La esencia última de la eficiencia económica de las sociedades es de índole “cultural” (en el sentido antropológico) y reside en los “valores” subterráneos (inconscientes) de las sociedades, usando el término “valores” en el sentido de Max Scheler
En la actitud consciente, en la epidermis de los discursos éticos, por ejemplo en la sociedad española, se hace una valoración positiva del esfuerzo y una apuesta por la iniciativa. Pero esa hipocresía no “funciona”.
En el lenguaje familiar, en los comentarios entre dientes, se destila la envidia por el que da el “pelotazo” sin dar un palo al agua; es la envidia por el pícaro que siendo un completo inútil llega a concejal de urbanismo y se forra él y hasta 3 generaciones de sus descendientes en pocos años; se deja traslucir la envidia del “universo” zafio del Gran Hermano y esos famosos que no saben de nada ni hacen nada; hay una envidia soterrada de las sociedades mafiosas y ventajistas, clientelistas y parásitas, toda esa envidia y desidia es la que permea la mente del niño y da “forma” a su “visión del mundo” y la forma última de su Etica y modo de actuar “ad infinitum”…Por que el niño aprende en seguida a distinguir los valores "reales", con el sustento profundo del deseo, de los valores "políticamente correctos", falsos e inútiles de los que sólo se habla pero nunca se siguen
Si esperamos que la Etica la imponga o sea un asunto de la policía la llevamos clara….Tiene que haber un automatismo previo para que sea efectiva; en primer lugar por que ¿quien controla a la policía, los jueces y los legisladores?¿de qué madera están hechos?; y por otro lado el esfuerzo, el coste de mantener la tensión ética basada exclusivamente en la represión es insostenible. Esto no funciona ni ha funcionado nunca
Lo que trasciende la intensidad de las crisis, la capacidad de recuperación de los países, la capacidad, en suma, de generar riqueza, está insertada en los genes culturales pruriseculares que tienen una inercia centenaria. Y es ahí donde hay que actuar a fondo, o bien reconsiderar qué queremos de nuestra sociedad, puede que la respuesta no sea la acumulación de capital o un mayor nivel de vida
El problema del Dolor se inserta en la frustración, en la distancia insalvable entre las aspiraciones y los logros. Puede que haya culturas que deban rebajar las expectativas para que sean consecuentes con los logros a su alcance; cosa que veo difícil, dado que, aunque la pervivencia de los “valores” es larga, la de los deseos se acelera con suma rapidez gracias a los medios de comunicación y su capacidad de seducción, con sus modelos de éxito basados en la tenencia de bienes “envidiables”
Hay economistas, como Alexander (Lula) Kojève, que han estudiado al hombre, y sus culturas, y después ha definido, o ayudado a definir, toda la estructura inicial del Mercado Común (no la que hay ahora). Ese, pienso yo, es el tipo de economistas que “coge el ganso por el cuello” (como decía Lutero referido a las verdades teológicas)
Kojève impartió un seminario modélico sobre la Fenomenología del Espíritu de Hegel, que recomiendo, por que, como he tenido ocasión de verificar con su lectura, tiene la capacidad de clarificar el pensamiento de Hegel sin que nos perdamos en su confusa jerga filosófica “a la alemana”
Kojève, en su paráfrasis de Hegel llega a decir cosas que Hegel no dijo, pero que son un acierto trascendental, como aquella parte de la Dialéctica del Amo y del Esclavo (el texto más famoso de la Fenomenología del Espíritu), donde llega a la conclusión que lo que verdaderamente distingue a los hombres de los animales no es la inteligencia, entendida esta como la capacidad de encontrar relaciones causales, sino el DESEO, que es el que impulsa al hombre "hacia sí".
Pues por el mero establecimiento de relaciones causales NO se puede llegar a un "yo" que inaugure la auto-referencia, la sólida base del existir trascendente
Pues la forma última del deseo humano no persigue una realidad, un algo material, sino que, en palabras de Kojève "Es un Deseo que Desea Deseo" (Kojève voluntariamente usa Deseo siempre con mayúsculas en sus textos), ahí reside el trasfondo último de la naturaleza humana como existencia según los ojos de los otros, la conciencia de una realidad virtual sostenida por el vínculo social que los "reconoce", sin el cual, el hombre no es nada... El deseo del deseo es el que hace plegar la auto-conciencia del animal humano "hacia sí" y llega a hacer aparecer en la especie el "yo"
Volviendo a la temática económica, la dificultad del “cambio cultural” estriba en el primer paso, en que los encargados de la gestión de las “cosas-públicas” (la res-pública) están absolutamente “contaminados” del espíritu general (weltanchauung) de la sociedad, y no sólo eso, sino que, gracias a la adaptación a las leyes de esa misma "cultura", gracias a esa selección natural basada en los "valores" que la estructura ética de la sociedad impulsa como relevantes, han llegado a ascender en la escala social y de poder.
