La Máquina

 

LA MÁQUINA

 

("Erotomecánica VII", obra de H.R. Giger)

El avance de las biociencias y el desarrollo de las biotecnologías no sólo amplían las posibilidades de acción ya conocidas sino que posibilitan un nuevo tipo de intervenciones. Lo que hasta ahora estaba "dado" como naturaleza orgánica y como mucho podía "cultivarse" entra ahora en el ámbito de la intervención orientada a objetivos. […] Se desvanece la frontera entre la naturaleza que "somos" y la dotación orgánica que nos "damos"  
("El Futuro de la Naturaleza Humana, ¿Hacia una Eugenesia Liberal?", J. Habermas 2002)



INTRODUCCIÓN

Siguiendo a Lewis Mumford, que llamaba a nuestra civilización "la civilización de La Máquina" (en su libro "Técnica y Civilización", 1934), podríamos entender toda la historia del  desarrollo de nuestra civilización, desde las sociedades de Soberanía hasta las de Control, que he abordado en mi último artículo, como una suerte de diálogo entre El Hombre y La Máquina, como si La Máquina fuese revelando aspectos inherentes a nuestra condición, poniendo de manifiesto tendencias que en un régimen tecnológico determinado no salen (no pueden salir) a la luz, pero que están ahí, presentes en una forma subterránea, y que se van haciendo posibles en otros regímenes tecnológicos, de tal forma que podríamos llegar a pensar que quien guía el proceso no son, en realidad, los  seres humanos, sino La propia Máquina, a pesar de que, con nuestros ojos, siempre fascinados por  La Máquina, podemos pensar que este desarrollo, siempre creciente, es "lo correcto", que es lo que "se debe hacer" y a todo eso lo llamamos, de alguna manera "Progreso".

Podríamos pensar, también, que en todo este proceso el ser humano está cambiando, que su cuerpo y su mente están cambiando, que hay una evolución humana en esa adaptación progresiva, en este progresivo acoplamiento del Hombre a La Máquina, que en realidad el ser humano es, en sí, en buena parte una consecuencia de su adaptación a La Máquina,  y que, por tanto, ésta forma ya parte de su ser.

Haré un símil sobre el desarrollo de La Máquina en nuestra civilización con algo que está ahora de moda (por la pandemia), sería el caso de las infecciones virales:

Los virus, como La Máquina, en sí mismo no son organismos que podríamos llamar "vivos", no pueden reproducirse por sí mismo, en muchos casos no pueden ni siquiera conservar su integridad mucho tiempo fuera de un organismo vivo, y sin embargo extrañamente "usan" el cuerpo humano, sus células, para hacer copias de sí mismo y propagarse. De alguna manera el cuerpo humano, nuestra biología, está preparado para "revelar", para producir esos virus; de hecho ahora sabemos que del orden del 50% de nuestro genoma es de origen viral, es más, aquella parte que nos diferencia más claramente de otros primates es exclusivamente de origen viral (fragmentos retro-transposones), por lo que todo apunta a que los virus son una parte, a la vez misteriosa y fundamental, de aquello que llamamos "Evolución", aunque esto es mejor no mencionárselo a muchos biólogos aún insertos en el paradigma de la evolución por mero ensayo-error y selección natural...

Me aventuraré a hacer un símil bastante atrevido pero lo diré en cualquier caso: como los virus, La Máquina  necesita a los seres humanos para conservar su integridad, propagarse y evolucionar, y en ese proceso, como los virus, La Máquina cambia al ser humano, modifica su cuerpo, cambia las formas de pensar, las costumbres, los hábitos, el entorno ambiental, y prepara el "terreno" psicológico para otra ronda "inevitable" de futura expansión de La Máquina en todos y cada uno de los aspectos de la vida, porque en eso consiste el paso de las Sociedades de Soberanía, a las Disciplinarias y de éstas a las Sociedades de Control.

En este símil que hago no hay que pensar en La Máquina como una especie de ser consciente, como tampoco los virus los son; sino que podríamos definir a La Máquina como los procesos mentales, estrategias e instrumentos tecnológicos orientados al control de la Naturaleza por los seres humanos, y sobre todo al control de los hombres por otros hombres, que se manifiestan en componentes, dispositivos y sistemas construidos racionalmente, con fines de amplificación de nuestras capacidades, que se van reconstruyendo y readaptando en cada ciclo civilizatorio, y que en nuestra civilización Fáustica alcanza, como en todo, el extremo más absoluto respecto a las anteriores civilizaciones que han existido. 

Dada la resiliencia de ese proceso de re-construcción de La Máquina tras las Edades Oscuras que acompañan al fin de las civilizaciones, y su tendencia al crecimiento, podríamos atrevernos a describir a La Máquina, al igual que los virus, como algo "orgánico", con una teleología propia, que experimenta fases de contracción, letargo y expansión, según el ritmo evolutivo de las civilizaciones y que de alguna manera intenta sobrevivir y crecer... como los virus. 

La Máquina, y los sueños de poder que produce en (todos) los seres humanos, "atrapa" a sus creadores, los conforma, y a su vez los modela y cambia en el curso de las generaciones.

En las Sociedades de Control, nuestra época actual, las máquinas (hardware y software) están presente en todas y cada una de las facetas de la vida de las personas, en casi cada instante que el ser humano vive lo hace, cada vez más, mediado por el marco definido por La Máquina.

Las órbitas terrestres están surcadas por miles de satélites para proveer acceso a La Máquina en las más remotas regiones del mundo; la atmósfera cruzada en cada instante por miles y miles de máquinas voladoras para trasladar a las personas a lugares lejanos; el espacio electromagnético está literalmente a reventar de señales que transmiten información que permite comunicar a los hombres entre sí por medio de máquinas así como a las máquinas entre sí, y su intensidad sigue un curso exponencial; las carreteras llenas de ruidosas y humeantes máquinas rodantes repletas de personas y dispositivos electrónicos; los mares llenos de máquinas que al navegar trasladan productos, que en su mayor parte no necesitamos, destruyendo en el proceso la naturaleza que necesitamos.

