La Enfermedad Mortal de la Civilización

 


INTRODUCCIÓN

En otros artículos he analizado con cierto detalle la evolución de las civilizaciones, basándome en las teorías de la Historia de Gimbattista Vico, Oswald Spengler y Arnold J. Toynbee; así principalmente, para los lectores que quieran consultar estos temas, los he tratado en este, este y este artículo, aunque he de decir que, en general, una parte importante de los artículos que he escrito tratan, de alguna manera, de la evolución de las civilizaciones y claro, especialmente de la nuestra, que es la que más nos importa por razones obvias.

En este artículo quiero dar un repaso más sistemático a esas teorías de la evolución de las civilizaciones que he mencionado en el párrafo anterior, relacionándolas también con los nuevos hallazgos, con los estudios recientes sobre el funcionamiento del cerebro que, de alguna manera vienen a arrojar nueva luz sobre lo que ya los autores que he mencionado, y algunos otros más, han descrito en sus teorías de la evolución de las civilizaciones.

En realidad para juzgar lo pertinente o válido de una teoría sobre las civilizaciones no sería estrictamente  necesario ahondar en los cambios que éstas realizan en el cerebro, o mejor dicho en las adaptaciones fisiológicas que las civilizaciones imprimen en los habitantes de la misma, no obstante esa labor puede aportar nueva luz sobre lo que le sucede individualmente a los miembros de una sociedad. Como he comentado en repetidas veces en otros artículos, creo que las civilizaciones son como gigantescos macro-organismos que cambian, modifican, modelan a las "células" que las forman, en este caso a los propios seres humanos. Algunos de los historiadores que han tratado este tema, y que he mencionado antes, han apuntado muy certeramente en esa dirección, sin haberse siquiera basado en estudios científicos de ningún tipo, pero esos estudios que luego mencionaré sólo irían a corroborar lo que las observaciones de esos historiadores habían ya descrito.

Por otro lado a bastantes personas que lean este artículo les parecerá una "locura" siquiera pensar que nuestra civilización pueda estar en decadencia o pueda,  algún día, tener un final. La propia idea de que pueda experimentar una decadencia, o que ésta esté sucediendo actualmente, les parecerá absurda, ya que lo que nos espera, según nos han dicho desde hace muchas décadas, es que lleguemos a las estrellas y comencemos la Conquista del Espacio (como una especie de nueva epopeya yanki del Oeste). La razón fundamental que se alude en contra de que una decadencia y fin de nuestra civilización sea posible/probable es que, al contrario que todas las civilizaciones del pasado, la nuestra cuenta con La Ciencia; la nuestra, contrariamente al resto de las que han existido, posee una herramienta fundamental para conocer "La Verdad" y por tanto guiada con esta increíblemente potente herramienta, el inmenso ingenio humano encontrará la forma de superar todas y cada una de las crisis que se les pueda presentar....Por mi parte cada vez que escucho ese argumento me acuerdo de Oppenheimer.

Pero ¿ y si es esta forma de pensar, y no otra cosa, La Enfermedad Mortal de las Civilizaciones?

Como ya he mencionado en varios momentos en mis artículos, considero que la ciencia no es un ente ajeno a las inquietudes de la sociedad, no es ajena a la "cosmovisión" de la sociedad en que viven los científicos, o dicho de otra manera a sus "mitos"; y la forma que tiene la ciencia de enfrentarse a sus investigaciones, lo que se considera en un momento dado como "digno de investigarse" y la forma en que se aproximan los científicos a los objetos de estudio y sus resultados e implicaciones; todo esto está mediado, filtrado, modulado por los visiones pre-analíticas que impregnan la mente a los investigadores. Esto, creo, es inevitable y eterno.

Por ejemplo el autor Paul Forman en su artículo de 1971 titulado "Weimar Culture, Causality, and Quantum Theory", describe como había una actitud fuertemente crítica de los físicos alemanes respecto a la Causalidad y el Determinismo antes del desarrollo de la Mecánica Cuántica, cuyo desarrollo desató la conocida controversia sobre el alcance verdadero de esos conceptos y que perdura aún hoy día. Como Forman escribió en ese artículo, la cultura alemana "llevó a los físicos a esperar ardientemente, a buscar activamente, y a abrazar entusiásticamente una Mecánica Cuántica A-Causal". La Mecánica Cuántica  sería, en buena parte, "la respuesta del alma alemana a la asfixiante Causalidad anglo-sajona"; ese alma alemana con sus repetidas oleadas de Romanticismo y con el aliento, siempre de fondo, de Goethe-Schiller. Podríamos incluir al teorema de Incompletitud de Gödel en ese mismo ámbito.

Bueno luego los anglosajones, con su proverbial pragmatismo, usaron la Mecánica Cuántica para desarrollar las primeras bombas atómicas, como todos sabemos, y que ha sido expuesto por el cine en la reciente película "Oppenheimer" (2023); olvidándose, en buena parte, de las reales implicaciones sobre la naturaleza de la realidad a que esa teoría apunta.

Esto, por supuesto es una tesis muy discutible o directamente errónea para quien piensa que la ciencia es siempre aséptica y neutral, pero es que estoy convencido que en realidad los fenómenos tienen muchas formas de mirarse,  interpretarse y hay ocasiones en que, de improviso, se hacen "visibles" o bien se hace "aceptable" una determinada interpretación que antes, ciertamente, no era posible y esto ocurre, pienso, por razones culturales que "envuelven" el curso de las investigaciones y su aceptación última, o no, por la institución científica (aceptación en el Canon). Estos factores culturales serían, usando una metáfora matemática, "Atractores en el Espacio de Fases" que inducen una forma distinta de observar los fenómenos.

Como afirmó el filósofo estoico del siglo II d.c. Epicteto : "No son los hechos los que perturban a las personas, sino las interpretaciones de esos hechos".

Supongo que ha llegado el momento de que se haga  también "visible" lo que las civilizaciones "hacen" al cerebro de los ciudadanos que viven en ellas.


IAIN McGILCHRIST

(Dr. Iain McGilchrist)

Recientemente he tenido conocimiento de la obra del profesor y doctor en psiquiatría británico Iain McGilchrist, cuyas ideas sobre el funcionamiento del cerebro y su efecto sobre la sociedad me servirán de hilo conductor de este artículo, aunque, como he comentado antes, no es que la obra de este autor añada alguna conclusión muy relevante sobre lo que otros autores mucho antes que él habían descrito, sin embargo aporta otro punto de vista, otra visión al "Gran Cuadro" de la representación sobre la historia de las civilizaciones.