Por tanto, esos gestores impulsados por esas escalas de valores a su actual preeminencia, son los que sacan más ventaja de esa “visión del mundo” que los ha seleccionado (la profunda mediocridad de nuestros líderes políticos y de los famosos en general, pone de manifiesto que algo funciona muy mal en nuestro país)
En el caso de la sociedad española, los valores fundamentales del ascenso social son los asociados a la picaresca mafiosa
Los ámbitos clientelistas son reforzados por el poder que ve en ellos una garantía de subsistencia. La tolerancia a la corrupción, la ausencia absoluta de sociedad civil ajena al manejo partitocrático, la “venta” consciente del neo-infantilismo que promueve la aspiración a una serie infinita de derechos teóricos mientras la realidad impone una miseria y precariedad recurrente La falsedad en el discurso en la ocultación del hundimiento del sistema democrático en su verdadera acepción
Qué difícil es dar un cambio a la dinámica actual sin una concienciación profunda de los actores, pero estos, o bien están bajo la fascinación (políticamente correcta) del sistema de partidos o bien directamente sacan partido del sistema
Los adjetivos que he recibido por hablar en estos términos sobre este “negocio” esta “timba” este “tinglado”, este "montaje" que existe en España alrededor de la política han sido: franquista, fascista, anarquista, anti-sistema, loco, comunista, ultraderechista casposo, cavernícola y otras tantas lindezas que me regocijan profundamente, por que, “quien se pica, ajos come” y es tiempo de “Filosofar con el Martillo” como diría Niezstche...
Encomiable, por cierto DFC hazme a mi (Liberal) partícipe de todos esos alagos. Por que si por decir al verdad te lanzan esos claveles no seas egoista y compratelos.
ResponderEliminarUn buen aptretón de manos virtual.
Buenas noches.
Paco.
Parece que, en nuestros países, la dominación y la servidumbre voluntaria se canaliza por medio de políticos colaboracionistas, media e intelectuales orgánicos o bien establecidos y colocados estratégicamente en todo lugar para crear opinión. En otros países, o cuando no funcionan tales mecanismos, la violencia policial y militar actúa de modo directo. En ambos casos y en muchas actividades de grupos humanos mafiosos, lo que sorprende es la falta de dignidad o la servidumbre voluntaria. El corrupto, el pervertido pervierte, el esclavo esclaviza a otro más débil y pierde la fuerza (hago lo mismo o tengo los mismos valores) o queda fascinado o resignado por cobarde prefiriendo la esclavitud al cambio. El esclavo prefiere, a veces, que el otro haga de señorito. La dignidad del que se rebela queda ahogada por los cobardes porque les hace verse a sí mismos. Pero lo cierto es que algunas veces hacemos por otros o junto a otros cosas que no haríamos por nosotros mismos (si es por nosotros nos conformamos). La unión hace la fuerza requiere valores, pero también capacidad de olvidarse de uno mismo, verse en la situación de otros, y lanzarse a la acción con otros. Quizás por ello las luchas que cambian partes del mundo sean de clases (identificación con el próximo) y las luchas individuales lleven a la propia independencia y dignidad y abandonar el mundo más que a cambiarlo y a desconfiar de los otros más que a envidiarlos. Creo que este individualismo es otra forma extendida de "servidumbre" voluntaria en los intelectuales, aun cuando tenga destellos solidarios. Me acuerdo, ahora, del libro de los Viajes de Gulliver y de su autor no muy contento con el género humano ... A riesgo de parecer cursi, hay que conocer y querer a la gente, identificarse, pasar por lo mismo para poder unirse en la acción en un gesto de igual a igual y no de moralista o caritativo. Seguramente me he ido de tema, pero es en todo caso para decir que el tema me parece interesante. El chaval de 17 años que fuera Boétie, hace siglos, con su librito sobre la servidumbre voluntaria, ya se asombraba de que fuéramos capaces de comulgar con tantas ruedas de molino. Gracias por el interesante blog, que he encontrado a través del de John Nash (ana)
ResponderEliminarAna,
ResponderEliminarEfectivamente, has descrito con mucha claridad las opciones a la acción de las personas, desde la unión a las estructuras mafiosas de poder, la tolerancia manifiesta al "statu quo", la desidia muda, o la renuncia/abandono del mundo a la manera de las religiones orientales
El camino que propones es el verdaderamente ético, aquello que dijo el Galileo del "amor al prójimo" está en la base de la única verdadera ética, porque la caridad no es suficiente, pues, las más de las veces, está teñida de desprecio, eleva al caritativo y hunde al que necesita el apoyo.