En los últimos años, desde la primera infancia el ser humano está expuesto inexorablemente a La Máquina, con la que a veces interactúa más que con sus padres y cuidadores, dejado "al cargo" de los artefactos electrónicos con los que se supone que "se entretiene y aprende", y esto es así hasta el mismo umbral de la muerte, donde los ancianos pasan sus últimos años o meses de vida en las residencias con 12 horas o más de TV, en soledad, rodeados de una multitud de extraños pero bien acompañados de Trankimazin y otros medicamentos y dispositivos médicos, que son también aspectos de La Máquina.

De la cuna a la tumba vivimos custodiados por  La Máquina.

Hay artistas que han expresado esa creciente influencia de la Máquina llevándola al extremo como H.R. Giger, que en sus obras expone visualmente esa "hibridación" entre lo orgánico y las máquinas, como por ejemplo los escenarios que ideó para la película de Ridley Scott "Alien" (1979), donde puede verse esa confusión entre lo vivo y lo mecánico. 
Esa hibridación está presente por doquier, por ejemplo en la escena donde los astronautas humanos inspeccionan el cadáver del "piloto" extraterrestre que encontraron en la extraña nave alienígena que inspeccionaban:

 

("Jinete Espacial" ("Space Jockey") de la película Alien, 1979, obra de HR Giger) 

Como puede verse no es posible apreciar una diferencia clara entre el  cuerpo del extraterrestre y la parte "mecánica" de la nave, no hay una clara diferencia entre lo artificial y lo biológico, y toda la nave parece estar conformada por estructuras que recuerdan las partes de un organismo vivo, pero con formas también propiamente mecánicas insertadas. 

El artista que imaginó el escenario de la imagen anterior parece querer indicar que las diferencias entre lo vivo y lo artificial se han borrado (o casi) en estos seres de muy avanzada tecnología, como si ese fuera el inevitable futuro del Ser Humano.

Por que para mi lo fundamental de la sociedad contemporánea no es estrictamente ese Control que describe Gilles Deleuze, entendido como un ejercicio del poder desde las élites, aunque indudablemente es uno de los rasgos de esta dinámica, para mi la dinámica subyacente más "potente" es el crecimiento de la presencia de La Máquina en cada vez nuevas facetas del ser humano, como quizás el ámbito más destacado es la apertura de lo que llaman "La Nueva Frontera" de la Ciencia y la Tecnología, aquella que representa la aplicación de multitud de nuevas tecnologías al cuerpo humano, a lo biológico en general, algo que va más allá de la Ingeniería Genética y que se extiende a los campos de la nano-tecnología, la robótica, la micro-electrónica, las comunicaciones, los nuevos materiales, etc...

Dado por excesivamente costoso, arriesgado o directamente imposible el sueño de La Conquista del Espacio, nuestra civilización Fáustica se vuelve sobre lo orgánico, sobre la Bilogía, en su afán de superar sus límites, de abrir nuevas fronteras a la manipulación, y sí, al Control, y abre, por tanto, nuevos caminos y ámbitos de actuación a su hija preferida: La Máquina.

En las Sociedades de Soberanía las máquinas eran muy simples y la energía que usaban eran las de la fuerza humana y animal con la participación ocasional del aprovechamiento energético del aire y el agua (velas de barcos, molinos de agua o viento, etc...), el paradigma mental-social-epistemológico es de índole religioso-metafísico. 
En las Sociedades Disciplinarias las máquinas se hacen más complejas y en ellas es la Mecánica la reina del paradigma mental-social-epistemológico (expresado incluso como metáfora de su fundamento científico: el Mecanicismo) con el uso de los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo) como fuente energética fundamental. 
Las recientes Sociedades de Control comienza con la generalización de las máquinas cibernéticas y las Tecnologías de la Información, y el paradigma mental-social-epistemológico es el del Mundo-Como-Algoritmo-Complejo, por supuesto modelizable con nuestras herramientas científico-matemáticas, y que recientemente sueña con sustentar todas sus  inmensas necesidades energéticas, con las energías renovables de nuevo, como en las Sociedades de Soberanía (buena suerte con esto).

Para mi todos esas aproximaciones epistemológicas son proyecciones de las dinámicas sociales que a su vez provienen del éxito instrumental del estado de La Máquina en vigor, que se apoyan, por supuesto y siempre, en aspectos parciales de la Realidad, pues el Mundo "en sí" es algo mucho más complejo e indescifrable para nuestra mente, y es que estoy convencido que el Mundo no es sólo mucho más complejo de lo que pensamos, sino mucho más complejo de lo que podemos imaginar, nosotros, primates endiosados tan "inteligentes" que nos hemos dotado de una tecnología con la que podemos extinguirnos a nosotros mismos en cualquier momento ("gracias" a las armas termonucleares).

Si en las Sociedades de Soberanía el control de las élites se ejercía a través de la demanda de periódicas manifestaciones de obediencia, en las Sociedades Disciplinarias sobre la educación y el cuerpo en los períodos de "confinamiento" laboral, educativo, militar o penal; en las Sociedades de Control se "guía" y "modula" no ya las acciones del cuerpo, sino el propio pensamiento por medio del control de la información; así dando otro paso más en el proceso, en una posible nueva sociedad del futuro, en una futura sociedad que podríamos llamar Sociedades de Bio-Máquinas, se trataría, además del control del pensamiento y la información, del control de la misma biología del cuerpo, una extensión de la Biopolítica de la que ya hablaba Foucault en los años 70 del pasado siglo.