Como introducción a las ideas de este profesor os dejo dos vídeos, uno en español, para quien no domine el inglés y otro, más conciso y que me gusta más , en inglés (los subtítulos del vídeo en español contienen algunos errores):

En español:


En inglés:


Resumiré, a "grosso modo", la ideas que expone McGilchrist en estos vídeos y sus escritos:

Desde prácticamente el mismo nacimiento del cerebro como órgano bien diferenciado en los animales primitivos, hace unos 700 millones de años, se ha detectado en los fósiles una asimetría. que el autor considera "esencial", en la anatomía del cerebro de los animales, que se divide en dos hemisferios y que, en repetidos estudios con animales y humanos, se ha visto que despliegan formas de "atención", formas de "atender" al mundo, y por tanto de entenderlo, diferentes; ya que antes de entender es preciso "atender", prestar atención detenidamente al mundo de una determinada forma, ya que el mundo, en su inmensa complejidad, saturaría nuestra atención si intentáramos percibir con detalle todo lo que podemos percibir.

Según este autor debe haber una necesidad evolutiva fundamental para que el cerebro, como órgano, se haya desarrollado con esa asimetría desde el inicio de su evolución hace cientos de millones de años, y la razón que aduce es que evolutivamente tiene todo el sentido que existan dos formas fundamentales de "prestar atención" al mundo, y por tanto dos grandes grupos neuronales especializados en cada una de estas formas de atención: 

a) Una forma de atención donde el animal se focaliza de manera estrecha en realizar una determinada tarea, como es atrapar a una presa, desenterrar una raíz, seguir el rastro de un congénere o de una presa, construir un nido, combatir en una pelea con un rival, etc...Para estas tareas la mente necesita distinguir claramente la realidad, y fragmenta y reduce el flujo continuo de información que provienen del medio ambiente exterior, focalizándose en trozos claros y distintos que guíen la realización de una acción muy específica. En este modo de atención la realidad se percibe como concisa, concreta, discreta, clara, causalmente definida, separada del resto, predecible, potencialmente sujeta al control y al ejercicio del poder; esta manera de atención tiene claras ventajas evolutivas, al permitir prestar atención en detalle a tareas fundamentales, por ejemplo para alimentarse, defenderse ante ataques, las luchas para aparearse, etc..

b) La forma de atención anterior necesita ser complementada con otra forma de atender al mundo que implica una forma de percepción mucho más difusa (holística la llamaríamos), que serviría para detectar la presencia de depredadores o las intenciones de componentes de grupos de animales, de riesgos meteorológicos, la orientación en el espacio tridimensional, reconocer patrones complejos y asociarlos creativamente, etc....En este modo de atención el mundo, la realidad, se percibe de forma continua, hay una percepción mucho más amplia que en el modo de percepción del párrafo anterior aunque menos concreta, mucho más guiada por la intuición y factores en buena parte inconscientes; no está orientada al control y al poder, a hacer y completar una determinada tarea específica, un fin definido, sino a la adaptación, a la supervivencia, a la relación con los demás del grupo, etc.. Dada la inmensa complejidad de la realidad y su impredecibilidad inherente, esta forma de percepción sería también absolutamente necesaria.

Lo que he descrito antes como "formas de atención" parecen estar localizadas principalmente en zonas diferentes del cerebro; de tal manera que las formas de percepción descritos en el párrafo a) anterior residirían en el  hemisferio izquierdo y las formas de atención de punto b) en el hemisferio derecho. En sucesivos estudios con personas y animales con una lesión en uno de los hemisferios, además del uso de escáner y otros medios de detección de la activación cerebral al ejecutar determinadas actividades o pensamientos, se ha constatado esa especialización de los hemisferios. Esto que he comentado es válido tanto para los animales como para las personas.

Simplificando lo que, en realidad es mucho más complejo, la "división del trabajo" de los dos hemisferios cerebrales sería algo así:


La tesis del doctor McGilchrist, explicado de una forma muy resumida, es que las civilizaciones, al desarrollarse y hacerse más complejas,  inducen, aceleradamente, la pre-eminencia del modo de atención, y por tanto de actuar, propios del hemisferio cerebral izquierdo, haciendo de la forma de entender la realidad y sus valores asociados propios de este hemisferio los únicos verdaderamente dignos de ser tenidos en cuenta, y llevando a los miembros de la sociedad a una pura "orientación a fines definidos" tal y como afirmaba Max Weber respecto al nuevo racionalismo nacido de la Reforma Protestante que, en mi opinión, llevó a la forma actual de la Ciencia Moderna, como he explicado en otro artículo.
Con lo que se conoce como "Revolución Científica" de los siglos XVI y XVII la concepción que surge de la Naturaleza es que ésta no es más que una Máquina, inmensa y extraordinariamente compleja, pero con los atributos propios de ésta: reducible a partes, cuantificable, causalmente definida, determinada y determinable, que puede ser controlable con las herramientas de la Ciencia y de la Técnica. Esta forma de ver la realidad es la propia, según McGilchrist, del hemisferio cerebral izquierdo, con su tendencia a la obtención de recursos, al poder, a controlarlo todo, a reducir todo lo existente a números (cuantificación), a la manipulación de todo lo existente. La frase que resume esta nueva concepción del mundo la escribió René Descartes en 1637 en su famosa obra "Discurso del Método", cuando afirma que el objetivo de toda nuestra Ciencia, de todo nuestro conocimiento es "Hacernos Dueños y Señores de la Naturaleza" y la verdad es que hemos seguido a rajatabla su "mandamiento" con el estado lamentable de mundo que podemos observar.

Esta forma de ver el mundo, esa aproximación a la realidad como un exterior manipulable a través de herramientas de control y dominio, esa organización de la sociedad alrededor de la superior valoración del éxito en la apropiación de recursos (dinero) y de poder, esa pérdida de la sensibilidad a otros aspectos de la vida no pragmáticos, acaba induciendo una forma de operar destructiva para la naturaleza, para la relación con los demás y para nosotros mismos, que en su propagación en el tiempo y en el espacio, acaba destruyendo los cimientos de la propia civilización al acabar degradando tanto el medio ambiente en que la civilización reside, como el mismo cuerpo social de la misma.

