relación con los demás, en particular tienen un peso inmenso las primeras experiencias, que van a conformar el marco del desarrollo emotivo del niño para toda su vida y condicionarán su socialización futura
Bien el proceso de socialización, de "aculturación" en el niño está sujeto a los mecanismos de "premios y castigos", el niño, en su afán por ser querido y por otro lado para evitar ser castigado, va adquiriendo el universo de normas, reglas y valores que conforman la cultura en la que ha nacido, es un mecanismo perfectamente natural y universal
Por otro lado, es en el fondo el "amor", es decir, la necesidad de una interacción afectiva positiva con los cuidadores (padres), como método de evitar la angustia innata, lo que hace a los niños perseguir la aprobación de los padres. Evidentemente no estoy hablando de los casos patológicos donde esta relación se ve truncada por el maltrato, abandono, etc...donde el niño desarrolla otro conjunto de mecanismos de defensa que le desarrollar lo que podríamos describir como emociones "anti-sociales"
Es hora de saltar al argumento respecto a la "fuerza impulsora del actuar", y es que el conjunto de los mecanismos de socialización/aprendizaje basados en la dependencia del niño de los padres, y por tanto de la búsqueda de su "amor", en forma de "seducción", es lo que hace que el niño haga crecer su seguridad, su auto-estima por medio de la estimación ajena (en principio de los padres), y este juego, ya firmemente instalado en la estructura anímica del niño, perdurará para siempre y forma la base de mi argumento sobre lo que, en el fondo, impulsa a las personas a ser lo que son o actuar como lo hacen
Sólo los niños que ha perdido este "juego", aquellos que desgraciadamente se ven privados de las recompensa del afecto, del "reconocimiento" (usando la terminología Hegeliana), se ven abocados a un comportamiento destructivo en la relación con los demás; es decir, es en el déficit, en la ausencia del "amor", donde hemos de buscar el origen del "mal", entendido como la capacidad de hacer daño, causar dolor como fin en sí mismo
El niño desposeído del amor sufre la mayor injusticia posible, destructora de cualquier empatia con los demás, y así el niño que ha vivido en el amor mantendrá despierta la compasión por el otro que sufre, pero el que no lo ha tenido en su infancia, sólo buscará extender, en los demás, su propio sufrimiento
Creo que es muy importante la gradación y la manera en que se ejecuta el juego del aprendizaje y sus contrapartidas afectivas, es decir, si el "juego" del aprendizaje se ciñe mucho al "premio y castigo", si el niño percibe que la base fundacional de los afectos no es algo "inherente" sino que se sitúa exclusivamente en el ámbito de los "premios y castigos" estaremos consiguiendo formar a alguien "competitivo" orientado al desempeño como fuente quasi única de auto-estima, donde esto se convertirá en algo obsesivo, con un empobrecimiento manifiesto del universo de los afectos, en tanto en cuanto afectos auto-sustentados y no sujetos al escrutinio social
Hay que amar a los niños "sobre todas las cosas" hay que llegar a suspender el juicio en muchas ocasiones, hay que parar de juzgarlos, por que ellos deben percibir que nuestro amor es incondicional, "sin juicio", sea cual sea, al final, el resultado de sus actos. Esta es la manera de conseguir que, en el futuro, de adultos, las inevitables caídas, el inevitable dolor, los reveses de la vida, los "fracasos", las formas de relativa pobreza material, se puedan sobre-llevar, se puedan sostener mejor y superarse en virtud del sentimiento de que no todo es "éxito"o "fracaso", que puede existir un ámbito donde es el genuino afecto, sin premio, sin motivo, sin juicio, el que habita y nos consuela
Pienso que son inevitables el premio y el castigo, o la "represión" usando el lenguaje Freudiano, para el aprendizaje de las reglas y conocimientos culturales, pero éstos deben ser leves, y no deben enmascarar la verdadera esencia de los afectos, "que no se compran ni se venden", sólo así tendremos a personas que verán el mundo desde otra perspectiva más allá del "éxito", o al menos relativizarán sus "fracasos"
Tengo una hermana, profesora de infantil, con un íntegro afán de mejora continua, tanto de su profesión como de su persona, que me dice que el aprendizaje debería ser más un "juego" que un "trabajo", sobre todo en los primeros años escolares, al objeto de evitar los perniciosos efectos de la coacción, y las escalas valorativas del mérito, y, según ella, se debería apostar por un aprendizaje basado en la dinámica del juego, donde el propio aprendizaje y la diversión que se crea, establecen un "premio" autosostenido para los participantes, más allá de la dialéctica de premios y castigo externos a la actividad, que dejan rezagados a los que, por su propia estructura mental, emocional o de aprendizaje, se quedan atrás en los contenidos educativos "estandar", pues la inteligencia es algo variado, no estandar, y no tiene por qué seguir los patrones de aprendizajes socialmente orientados desde las instituciones