EL ASCENSO DE LA MÁQUINA

                                        ("La Máquina de los Nacimientos", obra de HR Giger)

Por ejemplo en las reuniones de los últimos años en Davos, en el famoso WEF (World Economic Forum), donde se reúne la élite financiera y política del Mundo, quizás el tema principal y más candente es el de la Biotecnología, que es algo más que un "mercado" millonario, pues al hablar de en este tema hablamos de Control y de Poder como nunca antes, es por eso que una de las voces más oídas son las conferencias del "gurú" de esas tecnologías, el profesor de la universidad de Historia en la universidad de Jerusalem Yuval Noah Harari, con su mensaje transhumanista sin tapujos muy bien recibido, como no, por las élites. He aquí unos extractos de sus conferencias en ese foro en los años 2018, 2020 y 2022:


Otro de los aspectos "interesantes" que trata el profesor Harari en esas conferencias es lo que él llama la  "Clase Inútil", es decir, el conjunto de cientos de millones de personas que han pasado o pasarán pronto a ser "superfluos" una vez que los desarrollos en automatización e Inteligencia Artificial hayan progresivamente ocupado más ámbitos de las actividades humanas, dejando sin trabajo a un porcentaje significativo de la población.
No puedo evitar, al oír ese término que considero insultante, acordarme de las campañas nazis contra los "comedores inútiles" ("unnützer Esser"), aquella parte de la población "parásita e improductiva" que pensaban había que exterminar.




Ya lo dijo hace tiempo el multimillonario Warren Buffet: "algunos ciudadanos no son adecuados para una economía de mercado desarrollada..., por eso los mandamos a Afghanistan". Puede entenderse, creo, de dónde proviene el fundamento de las ideas del bueno de Yuval. 
Aunque es profesor de Historia, según parece el señor Harari cree que esto es algo nuevo, pero debería mirar hacia la historia pasada de las civilizaciones, por ejemplo del Imperio Romano, para comprender que en esa época existía también una muy numerosa "Clase Inútil" que era aquello que se llamaba la "Plebe" de Roma, constituida en buena parte por los descendientes de los agricultores y artesanos libres itálicos desplazados de sus empleos por el auge de los latifundios y talleres donde se usaba mano de obra esclava, contra los que no podían competir, y donde esos "robots de carne y hueso", que eran los esclavos, habían desplazado de sus empleos a los antiguos pequeños agricultores libres, enriqueciendo en el proceso a una exigua minoría de propietarios. 

La dinámica actual es equivalente, y la concentración de riqueza y poder en las pocas manos de lo que Toynbee llamaba Minoría Dominante, recuerda a la del Imperio Romano en su fase de decadencia, que es inevitable tras la desafección manifiesta de las poblaciones hacia un orden establecido que permite esa misma acumulación inusitada de poder y riqueza y la pérdida de las mínimas condiciones de vida e influencia social y política de las "masas" de plebeyos empobrecidos hacinados en las insulae (edificios de muchas plantas) de las ciudades del Imperio, sin más ocupación que los juegos y espectáculos (circenses) y la búsqueda del pan (panem) de provisión pública. En nuestro mundo contemporáneo el equivalente a los juegos y espectáculos romanos serían los de realidad virtual como los expuestos en las película de Spielberg Ready Player One (2018) tema que aparece en un artículo que redacté en el pasado, y donde se describe el mismo ambiente de una población empobrecida y hacinada cuya única ocupación consiste en jugar a un juego de rol virtual completamente adictivo, que los saque de una realidad aplastante.


¿No recuerda lo que Spielberg cuenta en esa película un poco a lo que pretende la famosa red social META?, o como lo representa algún artista-dibujante, que desconozco, de manera distópica e inquietante:



Recordemos que, según las estimaciones del gobierno japonés, existen unos 10 millones de hikokomori en ese país...el cual ha "progresado" más que el resto, y su número sigue aumentando año a año.

Todas estas son las fantasías "utópicas" que nos tienen reservados los ultra-ricos, como los del WEF (World Economic Forum) de Davos, respecto a nuestro futuro (no el suyo claro), como esta:


Si (casi) nadie tiene nada, adivinad quien va a tenerlo absolutamente todo...

Por otro lado las aseveraciones del profesor Harari sobre la Biología parten de un fundamento completamente erróneo, como es la de considerar que la naturaleza de la Vida (o en general de la Realidad) es de índole Algorítmica, y no deja de sorprenderme que mientras que la Física y las otras ciencias "duras" abandonaron en buena parte hace tiempo el paradigma mecanicista, la Biología contemporánea se esfuerza por retomar esa antorcha caduca desde principios del siglo XX, con los cambios paradigmáticos científicos de esa época, como expuse en otro artículo anterior, y aún con menos razón para esa confianza mecanicista en el caso de la Biología comparado con otras ramas de la Ciencia, dada su extraordinaria complejidad inherente en sus múltiples escalas.

El fundamento de estas ideas que expone el profesor Harari, como comenté anteriormente, reside en la fascinación contemporánea con el software (ubicuo en las Sociedades de Control), es, por tanto, una fascinación de índole metafísica, y no parten de un sustento verdaderamente experimental, pero es que otras aproximaciones a la Biología no permitirían el mismo uso instrumental, que en realidad es de lo que se trata. Bueno ya la propia Vida se encargará de poner las cosas en su sitio...

Por supuesto el chasco que se llevarán por el fracaso del uso instrumental de la remodelación genética a gran escala de los organismos vivos en general, y del ser humano en particular, será monumental pero me temo que el daño que producirán esas mismas tendencias de Control total será, desgraciadamente, significativo.

Mientras la Minoría Dominante (Toynbee) sigue con esos esquemas de acumulación creciente de riqueza y poder, ese empobrecimiento de las masas llevará a la creación y crecimiento de un gran Proletariado Interno (Toynbee) completamente desencantado y progresivamente hostil al orden social tecno-oligárquico vigente; haciendo crecer el impulso a lo que actualmente se llama Populismo, y que Spengler llamaba Cesarismo, que es la misma tendencia que ha ocurrido en todas las civilizaciones en su decadencia, y que ya analicé en un artículo anterior (no voy a repetir los argumentos, remito a los lectores a ese artículo), tendencia ésta, junto con las crisis anidadas que han ocurrido en todas las civilizaciones (y ahora, claro, a la nuestra), darán al traste con buena parte de las fantasías transhumanistas de nuestra oligarquía tecnófila "Fáustica".