Esta adaptación del ser humano al medio social es posible por la inmensa plasticidad del cerebro humano, que es en sí una gran ventaja evolutiva, de tal manera que es esa adaptación la que hace que las personas se adapten a un determinado "marco", a una Cultura, a una cosmovisión; y es su propia fisiología la que se ve modificada por el "super-organismo cultural" (en este caso la civilización). 

Por tanto esa "hipertrofia del hemisferio izquierdo" es la que sería, según este autor, en último término "La Enfermedad Mortal de la Civilización" (esta frase es mía, no del autor, pero la usaré como metáfora).

Mi crítica fundamental al doctor McGilchrist es que no le he oído mencionar a autores que le precedieron con  tesis similares; por ejemplo Giambattista Vico, con su famosa frase "La civilización comienza en una Barbarie de la Sensación y termina en una Barbarie de la Reflexión", donde el argumento es exactamente el mismo que el de McGilchrist. Por supuesto Giambattista Vico a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII no tenía escáneres cerebrales,  pero él, junto a otros autores que tampoco contaban con esos medios, habían ya descrito cual era esa deriva destructiva de las civilizaciones basándose en argumentos muy parecidos, que ya he descrito en varios artículos de este blog y que en este artículo volveré a detallar.

Voy a describir a continuación algunos aspectos de la degradación, en el cuerpo social, inducidos por lo que McGilchrist define como "forma de operar propia del hemisferio izquierdo" y que otros autores, como Spengler, ya describieron con anterioridad y predijeron su llegada en el caso de nuestra civilización.


EL MALESTAR EN LA CIVILIZACIÓN

(Anuncios ubicuos de clínicas de cirugía estética en el metro de Seul)

En otros de mis artículos, como el de título el Huracán del Progreso, ya he descrito con cierto detalle la extrema degradación que nuestra civilización ha causado y está causando sobre absolutamente todos los ecosistemas de la Tierra y la dificultad extrema de frenar o revertir esa situación, pero ahora no es mi intención detenerme en esa "espeleología" de los desastres que nuestras actividades están causando o sobre otras facetas de las crisis anidadas que padecemos, como es el progresivo agotamiento de los recursos que otros muchos autores han tratado y tratan extensamente con una mayor profundidad y rigor que el que yo pueda exponer aquí, por lo que quien tenga inquietudes en estos temas animo que lean a esos autores si quieren informarse al respecto. Por ejemplo recomiendo los libros y artículos de Antonio Turiel como una introducción a esta problemática. No, lo que pretendo hacer en este apartado es centrarme en una descripción, con algo de detalle, en la degradación de los cimientos humanos (sociales) de la civilización actual, que creo son tan relevantes como las otras crisis que nos rodean.

Estando, como estamos, insertos en la cotidianeidad en el seno de nuestra civilización, de nuestra sociedad, quizás no apreciamos bien en su conjunto los cambios dramáticos que han sucedido en los últimos siglos, y que han ido acelerándose en las últimas décadas con la sucesiva urbanización, globalización y tecnificación de la sociedad. 
El efecto que han tenido estos cambios sobre las personas es crear una separación profunda entre ellas, reducir o eliminar en gran parte los vínculos y rituales compartidos de las sociedades tradicionales, establecer un marco de relaciones basadas principalmente en la consecución de fines "prácticos" en un entorno competitivo y abstracto que premia la movilidad, la adaptación "internacional", las aspiraciones basadas principalmente en el éxito económico y la notoriedad que podríamos decir son los "valores" (si se me permite el uso de ese término) del hemisferio izquierdo y su tendencia al análisis frío, a la realización de tareas, al pragmatismo, a la cuantificación, al cálculo de coste-beneficio, a la especialización, a la separación de los ámbitos del conocimiento y vivenciales, a la inmersión en lo controlable, a la tendencia a controlar, a la exclusión de lo tenido como "accesorio" respecto a lo "fundamental", con su tendencia a lo repetitivo/adictivo, etc.... 

Pero la elasticidad y adaptabilidad del ser humano al medio, si bien muy grande, se hace, en ocasiones, a un coste alto, pues por alguna razón que desconocemos, pero que debe ser de mucho peso, en los seres humanos el tamaño del hemisferio crebral derecho es mayor que el izquierdo, como menciona  McGilchrist.

Para empezar con la descripción de los efectos  que tiene, sobre la vida emotiva de las personas, el desarrollo económico, el progreso, creo que nos puede servir como ejemplo paradigmático el caso de Corea del Sur.

Corea del Sur es un caso "de libro" de lo que se conoce como "milagro económico", de hecho se puede considerar más "milagro" que las recuperaciones económicas de Alemania o Japón, ya que estos países tuvieron una fuerte economía e industria que fue devastada por la 2ª GM, pero partían de una base de ingenieros, técnicos y población urbana trabajadora preparada para rápidamente relanzar las industrias destruidas; en el caso de Corea del Sur nada de esto existía pues en los años 60 del pasado siglo Corea del Sur era un país agrícola con una estructura socioeconómica similar a los países de África Subsahariana (se le comparaba con Ghana), pero en pocas décadas el PIB de ese país siguió esta trayectoria:


Todo este incremento del PIB se llevó a cabo por un inmenso proceso de urbanización, de cambios sociales acelerados en una sociedad cultural y emocionalmente aún en buena parte "agraria" con los valores propios de ese tipo de cultura, y es por eso que pienso que la sociedad coreana ha experimentado una suerte de "shock" por el cambio tan brusco en la forma de vida en muy pocas décadas. El hecho de que uno de los filósofos más de moda actualmente y que mantiene una feroz crítica a la sociedad contemporánea, Byung-Chul Han, sea surcoreano habla mucho de la desestabilización que este proceso ha causado en ese país.