La verdad que hay muchas personas que piensan así y todo esto tiene bastante sentido, adjunto una charla del profesor Ken Robinson que trata de este mismo asunto y considero de lo más interesante:
Este profesor dice además algo muy interesante respecto al problema de la "creatividad", y es que el mundo al que vamos, se vislumbra una edad "post-industrial" donde los empleos "convencionales" tenderán a automatizarse, a ser sustituidos por máquinas, donde, es de esperar que lo que no sea automatizable sean las actividades más "humanas" y son aquellas basadas en la creatividad, el arte, la cultura, la artesanía, lo que hace verdaderamente único al ser humano y, por tanto, no son automatizables en el sentido de que son verdaderamente un "enigma" para el hombre, como la música, o la poesía. Afirma que en el sistema educativo
Otra cosa es que los "premios", en el futuro, a esas actividades creativas, se atengan al mismo patrón actual de beneficio/enriquecimiento, que lo dudo, pero es que en el caso de las actividades vocacionales, el factor "premio" pierde mucho de su encanto, pues es el mismo ejercicio de la profesión lo que premia
Hay otro matiz adicional en la educación de los hijos que es muy importante, y es que, más allá del discurso "formal" que hacemos a los niños, y una presunta escala de valores que decimos defender, los niños tienen un fino olfato para la hipocresía, de tal forma que las escalas de valores que toman, al final, no son las de las charlas, discursos o lo manifestado de forma consciente, sino la que se deduce de los actos, de la forma de proceder con ellos mismos y con los demás; y así, de nada sirve relativizar la riqueza ajena en su presencia cuando perciben las formas de envidia respecto a los que más tienen, o la discrepancia fundamental entre lo que se defiende como "ecológico" y "sostenible" y lo que luego, efectivamente se hace, por poner sólo algunos ejemplos, y es que es así como la lección primera que se aprende es la de una profunda hipocresía "políticamente correcta", y esta es la peor lección a enseñar
Al final he llegado a la conclusión que los llamados al "igualitarismo", a acabar con la "desigualdad" pueden ser incluso síntomas de una forma nefasta de envidia, que esconde una excesiva valoración de lo que otros tienen, y es ese el sentido como debe leerse la frase de Jesús "dad al Cesar lo que es del Cesar", refiriéndose al dinero, queriendo decir, "nosotros no valoramos eso, no forma parte de nosotros, eso es cosa del Cesar y los suyos" por que, si se le da excesiva importancia a la desigualdad, al dinero, caeremos en el juego de los que sólo esperan su oportunidad para disfrutar de los beneficios de la desigualdad, es la misma lógica legitimadora del poder y la lucha económica, y la que en el fondo ha hecho siempre inviable una sociedad igualitaria, ya que el problema de los valores discurría subterráneamente, de fondo
Al final claro, me resulta difícil pensar que pueda haber digamos "soluciones colectivas" a las problemáticas existenciales, pues una sociedad no se cambia así como así, y las inercias y fuerzas que sostienen son inmensas, pero sí creo en las soluciones particulares, y tal vez su suma pueda mejorar, al menos un poco, el mundo
Por otro lado ha habido intentos históricos de revertir la forma de pensar de toda una sociedad por vías expeditivas, por ejemplo Mao era consciente de la dificultad de sostener un sistema comunista igualitario por la propia constitución "burguesa" de los seres humanos, debidos, sobre todo, a la institución familiar; y por ello decidió, en su tristemente famosa "revolución cultural" crear un "hombre nuevo" orientado a la igualdad y al comunismo, y para ello no había más camino que hacer que la educación de los niños fuera ajena a la familia, destruir el vínculo familiar para así obtener seres humanos moldeables y orientados a las ideas del "partido". Esto fue, como puede preverse, un verdadero desastre humano, pues no hay nada peor que intentar "inventar" al Hombre, enajenarlo de la propia naturaleza, del normal curso de su evolución, como si las familias, la interacción de los afectos padres-hijos, fuera algo contingente en toda la evolución no ya del Hombre, sino de los primates y de los mamíferos en general