Por otro lado Lewis Mumford tiene otro magnífico libro sobre estos temas llamado "El Mito de la Máquina" (1967), en él dice el autor en su prólogo:

"Con esta nueva «megatécnica» la minoría dominante creará una estructura uniforme, omniabarcante y superplanetaria diseñada para operar de forma automática. En vez de obrar como una personalidad autónoma y activa, el hombre se convertirá en un animal pasivo y sin objetivos propios, en una especie de animal condicionado por las máquinas, cuyas funciones específicas (tal como los técnicos interpretan ahora el papel del hombre) nutrirán dicha máquina o serán estrictamente limitadas y controladas en provecho de determinadas organizaciones colectivas y despersonalizadas."

Profético párrafo el anterior, se ve que esa "estructura uniforme, omniabarcante y superplanetaria diseñada para operar de forma automática" es lo que está en construcción actualmente, uno de cuyos fines parece dirigirse a eliminar la "voluntad" humana que pueda construirse como independiente de los automatismos tecno-mecánicos omniabarcantes.

Por otro lado, mirándolo desde el punto de vista del Ascenso de La Máquina, este desarrollo tiene toda su lógica, pues un porcentaje elevado de los seres humanos, despojados de sus relaciones y labores en el universo "real", pasan a residir, la mayor parte de su tiempo, en un universo "virtual" en buena parte producto de algoritmos regidos por Inteligencia Artificial (IA), es decir, se entregan en brazos de La Máquina, algo que me recuerda a la película Matrix (1999).

Las personas cada vez viven más "enganchados" a los terminales móviles, actuando en buena parte como consumidores pasivos de información, donde la secuencia ininterrumpida de imágenes sobrecargan la mente, dejándola casi completamente inerte, y es que ese flujo constante de estimulaciones visuales (como ocurre en algunas redes sociales) e información superficial, conlleva a una especie de entumecimiento mental, a una pseudo-parálisis, a un atontamiento pasivo que interfiere y dificulta cualquier reflexión o creación. No creo que esta dinámica sea especialmente positiva, en particular si ocurre en las etapas tempranas de la infancia, donde las interconexiones neuronales, que se forman y producen los fundamentos emocionales y racionales de los seres humanos, se están formando.

¿Caminamos hacia un futuro lleno de hombres estúpidos y máquinas inteligentes?....Espero que no se cumpla lo que describe esta viñeta:

("Los humanos enganchados. Las máquinas aprendiendo")

Si definimos la noción de Existir, si pensamos esta noción en el ámbito social, como "Mostrarse al Otro" que actúa de referente último de nuestra existencia; podríamos decir que en el pasado Existir residía en el contacto visual cercano, en la conversación, en las celebraciones y rituales, pero en la actualidad ese humano Existir, considerado, por tanto, como "Mostrarse al Otro" cada vez más se hace mediado por la tecnología y sus "filtros", controlado por tanto, en buena parte, por un puñado de inmensas corporaciones propiedad de una exigua élite con uso intensivo de Inteligencia Artificial.

La noción contemporánea del existir cada vez se parece más a la de residir, habitar en una universo virtual-electrónico, es decir, a estar en el seno, en la "Matriz" (Matrix), de La Máquina.

Como señalaba Heidegger, en la Edad Media el Ser, el fundamento de Lo Existente, residía "En-La-Mente-de-Dios", por lo que el acceso epistemológico a La Verdad se hacía por la vía de las experiencia religiosa y la interpretación de los textos sagrados, y más tardíamente, como en el Escolasticismo, por la asunción que no hay ni puede haber contradicción entre la Razón y la Revelación, que es la tesis fundamental de la lectura que hace Santo Tomás de Aquino de la filosofía Aristotélica; pero que, usando la terminología de Nietzsche, ese "Socratismo" racionalista escolástico en realidad debilita y desestructura la consistencia metafísica existencial y epistemológica que era la base ontológica previa ("Dionisíaca" en el ámbito griego y "Cristiana Antigua" en el ámbito medieval), proceso que se se desencadena, en todas las civilizaciones, con el crecimiento de las ciudades, el crecimiento de los mercados y por tanto de la "ratio" (relación entre cantidades) de donde deriva el término "Razón" que es la tendencia del urbanismo creciente, con su mayor "orientación a fines" pragmáticos. 
El escolasticismo es, sí también, precursor del Renacimiento, que estaba ya cerca en el tiempo.

En el paradigma actual, en las Sociedades de Control Cibernéticas donde vivimos, como hemos comentado antes, Existir es ahora residir en otra "Mente" en otro "Cielo", que ahora llamamos "Nube" digital, en este caso se trataría del "Cielo de La Máquina". Cerrando el círculo de la nueva absorción del Ser en otra nueva entidad omniabarcante virtual, global y omnipresente, que provee de sentido (artificial) a sus "adeptos".

Si, como hemos dichos, en el medioevo el fundamento de los Existente estaba en la mente de Dios (Heidegger), ahora cada vez más el fundamento de lo Existente está en la "mente" de La Máquina (fotos, viajes, cuentas corrientes, grabaciones, vídeos, mensaje en redes, e-mails, chats, etc...).

La mente de Dios ha sido sustituido por la mente de La Máquina.