Corea del Sur tiene la tasa de fertilidad por mujer más baja del mundo, en 2023 se estimó que fue de 0,72, batiendo su propio récord mundial del año anterior (0,78), lo cual ha llevado al gobierno de ese país a considerar esto como una "emergencia nacional"; se estima que para mantener estable la población la tasa de fertilidad tiene que ser de 2,1 (3 veces mayor que la actual de Corea del Sur) y los países más ricos (de la OCDE) tiene una tasa de del orden de 1,58, bien por debajo de la tasa de reposición pero no tan hundida como la de Corea del Sur. De hecho no se tiene noticias de un país completo que haya tenido, en toda la historia conocida de la Humanidad, una tasa de natalidad tan baja en tiempos de paz como Corea del Sur.
Hay que tener en cuenta que desde 2006 el gobierno de Corea del Sur ha gastado del orden de 247.000 millones de US$ en promover la natalidad, con efectos absolutamente nulos.
Por otro lado, según una encuesta del año pasado del gobierno surcoreano, sólo aproximadamente un tercio de los jóvenes surcoreanos tienen una visión positiva del matrimonio, siendo las opiniones de las chicas aún más minoritarias al respecto (sólo un 28% de las jóvenes lo consideran positivo), en 2012 la opinión positiva era del 56,5%. Quiere decirse que estamos ante una dinámica cultural profunda y que no tiene visos de mejorar en el futuro sino todo lo contrario, porque ya  no se trata sólo de tener hijos, es la propia idea de convivencia en pareja la que está en crisis en ese país, bueno, no sólo en ese país.
En un estudio realizado por al KISCH (Korean Institute for Sexual and Couple's Health = Instituto Coreano para la Sexualidad y Salud de la Pareja) de 2019 reportaba que Corea del Sur tenía la segunda peor estadística de frecuencia de sexo entre parejas, solo por detrás de Japón.
En otro estudio de la universidad Yonsei de Seul de 2021 se detalla que un 43% de las mujeres encuestadas y un 29% de los hombres no han tenido ninguna relación sexual en el último año, y lo que más llama la atención es que nada menos que un 24% de las mujeres (casi 1 de cada 4) declararon abiertamente que no estaban interesadas en ningún tipo de relación sexual en el futuro.

Otro tema donde Corea del Sur destaca negativamente entre los países de la OCDE es en los suicidios, en particular entre los jóvenes, donde es, con gran diferencia, la primera causa de mortalidad de los jóvenes, por ejemplo entre los 10 y los 24 años esta es la tasa de muertes por suicidio comparado con las otras 2 casas de muerte que les siguen como causas principales de fallecimiento:


En la gráfica anterior la línea azul son la tasa de fallecimientos por suicidios, la negra es por accidentes y la gris por cáncer, como puede verse la tasa por suicidio es mucho mayor que el resto de causas y además no deja de crecer.
Otro tema donde destaca Corea del Sur a nivel mundial es en las operaciones de cirugía estética, donde se considera a ese país La Capital Mundial de la Cirugía Plástica, donde es extraordinariamente frecuente que quien quiera tener una carrera "exitosa" en la vida profesional se "tunee" un poco su físico para tener una apariencia más "moderna", "mejor", como adaptación al hiper-competitivo mundo laboral coreano y la pérdida de los referentes estéticos tradicionales (por ejemplo una de las operaciones más demandadas es la de los párpados, para tener un aspecto que se parezca más a los ojos occidentales).

En realidad la baja natalidad, los bajos índices matrimoniales, la disminución del deseo de encuentros sexuales, las depresiones y suicidios de jóvenes, y las operaciones de cirugía estética son un mismo  "síndrome" que puede ser, en buena parte extrapolables, con mayor o menor intensidad, a todos los países desarrollados y recogen, en suma, el precio del apartamiento de las personas de lo que Jürgen Habermas llamaba "Lebenswelt" (el Mundo de la Vida) aplastado por las necesidades de los Sistémico, por el "imperio del hemisferio izquierdo": la presión sobre los niños y jóvenes para formarse y no ser unos "fracasados", las demandas continuas de formación y de adaptación de las empresas, los horarios laborables interminables, el coste de la vida, en particular de la vivienda, la soledad siempre creciente, la destrucción de la familia extensa, las redes sociales y sus dinámica competitiva de "a ver quien es más feliz", las relaciones y amistadas basadas principalmente en el  interés,  etc....Todos eso induce una presión emocional muy negativa sobre las personas que explican ese cuadro tan poco halagüeño y que les roba la misma vitalidad, cuyo "acoplamiento a la Máquina" social hace que el hecho de vivir se parezca cada vez más a una serie de actos "mecánicos" de cumplimiento de tareas necesarias con demandas siempre crecientes (donde gobierna rey el hemisferio izquierdo), pero donde se ha desterrado el juego, las artes, la creatividad "inútil" (la única verdaderamente importante), los rituales compartidos, el apoyo mutuo, la cercanía sentimental de los semejantes, etc...es decir, aquello que es el ámbito del hemisferio cerebral derecho.

Hay quien pensará: "estos son cosas de coreanos, en España estas cosas no pasan", bueno pues nada más lejos de la realidad. El llamado Barómetro de Juventud, Salud y Bienestar de 2023, que recoge los resultados de una serie de encuestas a jóvenes de 15 a 29 años en todo el territorio nacional recoge los siguientes resultados:

a) El 59,3% de los jóvenes manifiesta haber tenido algún problema de salud mental en el último año. Un 17,4% (casi 1 de cada 5), afirman que lo han tenido con frecuencia.

b) Aproximadamente 1 de cada 3 jóvenes (31,7%) han tomado psicofármacos en el último año.

c) El porcentaje de jóvenes que nunca han tenido una ideación suicida (47%), es menor que el porcentaje que si han tenido ideaciones suicidas (48,9%). Un 11,3% piensan en el suicidio con cierta frecuencia y nada más y nada menos que un 13,8% declara tener ideaciones suicidas con mucha frecuencia o continuamente.

d) Sólo el 14,8% aseguran que no han sentido soledad o aislamiento en el último año, es decir, la inmensa mayoría de los jóvenes (el 85,2%) consideran que han sufrido soledad o aislamiento en el último año, y un 45,3% lo han sentido con cierta o mucha frecuencia, es decir, no se trataría de un problema puntual en esos jóvenes.

Estudios similares se han realizado por todos los países desarrollados y el patrón se repite casi exactamente en todos ellos, hay una Guerra contra el Mundo de la Vida en curso, con la destrucción de los vínculos con la Naturaleza, con los otros y con nuestro propio cuerpo y espíritu, en el triunfo absoluto del modo de entender el mundo del "hemisferio izquierdo".

Tomemos por ejemplo el caso del Reino Unido, igualmente en una encuesta de la OCDE de 2018 sólo un 52% de los jóvenes respondían de forma afirmativa a la pregunta "mi vida tiene un claro sentido y propósito", uno de los porcentajes más bajos de mundo sólo empeorados por Taiwan y Japón.
Recientemente se ha constituido en ese país el llamado Ministerio de La Soledad, ya que el problema de la soledad en ese país ha llegado a considerarse ahora como una "emergencia nacional". ¿Y de verdad se considera un Ministerio de la Soledad algo normal?¿Es eso "progreso"?