Pero es que si pensamos, al menos desde mi escala de valores particular, que se puede mejorar la ética, los valores de los seres humanos, esto debe venir necesariamente de un reforzamiento de los vínculos afectivos familiares, no a la inversa
Pienso que si se ha conformado una determinada estructura de valores, se han creado los "juicios sintéticos a priori" de las motivaciones de la propia conducta, se hace difícil cambiar de forma importante, la propia forma de operar y pensar; por que lo que echamos en falta en nuestra sociedad no son cambios del contenido de las ideas, de la "razón", de aquello que sabemos o conocemos, me temo que para evitar gran parte de los riesgos y conflictos actuales, se hace preciso una transformación Etica de fondo que requiere una transformación más amplia de las esferas emotivas inconscientes (por tanto un "automatismo")
Como ya he comentado en otro post, en el pasado para llevar a cabo las restricciones al comportamiento, a la acumulación de riquezas, a la desigualdad exacerbada, las sociedades "primitivas" tenían el automatismo del universo mítico envolvente que regía la ética de los comportamiento y establecía los límites a la conducta, el "pecado" o el "tabú" eran el automatismo que evitaba, en gran número de casos, los conflictos
La sociedad occidental, en virtud del desarrollo científico de los siglos XVI al XVIII, destruyó la mitología reinante, como paso previo de la burguesía para la destrucción de la legitimidad mítica del orden estamental feudal (abordé ya este asunto aquí). Y es hasta el siglo XVIII donde el enriquecimiento en general se consideraba "ilícito" y estaba penalizado o devaluado por el universo ético cristiano ("es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los Cielos"), esto desaparece a partir de ese período donde, de hecho, la aspiración al máximo enriquecimiento se considera la más legítima de las aspiraciones, por que estaba en la base, por tanto, del origen de la "riqueza de las naciones" (Adam Smith), del "placer" ( que equivale a la felicidad según Bentham) o del progreso en general
Allí donde ha llegado la forma de vida occidental (es decir, en todo el mundo) se ha implantado el mismo modelo que ha conllevado la destrucción de las cosmivisiones míticas que hasta entonces tenían la función del establecimiento de las escalas de valor éticas, y se ha sustituido por la cosmovisión pretendidamente "científico-racional" de la sociedad occidental
Es decir, pienso que es condición sine-qua-non para que suceda un cambio social a otro tipo de modelo socio-económico, que se aborde el problema de la educación, sobre todo desde el aspecto familiar; sin este cambio, que debe conllevar una cierta "relativización" del concepto de "éxito", relacionado con la "desigualdad" y su (presunta) problemática, veo prácticamente imposible elevar el estatuto ético de la sociedad, y poder asumir otro tipo de valores que conlleven una mayor implicación con la suerte ajena y con el planeta
Es a partir de esa base, donde podría ser factible el establecimiento, ya no con un fundamento mítico, de una escala de valores que mejorara, en general, la vida de las personas y evitara la destrucción de la riquezas naturales del planeta
Por tanto no creo en una dinámica de imposición de una base ética vía "revolución" política o similar, ya que los aspectos inconscientes (podemos llamarlos afectivos o "irracionales"), que sostienen el universo ético no se cambian por un cambio político, sino que suelen empeorar, como se ha visto hasta la saciedad en la Historia. Según mi punto de vista, el proceso apropiado tiene más que ver con una "reforma", gradual de la mentalidad, aunque pienso que, hasta ahora al menos, la sociedad (al menos en su forma institucional) va dando pasos en el sentido contrario a lo indicado anteriormente y en todos los sentidos vamos ahondando en condiciones que promueven un comportamiento egoísta, consumista, hedonista, competitivo y acrítico, ahondándose así en la problemática en la que estamos inmersos y en los conflictos, que todo apunta a que tenderán a agravarse cada vez más, porque el hecho de que una dinámica se piense que puede ser conveniente, esto no tiene porqué suceder
En suma no soy optimista sobre la marcha de la sociedad en general, pienso que los problemas y retos planteados van a empeorar mucho y temo que asistiremos a situaciones dramáticas, que durarán bastante en el tiempo, y es probable que esta dinámica destructiva puede ser, en muchos casos, contraproducente para una evolución ética a mejor de la sociedad, dado el cúmulo de sufrimientos y conflictos que se entablan, aunque no obstante creo que TODOS debemos de poner de nuestra parte para tratar de mejorarnos nosotros y el mundo