Baudrillard llama a este "nuevo mundo" Hiper-realidad, donde todo lo que se muestra es un "Simulacro", una copia del mundo, pero que es más "real" que lo que verdaderamente existe, es ciertamente como el Mundo de las Ideas de Platón, allí donde residía lo verdaderamente existente, donde habitaban las "Esencias" de los objetos reales, que en nuestra sociedad lo forma el  Mundo Virtual-Digital de La Máquina, que es de alguna manera el lugar donde reside la "Esencia" de las vivencias y objetos reales. 
Por ejemplo en la actualidad da la impresión de que para muchas personas un viaje a un sitio pintoresco "existe" en virtud de que los viajeros "suben" las fotografías a sus redes sociales, es más puede deducirse que, en realidad es la posibilidad de "subir" esas imágenes de ellos apareciendo en ese paisaje, el verdadero motivo o sentido de esos viajes, es decir, la exhibición de esa "Hiper-realidad" virtual, lo que da sentido a una presencia "real" en el sitio visitado que yo particularmente siento profundamente degradado por esa misma mediación electrónica.

Como afirma Franco Berardi, el dinero, la información, el estereotipo, la imagen digital, son potentes "reductores de complejidad" que simplifican y en buena parte emborronan, la relación con los Otros y la Naturaleza; estos "reductores de complejidad" forman un hábito existencial que impide apreciar el resto de sensaciones que dimanan y palpitan en los sitios y personas realmente existente, haciendo en muchos casos bastante insoportable, por ejemplo, la presencia de los seres humanos reales, como los residentes, necesitados y pobres que pululan por los parajes pintorescos, "estorbando" la captura de los pulcros y coloridos vídeos e imágenes destinados a la platónica "Nube" electrónica de nuestras fantasías.

Somos, cada vez más, nuestra imagen en el seno de La Máquina.

Como metáfora exagerada de todo esto tenemos el mundo expuesto por la película Matrix (1999), donde la Humanidad vive "enganchada" a una vida virtual, sostenida por una gran Máquina-Matriz, un inmenso tecno-vientre, auténtica fantasía tecno-freudiana a la que aspiran, según parece, una buena parte de nuestras élites tecnocráticas. 

(El despertar de Neo en la película Matrix, 1999)

De hecho una parte de los tecno-utópicos tienen esa misma fantasía pero  sin que ni siquiera existan cuerpos que alimentar o cerebros que "conectar" a La Máquina, sino que aspiran a que toda la existencia sea virtual y los seres "conscientes" (ya no humanos, sino post-humanos o trans-humanos) vivan su vida en el universo electrónico-digital en el seno (Matrix) de La Máquina.

Auténticas distopías que considero a la vez feas y grotescas.


PERO ¿QUÉ QUIERE LA MÁQUINA?



(Internet de los Cuerpos, Internet of Bodies, IoB)

Por ejemplo en los temas de salud, algunas de las tendencias actuales son:

Nuevos sensores implantados en el organismo conectados a internet, que permitirán nuevos sistemas sensorizados de dosificación de medicamentos asociados a ese Internet of Bodies (IoB: Internet de los Cuerpos), con seguimiento remoto de la salud, pues gracias a esos sensores una IA (Inteligencia Artificial) vigilará, en tiempo real, nuestra salud, proponiendo las recomendaciones, los cuidados/tratamientos necesarios, llegando a que nuestra salud esté completamente acoplada a La Máquina. 
Nuevas terapias génicas que hacen que el cuerpo produzca sus antígenos que generen los anticuerpos, o en general medicamentos (vía producción de proteínas, hormonas, enzimas etc...), cosa que hemos visto desplegarse recientemente de forma generalizada, siendo ésta una solución que se ha preferido sobre otras aproximaciones más tradicionales de vacunas.
Modificaciones guiadas del ADN por las técnicas CRISPR para corregir células patogénicas, y  fabricación de órganos completamente sintéticos, pero a la vez orgánicos, para su implante.
Nanopartículas que atacan selectivamente las células cancerosas, incluso, porqué no, a las bacterias y virus indeseables, ayudando al sistema inmune.
Monitorización. en tiempo real, de los estados mentales de los sujetos, como prevención médica así como potencial uso para prevenir conductas violentas o anti-sociales en general. El abanico de posibilidades de esta tecnología es "infinito", como puede ser su mal uso claro.

Armados con este arsenal de nuevas tecnologías ¿acaso no accederemos, por fin, al "Cielo de la Biomecánica"? (como lo llamó el replicante Roy Batty en la película Blade Runner, 1982). Los propios desarrollos tecnológicos nos "empujan" a aplicarlos a nuestro cuerpo.

Como he afirmado en repetidas ocasiones, la tecnología parece ir siempre en el sentido de ese mayor acoplamiento del ser humano con La Máquina, de un "conexionado" creciente tanto físico como mental, a los artefactos y programas que la forman, en una especie de "Largo Camino hacia Matrix".

Otro aspecto es el creciente uso de herramientas de Inteligencia Artificial que sustituyan a los seres humanos en todos los procesos y transacciones, como continuación de los procesos de automatización de los últimos siglos.

En las Sociedades Disciplinarias la automatización sucedía predominantemente en el plano de las labores físicas; en cambio en las Sociedades de Control la automatización se dirige, con mayor intensidad, hacia las labores mentales, con el sueño, por otro lado fantasioso e irrealizable, de  la Automatización Total con el que fantasean las oligarquías tecnocráticas actuales.


El despliegue de las herramientas de Inteligencia Artificial llega a todos los ámbitos, por ejemplo en la gestión de inversiones, donde la velocidad de las transacciones es una ventaja comparativa entre inversores, y por tanto éstas se hacen, en una buena parte y cada vez más, de forma automatizada.
En las redes sociales, donde muchos aspectos del "control", propuestas de contenido o incluso generación del contenido de las mismas se hacen por programas de IA.
En los coches autónomo y crecientemente en la guerra, donde la investigación en sistemas autónomos regidos por IA es gigantesca, y, como ha ocurrido siempre, tras su aplicación en la guerra, la tecnología se aplicará al mundo civil.