Si nos vamos a otro país asiático como Japón, de todos es conocido la situación de los que en ese país se llaman hikokomoris, que viven perpetuamente recluidos en su habitación sin salir a la calle para nada, y que se estiman son 1,5 millones en ese país actualmente, con tendencia siempre creciente; ya este fenómeno no es sólo propio de Japón, un fenómeno similar se ha ido extendiendo por muchos países de mundo, y en Corea del Sur ha llevado al gobierno a lanzar un subsidio económico de unos 450€ al mes para tratar de disuadir a unos 350.000 jóvenes coreanos a que salgan de casa.

Si nos vamos a las estadísticas de consumo de fármacos, España es el país del mundo con mayor consumo "per cápita" de ansiolíticos, en particular de las Benzodiazepinas, porque podríamos llamar a esta La Civilización del Trankimazin. En cuanto a los antidepresivos, ya antes de la pandemia España estaba entre los 10 países que más los usaban "per cápita", y con la pandemia el efecto se ha agravado aún más. Estos son los países de la UE con mayor uso de antidepresivos en 2020 y como puede verse España es uno de los destacados:


Si hablamos de los EEUU en ese país hay una inmensa crisis de "muertes por desesperación" (alcoholismo, sobredosis de opiáceos, suicidios) que está afectando ya demográficamente al país y que se tiene también ya como una auténtica "emergencia nacional", por ejemplo la llamada "epidemia de Fentanilo" está haciendo estragos en una de la población.
El fentanilo es un opiáceo sintético relativamente fácil de fabricar y que es unas 50 veces más potente que la heroína, y al ser sintético  y no excesivamente complejo de fabricar, su precio es relativamente bajo y esto ha hecho que su uso se haya extendido como la pólvora y ha desplazado a otros opiáceos tradicionales. En este gráfico puede verse la evolución de las estadísticas de muertes por sobredosis y de ellas (en rojo) la provocadas por el fentanilo:


En 2022 murieron en USA del orden de 108.000 personas por sobredosis de drogas, y de esas muertes, relacionadas con el fentanilo fueron unas 74.000 muertes, es decir, del orden del 70% del total.
Para entender la magnitud de este verdadero desastre nacional mencionaré que en la Guerra del Vietnam, que fue un verdadero shock para la sociedad estadounidense, murieron unos 60.000 soldados americanos en los 10 años que duró la citada guerra (del 1965 a 1975), pero si lo comparamos con las muertes actuales por sobredosis tenemos que en 1 año mueren casi 1,5 veces tantos norteamericanos como los que murieron durante toda la Guerra del Vietnam; pero esto ya se ha "internalizado" como algo "normal" cuando es un verdadero desastre nacional, mucho peor, en término de vidas humanas, que todas las guerras que ha librado ese país en el pasado. En realidad lo que estamos viendo es una auténtica Guerra contra la Vida.
Si nos vamos a la toma de antidepresivos en ese país, en una estadística de 2018 se indica que el 13,2% de los adultos en USA habían tomado antidepresivos en el último mes, lo cual indica un uso generalizado de estos medicamentos en ese país, con tendencia siempre creciente. Y se supone que USA es el país más rico y poderoso del mundo que sería "la envidia" del resto de los países del mundo...

Podría seguir aportando más y más estadísticas de países, redactando muchos otros párrafos recogiendo datos similares de todos los países desarrollados, pero creo que ya se puede tener una visión clara del argumento: hay un malestar mental/emocional fuertemente creciente en nuestras sociedades y NO admite una explicación puramente economicista, como muchos hacen, ¿o es que es ahora cuando, por ejemplo, los españoles han tenido menos dinero o han vivido con más desempleo, con más problemas económicos, políticos o sociales que nunca?, evidentemente no es así, y es que estoy convencido que este profundo malestar no es un tema de recursos económicos sino que hay dinámicas subyacentes que ya he mencionado y que está abocando a la sociedad a un auténtico callejón sin salida emocional.

No, creo que lo que existe en general es una guerra contra La Vida, contra la Naturaleza y contra la propia naturaleza humana, que es parte, también, de la Naturaleza.

Creo que es el momento de analizar a otros autores que en el pasado han alertado de esta problemática y que podemos aportar alguna luz usando la terminología del dr., McGilchrist como metáfora adicional.


NIETZSCHE: DIONISOS Y APOLO

(Apolo y Dionisos)

Al leer las tesis sobre los modos de atención del doctor McGilchrist no pude evitar que me vinieran a la mente las tesis contenidas en el famoso libro de Nietzsche "El Origen de la Tragedia" (1872) sobre esa forma de expresión artística, la Tragedia, en la civilización griega. 

La descripción que hace el doctor McGilchrist de los modos de atención de los hemisferios cerebrales, en mi opinión, se podría  asemejar a la descripción que Nietzsche hace de la "visión Apolínea" y la "visión Dionisíaca" de la vida, como dos gigantescas formas de percibir y sentir la realidad; haciendo un símil un tanto atrevido, diríamos que el hemisferio cerebral izquierdo sería el "hemisferio Apolíneo" y el derecho el "hemisferio Dionisíaco".

Apolo es el dios de la luz, de la claridad, de lo objetivo, de lo distinto, de los preciso (con su arco con el que hiere a distancia), de la razón, de la individualidad; usando la terminología de Schopenhauer Apolo sería "La Representación". 
Dionisos, en cambio, es el dios de la embriaguez, de lo colectivo, de lo Uno, de la unión con la naturaleza, de lo instintual, de lo subjetivo, del Deseo, de la sabiduría no-racional, de lo misterioso e inexplicable, usando la terminología de Schopenhauer, Dionisos es "La Voluntad", lo que subyace a todo lo que ocurre en el mundo.  
Este símil se correspondería también con la tesis central de "El Mundo como Voluntad y Representación" (1818) de Schopenahuer, que tanto influyó en Nietzsche, en particular en su primera época.