Reconozco que es una (magnífica) utopía, pero sin une ética "del otro" más allá de la Ley del Talión nunca avanzaremos nada
Tu comentario me parece bastante interesante
Gracias, DFC, por mejorarlo con la respuesta. Podríamos, incluso, salirnos de madre para reforzar que ni caritativo ni fruto de la superstición ni del seguimiento de un simpático “loco”, y ni siquiera el fruto de un elaborado y superior estado racional de la mente en siglos venideros, pues la razón -o lo supuestamente racional- puede ser, también, una estructura de poder que nos manipula y crea monstruos (nazismo, guerra etc.). Digo salirnos de madre porque cuando decimos “son unos animales” nos olvidamos que, al igual que nosotros, tienen empatía, e inteligencia en distinto grado. Esa empatía o capacidad de ponerse en el lugar del otro a la par que sincronizarse y hacer algo en común es innata, automática y no atiende a costes y beneficios, y funciona con los que pasan por lo mismo (se identifican o se ponen en el lugar). Se ha dicho, por ejemplo, que las aves vuelan en formación siguiendo a su líder. pero se ha comprobado que no es verdad. En realidad, actúan como los montañeros poniendo delante al que se cansa más, que es el que marca el ritmo de vuelo de la manada. Los animales se sincronizan, empatizan y se unen frente a los depredadores. Sí, ya sé, cuando escasea la comida los monos se vuelven como nosotros con sus clanes de poder. El cerebro es parte del cuerpo y el cuerpo y el cerebro no son tan distinto, aunque no andemos a gatas sino sobre una sola columna que nos soporta mal. Quizás no tenga que ver con Hegel que no era veterinario sino filósofo del espíritu de la burguesía más que del pueblo. Es decir, decantado por los monos que empezaron a acumular un día, y que hacían pactos con los monos por deseo de tener su sumisión y hasta por temor porque pueden querer lo mismo, saben dar palos y si quieren los pueden. Breve, creo que la utopía la tenemos dentro de nosotros y es innata. Esto ya es terrero ilustrado de religión natural cono J.J: Rousseau al frente diciendo que (si no lo pervierten) «El hombre es bueno por naturaleza», y de ahí su idea de la posibilidad de una educación. Aunque eso es arma de doble filo. G. Orwell hablaba de la “decencia de la gente ordinaria”. Sí, ya sé somos un “poti-poti”, diría Voltaire, pero éste fue un valiente empático por DDHH al defender a Calas, en época de guerras de religión, y no veas los problemas que ello comportaba. Me recuerda a alguien que estaba en la prensa estos días … (ana)
ResponderEliminarGracias, DFC, por mejorarlo con la respuesta. Podríamos, incluso, salirnos de madre para reforzar que ni caritativo ni fruto de la superstición ni del seguimiento de un simpático “loco”, y ni siquiera el fruto de un elaborado y superior estado racional de la mente en siglos venideros, pues la razón -o lo supuestamente racional- puede ser, también, una estructura de poder que nos manipula y crea monstruos (nazismo, guerra etc.). Digo salirnos de madre porque cuando decimos “son unos animales” nos olvidamos que, al igual que nosotros, tienen empatía, e inteligencia en distinto grado. Esa empatía o capacidad de ponerse en el lugar del otro a la par que sincronizarse y hacer algo en común es innata, automática y no atiende a costes y beneficios, y funciona con los que pasan por lo mismo (se identifican o se ponen en el lugar). Se ha dicho, por ejemplo, que las aves vuelan en formación siguiendo a su líder. pero se ha comprobado que no es verdad. En realidad, actúan como los montañeros poniendo delante al que se cansa más, que es el que marca el ritmo de vuelo de la manada. Los animales se sincronizan, empatizan y se unen frente a los depredadores. Sí, ya sé, cuando escasea la comida los monos se vuelven como nosotros con sus clanes de poder. Sigo ....
ResponderEliminarDisculpa, se ha duplicado, porque pensé que no lo aceptaba tan largo
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