Está cada vez más cercano el día, si es que no ha ocurrido ya, en que La Máquina, el programa de IA de la misma alojado en el ordenador por ejemplo de un dron, "decida" matar a unos seres humanos que considera combatientes enemigos y use las armas que porta para completar la tarea. Debido al incremento de los sistemas de guerra electrónica para desactivar, por ejemplo, las comunicaciones de la base de control con los drones enemigos, el hecho de que los drones puedan actuar de manera autónoma y decidir desplegar sus armas contra el enemigo incluso ante la pérdida de la señal de control, constituye una clara "ventaja comparativa" si se compara con los drones que dependen de un control remoto para actuar, cosa que seguro no se le escapa a los generales de los ejércitos ni a los políticos que inician las guerras. 
La propia tecnología, La Máquina, nos "arrastra" a darle mayor autonomía, ella misma nos marca el sentido de los futuros desarrollos.

La Máquina adquirirá así el poder de "decidir" sobre la vida o muerte de los Hombres.

En otro ámbito, si tomamos, por ejemplo la automatización de las inversiones, podremos apreciar que esas decisiones tomadas por La Máquina, afectan a un gran número de personas, ya que la acumulación de decisiones  que actúen financieramente en sentido negativo pueden llegar a degradar las condiciones de vida de un país entero, y afectar profundamente a las personas que allí viven, obligando en algunos casos a los gobiernos a tomar medidas, a veces muy impopulares, que mejoren esos índices abstractos sobre los que actúan los automatismos financieros. Y cada vez más las decisiones se toman en virtud de índices que son la base de decisiones automáticas de los programas de gestión, a una escala que sale fuera de control, en muchos casos, de los propios gobiernos particulares, dada la gran interrelación de las economías en nuestro mundo globalizado y la dependencia de capitales financieros globales. 

Este es un ejemplo donde La Máquina en realidad "dirige" a los Hombres y sus decisiones políticas, y no a la inversa.

Se me podrían criticar las afirmaciones anteriores donde aparentemente "humanizo" o hago poseedora de ciertas formas de consciencia a La Máquina, y lo que en realidad ocurre es que son los seres humanos en la construcción de los programas informáticos, los que definen exactamente la forma que tienen que actuar las máquinas, y por tanto las máquinas son meros instrumentos "ciegos" que sólo siguen nuestras instrucciones.
Bueno esto es cierto en buena parte, y concedo que no existe una "consciencia", similar a la humana como tal en esos actos,  no obstante en los nuevos avances en IA que se están aplicando actualmente, en particular en las técnicas que se llaman de Aprendizaje Profundo (Deep Learning), en realidad NO se sabe cómo funciona esa tecnología, se desconocen los "mecanismos" que llevan al sistema a dar una determinada respuesta u otra, eso sí, se sabe que funcionan pero no se tiene ni idea de porqué funcionan  esas "cajas negras".
En este artículo del MIT (Massachusetts Institute of Technology) se describe esta dinámica un tanto inquietante del Deep Learning y la incapacidad que tenemos los humanos para saber porqué hace lo que hace.

A medida que aumenta la complejidad de los sistemas Inteligencia Artificial, los seres humanos van perdiendo la capacidad de entenderlos a fondo en todas sus escalas, como ocurre, en general, con los incrementos de complejidad de todos los sistemas existentes en general, dado la limitación (que nunca se reconoce) de nuestras propias capacidades mentales; no obstante dado que son "útiles" para seguir superando las  etapas que nos marca la propia Máquina en su sucesivo despliegue, su uso creciente es aparentemente "necesario" y por tanto  imparable.

¿No sería lo que describo en el párrafo anterior, de hecho ya una renuncia del ser humano a controlar a La Máquina, al usar, en sus automatizaciones crecientes, sistemas que ni siquiera entiende porqué da determinados resultados?¿No sería esto ya una prueba de la crecientemente adquirida Autonomía de La Máquina del control humano?¿Cómo sabemos que no es ahí donde reside una proto-consciencia autónoma?

¿Estará ya HAL-9000 llamando a la puerta...?

En la conferencia/ensayo de Martin Heidegger de título "Serenidad" (1955), este autor dice:

"Pero el desarrollo de la técnica se efectuará cada vez con mayor velocidad y no podrá ser detenido en parte alguna. En todas las regiones de la existencia el hombre estará cada vez más estrechamente cercado por las fuerzas de los aparatos técnicos y de los autómatas. Los poderes que en todas partes y a todas horas retan, encadenan, arrastran y acosan al hombre bajo alguna forma de utillaje o instalación técnica, estos poderes hace ya tiempo que han desbordado la voluntad y capacidad de decisión humana porque no han sido hechos por el hombre."

"Porque no han sido hechos por el hombre" es la conclusión (o quizás más bien "sospecha")  a que llega Heidegger cuando ve a la especie humana literalmente "embebida" en el seno de La Máquina; y cuando de esto habla es en 1955, supongo que si pudiese ver el mundo actual quedaría horrorizado y entristecido al ver cumplirse de forma certera sus predicciones, como la de tantos otros autores del pasado.

Por otro lado hay un interesante libro del autor Kevin Kelly, cuyo título es: "¿Qué quiere la Tecnología?"("What Technology Wants?", 2010), y tratando de responder a la pregunta de ese autor: ¿No sería esto, esa autonomía, lo que en realidad "quiere" La Máquina?

Creo que es  momento de detenerse en las tesis de ese autor Kevin Kelly y que comparte un buen número de tecnócratas de Silicon Valley.

Según este autor en realidad lo que yo llamo La Máquina, que el llama "Technium", deriva de la propia tendencia del Universo a la vez al desorden, con el crecimiento continuo de la Entropía (según el Segundo Principio de la Termodinámica), y por otro lado a un Orden creciente, al incremento de la  Complejidad, es decir, a lo que el autor llama "Exotropy" (supongo que se traduciría por Exotropía).