Las tesis de Nietzsche en ese libro son que inicialmente, en la cultura griega antigua existía un equilibrio esencial entre esas dos formas de percepción del mundo: la forma apolínea y la forma dionisíaca, de tal manera que en la Tragedia Ática la profunda sabiduría dionisíaca, "La Voluntad", conseguía ser sacada a la luz y manifestada gracias al impulso apolíneo, "La Representación"; pero este equilibrio acabó siendo destruido a partir de la época de Sócrates y su racionalismo, con su influencia en los autores de tragedias, especialmente Eurípides, al cual critica Nietzsche ferozmente a lo largo de su texto.

En realidad Nietzsche es, en buena parte, deudor de Aristófanes, que fue un muy famoso escritor de comedias coetáneo de Sócrates y Eurípides, el cual "olfateó" y escribió en sus comedias una crítica a estos autores que no se aparta mucho de las tesis que luego redactaría Nietzsche más de 20 siglos más tarde.
Aristófanes hizo una severa crítica a Sócrates en su obra "Las Nubes" (423 a.c.) donde igualaba la forma de pensar y los argumentos del gran filósofo a los de los sofistas coetáneos, y alertaba del relativismo moral racionalista y el efecto que sobre las tradiciones de la polis tenía esa nueva forma de pensar, que para el autor, traería al final la ruina a la ciudad.
La crítica de Aristófanes a Eurípides en "Las Ranas" (405 a.c.) es aún más feroz que la de Sócrates y el argumento principal es que los personajes de las tragedias de Eurípides ya no son esos personajes gigantescos de Esquilo, esos arquetipos tremendos atravesados por un destino implacable, sino que Eurípides construye sus tragedias con personajes que podrían ser como tú, lector, o como yo, personas "normales" con sus miedos, inseguridades, mezquindades, errores, y al construir de esta forma sus tragedias Eurípides arrasaría, tanto para Aristófanes como para Nietzsche, con la inmensa grandeza inefable de las tragedias antiguas, reduciendo las mismas a un juego moral intelectual/racional. 
Hay que decir que Sócrates sólo iba al teatro cuando representaban una obra de Eurípides, que eran las únicas que eran de su gusto, por lo que había una perfecta sintonía entre el paladar racionalista de Sócrates y el de Eurípides.

Pero oigamos lo que tiene que decir Nietzsche sobre lo dionisíaco en "El Origen de la Tragedia":

"Bajo el encanto de la magia dionisíaca, no solamente se renueva la alianza del hombre con el hombre; la naturaleza enajenada, enemiga o sometida, celebra su reconciliación con su hijo pródigo, el hombre....Entonces el esclavo es libre, caen todas las barreras rígidas y hostiles que la miseria, la arbitrariedad o la "moda insolente" han levantado entre los hombres. Ahora, por el evangelio de la armonía universal, cada uno se siente no solamente reunido, sino Uno, como si hubiera desgarrado el velo de Maya y sus pedazos revoloteasen ante la misteriosa "Unidad Primordial"...Un suspiro sentimental de la Naturaleza, que gime al verse desgarrada en individuos, pasa a través de estas fiestas..."
"El huracán de vida ardiente de los ensueños dionisíacos"

En lo dionisíaco desaparecen las diferencias, el mundo es Uno, fluido y continuo, hay una relación inherente entre todas las cosas, con la Naturaleza y con los demás; y en las fiestas dionisíacas todas las barreras desaparecen en la embriaguez, en la suprema hermandad que todo lo reúne, que es la base de las fiestas ancestrales.

Por otro lado en ese mismo libro dice Nietzsche sobre Sócrates:

"Investigar las causas y distinguir el verdadero conocimiento del aparente y del erróneo, pareció al hombre socrático la vocación más noble, la única digna de la Humanidad; y desde Sócrates, este mecanismo de los conceptos, juicios y deducciones fue considerado el más alto favor, el presente más maravilloso de la Naturaleza, y estimado por encima de todas las demás facultades"

Pero Nietzsche advierte claramente de los límites de esa visión socrática de la vida en la forma de la Ciencia:

"Pero ahora la Ciencia, aguijoneada por su vigorosa ilusión, corre presurosa e indetenible hasta aquellos límites contra los cuales se estrella su optimismo, escondido en la esencia de la lógica. Pues la periferia del círculo de la ciencia tiene infinitos puntos, y mientras aún no es posible prever en modo alguno cómo se podría alguna vez medir completamente el círculo, el hombre noble y dotado tropieza de manera inevitable, ya antes de llegar a la mitad de su existencia, con tales puntos límites de la periferia, donde su mirada queda fija en lo imposible de esclarecer. Cuando aquí ve, para su espanto, que, llegada a estos límites, la lógica se enrosca sobre sí misma y acaba por morderse la cola - entonces irrumpe la nueva forma de conocimiento, el conocimiento trágico, que, aun sólo para ser soportado, necesita del arte como protección y remedio."

Dice el párrafo anterior "la Ciencia.....corre presurosa e indetenible hasta aquellos límites contra los cuales se estrella su optimismo, escondido en la esencia de su lógica..." donde Nietzsche parece anticipar la secuencia de crisis epistemológicas y de todo tipo que traerá el siglo XX y el conjunto de destrucciones y desastres que esta visión estrecha de la vida traerá a la civilización y que vemos a nuestro alrededor.

Con un argumento similar al de Nietzsche el matemático y filósofo inglés de principios del siglo XX Alfred North Whitehead dijo:

"Una cultura está en su mejor momento justo antes de comenzar a analizarse a sí misma."

La racionalización en el arte, en la cultura en general, lleva implícito su decadencia, y la cultura es, a la postre, una manifestación de la general vitalidad y creatividad de una civilización y la "Barbarie de la Reflexión" (Vico) es el mayor indicador de su pronta decadencia.



OSWALD SPENGLER

(Oswald Spengler)

El viejo Spengler es el autor que, junto con Arnold J. Tounbee, pienso ha esbozado de forma más completa y sistemática la evolución de las civilizaciones, aunque muchos autores e historiadores (la inmensa mayoría) no comparten las tesis expuestas en su magna obra "La Decadencia de Occidente" (1918).
No voy a describir aquí las tesis principales de ese libro, que ya he abordado en parte en otro artículo de este blog, pero sí me centraré en aspectos relevantes que se parecen o tienen relación con las tesis del dr. McGilchrist antes expuestas.

Oigamos como Spengler (recuerdo que escribió este texto en 1918), habla sobre la pérdida de la vitalidad de "el último hombre" residente en las inmensas ciudades de las fases tardías de las civilizaciones:

"Esta emoción, empero, ha perdido todo sentido para el hombre de la ciudad. El urbano no percibe ya como un deber de las sangre la necesidad de transfundirse en otros cuerpos a través del mundo visible; no siente ya como una fatalidad horrenda el destino del que se queda el último, sin sucesión. No nacen niños; y la causa de ello no es solamente que los niños se han hecho imposibles, sino, sobre todo, que la inteligencia en tensión no encuentra motivos que justifiquen su existencia. Sumergíos en el alma de un aldeano que de tiempo inmemorial vive en su campo o que ha tomado posesión de un trozo de tierra para establecer en ella su sangre. Este aldeano arraiga como descendiente de sus abuelos o como abuelo de sus futuros descendientes. Tiene su casa y su propiedad, y esta relación no significa aquí una compenetración laxa de cuerpo y bienes para pocos años, sino un lazo intimo y perdurable entre la tierra eterna y la sangre eterna. La sedentariedad en sentido místico es la que confiere a las grandes épocas del ciclo vital—generación, nacimiento y muerte—ese encanto metafísico que encuentra su repercusión simbólica en las costumbres y la religión de todas las poblaciones campesinas. Pero nada de esto existe para «el último hombre». Inteligencia e infecundidad van unidas en las familias viejas, en los pueblos viejos y en las culturas viejas."

Para muchos, pudiera parece que la pérdida de fertilidad es un fenómeno sólo de nuestra civilización, que no ha sucedido en el pasado, pero Spengler, que aún no había sido testigo de esa caída tan fuerte de la natalidad en nuestra civilización occidental (escribe en 1918), ya la profetizaba y la comparaba con lo que ha ocurrido en el pasado en la civilización Greco-Romana, en Babilonia o en la India y ese es el gran mérito de los análisis comparativos de Spengler. 

Dice Spengler en "La Decadencia de Occidente":

"La abundancia de nacimientos en las poblaciones primitivas es un fenómeno natural, sobre cuya existencia nadie medita—y menos aún sobre la utilidad o perjuicio que pueda causar—, Pero cuando en la conciencia aparecen motivos que plantean problemas vitales es que la vida misma se ha hecho ya problemática. Entonces comienza a notarse una leve limitación de la natalidad —ya Polibio la lamenta y la llama la fatalidad de Grecia; pero existía sin duda antes en las grandes ciudades y había adquirido en la época romana una extensión tremenda—. Este descenso de la natalidad se funda primero en la necesidad material. Pero más tarde ya no se le puede encontrar fundamento ninguno. En la India budista como en Babilonia, en Roma como en las actuales ciudades."


Spengler menciona la famosa Lex Iulia de Maritandis Ordinibus que contenía una serie de medidas para promover la natalidad, la cual estaba en franca decadencia, ya en el tiempo del emperador Augusto, caída de la natalidad que no fue sino acentuándose en los siglos posteriores, pesar de todas las medidas y leyes adoptadas por el estado romano.

Una de las tesis centrales de Spengler es el paso de la Cultura a la Civilización en el curso del devenir de las civilizaciones; según este autor el paso de la una Cultura a su fase de "Civilización" ocurre cuando son las grandes ciudades las que dominan completamente la vida de la sociedad (civilización viene de "civitas": ciudad); para este autor esa preminencia total de la gran ciudad, que acaba imponiéndose al mundo rural y a las pequeñas ciudades, es el síntoma del inicio de la decadencia.

La gran ciudad, para Spengler, es el reino del Dinero, pues en ellas ya las relaciones no están basadas en las tradiciones, en las relaciones personales, en la religión o los diferentes estamentos de la estructura social anterior, sino que es en la ciudad donde reina el dinero y la burocracia estatal (dos caras de la misma moneda); y las relaciones entre los individuos cada vez están más medidas exclusivamente por los intercambios monetarios, induciendo un modo de pensar pragmático orientado a la obtención de recursos económicos, a la cuantificación y racionalización de todo, es decir, acaba tomando preminencia lo que McGilchrist considera el modo de "atender" y "entender" el mundo propio del hemisferio izquierdo.
En la ciudad las personas viven alejadas completamente de la naturaleza y sus ritmos, es el ámbito donde predomina todo lo hecho por el ser humano, donde todo está regido y gobernado por las personas, bajo el absoluto control humano, perdiéndose la noción de los ciclos naturales, de los cambios impredecibles y en general de la complejidad de la naturaleza; todo eso hace que se considere a la naturaleza como una mera fuente de recursos y sumidero de basuras, todo considerado como al servicio de lo seres humanos, y esto conlleva, tras unos siglos, el agotamiento y la destrucción de la base material que en realidad sostiene a la propia civilización.

En el estilo un tanto rimbombante de Spengler, éste escenifica esa lucha de la gran ciudad por el control de todo, como la lucha, "la rebelión de la Sangre contra el Dinero"; escribe Spengler:

"Una lucha desesperada atraviesa la historia económica de toda cultura, lucha que la tradición, arraigada en el suelo, y el alma de una raza llevan contra el espíritu del dinero. Las guerras de aldeanos al comienzo de toda época posterior —en la Antigüedad 700-500, entre nosotros 1450-1650 y en Egipto al final del Imperio antiguo—son las primeras rebeliones de la sangre contra el dinero, que, desde las ciudades ya poderosas, alarga la mano hacia el campo. La advertencia del barón de Stein: «Quien moviliza el suelo lo deshace en polvo», alude a un peligro de toda cultura..." 
"...El dinero aspira a la movilización de todas las cosas. La economía mundial es la realización de la economía en valores abstractos, separados del suelo, liquidados. El pensamiento antiguo ha transformado, desde los días de Aníbal, ciudades enteras en monedas, poblaciones enteras en esclavos y, por tanto, en dinero, que se precipita hacia Roma para actuar allí como potencia. El pensamiento fáustico «abre al tráfico» continentes enteros, descubre potencias hidráulicas de gigantescos ríos, aprovecha la fuerza muscular de poblaciones enteras, establece depósitos de carbón, explota bosques vírgenes, desvía leyes naturales y convierte todo esto en energía financiera, que se invierte luego en forma de prensa, elecciones, presupuestos, ejército, para realizar planes de dominio. Cada día se extraen nuevos valores de la parte del mundo que aun queda indiferente al negocio, «espíritus durmientes del oro», como dice Juan Gabriel Borkman"

De lo que habla Spengler en el párrafo anterior es de las diferentes revueltas de los campesinos, como la de 1525 en Alemania y que se reproducen por toda Europa hasta la década de 1650, como respuesta a la cancelación de los acuerdos tradicionales de tenencia de tierras y a las leyes del Cercamiento (Enclosures) en virtud de la nueva economía monetaria naciente (Capitalismo en nuestro caso), que despojaron a los campesinos de buena parte de su forma de vida mantenidas en virtud de los acuerdos tradicionales de usos de la tierra de la Edad Media, y los empujó a las grandes ciudades para ser el  futuro proletariado, la mano de obra barata de la posterior Revolución Industrial y sobretodo aportaron el material humano para la conquista y poblamiento de las colonias de ultramar, haciendo que los desposeídos de la vieja Europa desposeyeran a su vez a los habitantes indígenas de los países colonizados, extendiendo así el poder del Dinero a lo largo y ancho del mundo.