Esta tendencia del Universo, como auténtica Ley Natural, es la que haría que, desde su origen primigenio, se hayan desarrollado los átomos, luego las moléculas, las partículas de mayor tamaño, los planetas, las estrellas, las galaxias, las moléculas auto-replicantes, los organismos unicelulares, los organismos pluricelulares, los órganos sensoriales, el sistema nervioso, el cerebro y la conciencia; en un continuo crecimiento de la Complejidad inherente de todos los sistemas y del Universo en general.

En realidad esta tesis no es, para nada, original de Kevin Kelly, ya que por ejemplo Teilhard de Chardin ya la expuso dándole el nombre de "Ley de Complejidad-Conciencia", que aparece en varios de sus escritos, por ejemplo en su libro "El Fenómeno Humano" (1940) donde dice este autor:

"Observada en su parte central, que es la más clara, la Evolución de la Materia se concreta, conforme a las teorías actuales, en la edificación gradual por creciente complicación, de los diversos elementos reconocidos por la Física-Química…. Ni uno solo de los términos de esta larga serie puede dejar de ser considerado, de acuerdo con excelentes pruebas experimentales, como un compuesto de núcleos y de electrones. Este descubrimiento fundamental de que todos los cuerpos derivan, por ordenación, de un solo tipo inicial corpuscular viene a ser como el rayo que ilumina ante nuestros ojos la historia del Universo. A su manera, la Materia obedece desde el origen, a la gran ley biológica (sobre la cual deberemos insistir constantemente) de "complejificación".

Para este autor la aparición de la conciencia en los seres vivos es una etapa más en este proceso, así enuncia este autor su "Ley de Complejidad-Conciencia" en el mismo libro:

"Cualquiera que sea el caso que pensemos, podemos estar seguros que siempre, a una más robusta y mejor organizada estructura, corresponde una conciencia más evolucionada

En ese libro Teilhard desarrolla una tesis apenas esbozada por el biólogo Julian Huxley, hermano de Aldous, autor de la muy famosa obra "Un Mundo Feliz"; dice Julian Huxley:

"el Hombre descubriendo que su propio ser no es otra cosa que la Evolución convertida en consciente de si misma..."

Por tanto buena parte de las tesis de los transhumanistas se basan en tesis previas de Teilhard de Chardin, como por ejemplo su Teoría del Punto Omega, que los transhumanistas, como Kurzweil actuales llaman "Singularidad". Pero no busquéis atribución alguna de esas teorías, por parte los teóricos de Silicon Valley, al jesuita Teilhard en sus escritos, puede que por ignorancia (suelen ser bastante iletrados) o puede que porque alguien podría encontrar la raíz, en buena parte por supuesto religiosa, de todas esas concepciones siguiendo ese Hilo de Ariadna.

Kevin Kelly usa, en sus libros, las mismas tesis que Teilhard de Chardin cuando afirma que el progreso tecnológico es en realidad una continuación del mismo proceso de tendencia a la Complejidad, que no sería otra cosas que una Ley Universal, y esa tendencia "usa" ahora al ser humano como la nueva "fuente" de los futuros incrementos acelerados de complejidad.

Sobre esto dice Teilhard de Chardin en su libro "El Fenómeno Humano" (1940):

"Entonces podemos darnos cuenta de que no nos equivocamos al interpretar de una forma activa y finalista los progresivos saltos de la Vida. Y ello porque, al fin y al cabo, si de verdad nuestras construcciones "artificiales" no son sino la legítima continuación de nuestra propia filogenia, de manera legítima también, la invención, este acto revolucionario del que emergen, una tras otra, las creaciones de nuestro pensamiento, puede ser considerada como una prolongación en forma reflexiva del mecanismo oscuro, por medio del cual toda forma nueva germinó siempre sobre el tronco de la Vida."

En ese mismo libro, al referirse a los adelantos técnicos, a lo que yo llamo La Máquina, dice Teilhard de Chardin:

"Si de verdad las palabras tienen un sentido, lo que está naciendo con sus extremidades, un sistema nervioso, sus centros de percepción, su memoria, ¿no es como un gran cuerpo, es decir, el cuerpo mismo del gran Algo que debía llegar con el objeto de colmar las aspiraciones suscitadas por la conciencia en el ser reflexivo, conciencia adquirida recientemente de ser solidario y responsable de un Todo en evolución?"

En el párrafo anterior aparece claramente la idea de que La Máquina, el "Technium", usando el término de Kevin Kelly, o la "Tecnosfera", como a veces se la llama, es en realidad como un organismo vivo con una consciencia incipiente, como un "Super-organismo" que por la Ley Universal de Complejidad-Conciencia sigue la trayectoria del resto de los sistemas existentes desde el mismo principio del Universo.

Como he descrito en multitud de artículos previos, las civilizaciones se constituyen gracias a "Visiones Primordiales" (no a la inversa), que no abandonan nunca, y que tienen fiel reflejo en todos los aspectos de esa misma civilización: en el arte, la religión, la ciencia, la técnica, la literatura, la filosofía, la economía, etc... es decir en todos y cada uno de los aspectos en los que se expresa el humano existente, y nuestra civilización, por supuesto, no es una excepción.


EL FUTURO DE LA MÁQUINA



En buena parte pienso que Teilhard acierta al enunciar su Ley de Complejidad, y aparentemente es cierto que parece haber una "Flecha de Complejidad" inherente en el Universo, pero otra cosa es que su idea de esa presunta evolución lineal hacia el Punto Omega, de esa especie de "divinización" mística a través del proceso de complejidad no es nada más que una re-edición del Mito cristiano de la Segunda Venida, o de las sucesivas profecías sobre las "Edades" como la de Joaquín de Fiore, donde ahora, gracias a la tecnología, estaríamos entrando en la Edad del Espíritu Santo (espiritual-cibernético), con el progresivo proceso de perfección de la Humanidad, que forma parte del fundamento mítico de nuestra civilización Fáustica y su idea del "Progreso", tanto en el  ámbito religioso como en el social o técnico-científico (son caras de la misma moneda).