Para Spengler en las fases tardías de la civilización un determinado país que formaba parte de la periferia de la civilización es el que acaba controlando a ésta. Por ejemplo en el caso de la civilización Greco-Romana (que el llama "Apolínea") es Roma la potencia periférica (a Grecia) que acaba controlando a toda la civilización greco-romana; en el caso del Islam es el Imperio Otomano, siendo Turquía una región más bien periférica durante buena parte de la historia del Islam; y en el caso de nuestra civilización (que Spengler llama "Fáustica") se trata de los Estados Unidos de América, que es también un país de la periferia de nuestra civilización europea y que sólo hace poco más de 100 años ha llegado a ser hegemónico.
Las características fundamentales de esas sociedades de la periferia que acaban controlando a los países "centrales" de la civilización es su pragmatismo, su orientación al poder, y su falta de cualquier carácter "metafísico". 
Era un tanto absurdo, para el alma colectiva de la élite de Roma, querer ser un filósofo o un artista.  Roma es el hogar de los políticos, de los generales, de los ingenieros, de los magnates de los negocios, en general de los hombres de acción en busca de dinero y de poder. No se fundó ninguna escuela filosófica verdaderamente original en Roma, y los poco filósofos romanos que destacaron lo hacían en escuelas filosóficas creadas y en su mayor parte formuladas por griegos. 
Igualmente hoy día si algo caracteriza a la sociedad norteamericana y a sus líderes es el pragmatismo y la orientación a la búsqueda de la riqueza y el poder, desplegando inmensos ejércitos a lo largo y ancho del mundo para mantener el control. Las grandes creaciones artísticas, los grandes logros filosóficos, incluso los logros científicos más relevantes de la civilización "Fáustica" han sido hechas por europeos, aunque han sido los norteamericanos lo que han destacado más en las aplicaciones prácticas, por ejemplo, de esos logros científico-técnicos.

La decadencia de la civilización, en Spengler, es consecuencia de la pérdida de vitalidad de los habitantes de la misma, de la caída demográfica, del abandono de los campos, de la destrucción del medio natural y social que hace a la civilización extraordinariamente vulnerable a los "shocks" internos y externos que acaban, en unos siglos, destruyéndola, con la consiguiente llegada de lo que se conoce como "Edad Oscura" que es un período de disolución del orden previo con una re-ruralización de la sociedad y el comienzo, normalmente, de otro ciclo civilizatorio.

Por tanto el análisis de McGilchrist al señalar que es la creciente tendencia de de la civilización desarrollada a primar los "valores" propios del hemisferio cerebral izquierdo acaban llevando a la decadencia y final de la misma, es similar a la génesis de la decadencia de las civilizaciones de Spengler por el triunfo del Dinero, que se hace inevitable con el auge de las grandes ciudades que son causa y efecto a la vez de ese triunfo y cuya "cosmovisión" es, punto por punto, la descrita por McGilchrist como la forma propia de entender el mundo del hemisferio cerebral izquierdo.

Hay, por tanto, una total sintonía entre las ideas del dr. McGilchrist y los autores que he comentado anteriormente (Vico, Nietzsche y Spengler) respecto a la evolución de las civilizaciones y los motivos últimos de su decadencia, los cuales encuentro muy verosímiles, por lo que en realidad este nuevo análisis, si bien no añade nada significativamente nuevo, sí complementa, creo, los análisis de los otros autores.

Por tanto revertir el curso destructivo de una civilización no reside en la búsqueda de "técnicas" o "modos de organización" o "estrategias" que nos ayuden a mejorar la "sostenibilidad"; todas esas serían, en el fondo, herramientas del hemisferio izquierdo que no cambian, de forma fundamental, nuestra forma de ver el Mundo, la percepción de la Realidad. Para frenar, detener o revertir la destrucción que vemos a nuestro alrededor se requiere cambiar completamente la cosmovisión, se requería "regresar", de corazón, a otras cosmovisiones que hemos ya descartado, y aunque no deberíamos perder la esperanza, lo cierto es que no ha ocurrido nada parecido en toda la historia de las civilizaciones, pues éstas han seguido su curso y han agotado sus posibilidades hasta su propio fin y la verdad no se me ocurre como la nuestra pueda salir de esa misma "trampa".

Lo que si ocurrirá, porque es también un rasgo propio del ser humano, es la progresiva adaptación a esa misma decadencia, y en ese sentido Spengler aventura la llegada de lo que él llama "la Segunda Religiosidad", en un anhelo de llenar buena parte del vaciamiento vital de las fases decadentes de las civilizaciones con formas de piedad religiosa. Dice Spengler:

"Por último, en la senectud de la civilización incipiente extínguese el fuego del alma. La fuerza, que declina, se atreve aún, con éxito mediano—es el clasicismo que encontramos en toda cultura moribunda—, a acometer una creación magna; el alma piensa otra vez—es el romanticismo—, con melancólica añoranza, en su niñez pasada. Al fin, rendida, hastiada y fría, pierde el gozo de vivir y anhela—como en la época romana— alejarse de la luz milenaria y sumergirse de nuevo en la negrura mística de los estadios primitivos, en el seno materno, en la tumba. Este es el encanto de la «Segunda Religiosidad» que los cultos de Isis, Mithra y el Sol ejercían sobre los antiguos en su postrimería; esos mismos cultos que un alma nueva, en Oriente, había inventado como primera manifestación angustiosa y ensoñada de su existencia en este mundo y había llenado de inédita intimidad"


Suerte a todos.