Por mi parte tiendo a pensar más en términos de "ciclos" que en términos absolutos lineales, que es como tiende a organizarse la Vida, pero eso es una "herejía" en nuestro paradigma.

Es para mi a la vez fascinante y divertido contemplar cómo dos personas religiosas católicas, dos sacerdotes, de alguna manera han modelado el pensamiento científico-técnico contemporáneo en lo que respecta al Origen y el Fin último del Universo.

El sacerdote católico belga Georges Lamaître, de la universidad de Lovaina, fue el primero en formular la teoría del Big-Bang, la cual ha sido aceptada por la comunidad científica como la que mejor explica las observaciones que se tienen de los entes cósmicos lejanos; curiosamente esta teoría de un origen único y puntual, de una especie de "Huevo Cósmico" no se aparta tanto del mito cristiano de la Creación, donde ésta es un hecho "histórico" que sucede en un instante determinado.
En cuanto al Fin último del Universo, en la visión del sacerdote católico jesuita Teilhard de Chardin se trataría del Punto Omega, de una "reunión con la divinidad" en una auto-conciencia Cósmica, que recuerda a la Segunda Venida de Cristo, en esta nueva síntesis pseudo-escolástica moderna, no ya con Aristóteles, como hizo Santo Tomás de Aquino, sino con Darwin y su Teoría de la Evolución.

Ambos definirían el mito fundamental del cristianismo "Fáustico"  en sus puntos Alfa y Omega y que tan bien se avienen a los razonamientos científico-técnicos de nuestra civilización, esencialmente  "impregnada" de esa misma "Visión Primordial" (Spengler). 

Ese mismo Alfa y Omega es el que rodea a los Pantocrator de las iglesias románicas, como este de Sant Climent de Taüll y que recoge el dicho de Cristo "Yo soy el Alfa y el Omega"  (en griego "το 'Αλφα και το Ωμέγα") que aparece en el Libro del Apocalipsis de San Juan :


Este mismo fundamento mítico de nuestra civilización es el que está detrás de todas las fantasías transhumanistas recientes, que conforman lo que Toynbee llamaba las Herejías del Futurismo, que sucedían en todas las civilizaciones, y de las que ya traté en otro artículo previo, como uno de los mecanismo de respuesta social a las decadencias civilizatorias a través de la "Salvación-por-La-Máquina"  que tiene un peso mucho mayor en nuestra cultura debido a su propia cosmovisión particular.

Pero, ¿vamos directos hacia Matrix?, ¿es que La Máquina continuará indefinidamente "acoplándose" más y más al ser humano hasta que sean indistinguibles?¿es que todos estos fenómenos de "maquinización" progresiva de la Vida van a seguir para siempre?....Bueno estoy convencido de que no, y esto por múltiples motivos, pero todos ellos encajan con la teoría "orgánica" de los ciclos que siempre he defendido. 

Llega ahora, en nuestro tiempo, la parte del ciclo civilizatorio "de bajada" (o que Spengler llamaba de decadencia). Usando el lenguaje coloquial, "a todo cerdo le llega su San Martin" y nuestro camino futuro será el de la reducción de complejidad, es decir, de progresivo destronamiento de La Máquina, aunque con gran pesar, no me cabe la menor duda.

Se me ocurren bastantes causas por lo que esto va a ocurrir:

Una de ellas es que el incremento de la Complejidad, o genéricamente el incremento del Orden, pueden ocurrir de alguna manera "negando" localmente el Segundo Principio de la Termodinámica (Neguentropía), pero a costa de un consumo energético adicional, no obstante los ingentes requerimientos de energía de La Máquina contemporánea omnipresente, omniabarcante, continua y global, no es sostenible en el medio-largo plazo en el seno de un descenso energético en el que estamos inmerso, por el progresivo agotamiento de los combustibles fósiles que son los que han permitido ese inmenso despliegue de complejidad científico-técnico-social que hemos asistido en los últimos siglos.
Muchos aducirán que las energías renovables y la energía nuclear podrán suplir adecuadamente la demanda de los menguantes combustibles fósiles, pero leyendo mucho sobre este tema sigo la tesis de que sólo lo conseguirá en una pequeña parte, y para nada podrá conseguirse, con las energías renovables sujetas además a los ciclos de la Naturaleza, la misma cantidad de energía que  ahora gastamos en sostener el inmenso edificio de la  Civilización Industrial Global. 
No es este el lugar para defender esta afirmación, remito a los interesados a otras fuentes de información, como por ejemplo los artículos del autor  Antonio Turiel.

La que he mencionado antes es una de las crisis anidadas a la que nos enfrentamos, no sé si es la mayor o más grave, pero desde luego es muy significativa, y complementa a las otras crisis derivadas de la evolución de las sociedades cuando pasan a su fase de decadencia, como son las crisis medio-ambientales,  sociales, económicas, de salud física y mental, de legitimidad de las élites, de hundimiento demográfico, etc...que acompañan a la evolución de las civilizaciones en sus últimos siglos de existencia y que suponen un freno a las tendencias de crecimiento y desarrollo de las mismas, al acabar produciéndose fuertes disturbios sociales y económicos, producto de la misma dinámica de expansión de La Máquina, y que, en nuestro caso, frenarán su crecimiento hasta que en un  futuro no muy lejano revierta en buena parte su despliegue y se origine una "Reducción de Complejidad" que es un fenómeno cíclico que ha ocurrido siempre, en la historia de la Humanidad, en la decadencia de las civilizaciones.

Puedo elucubrar que La Máquina por supuesto no desaparecerá con la decadencia de nuestra civilización (que tomará, supongo, varios siglos); y con su fin entrará en un "letargo" aguardando otro nuevo ciclo civilizatorio donde será probablemente adoptada por otra civilización de manera distinta a la nuestra, pues son las "Visiones Primordiales" y no los contenidos técnicos los que definen el camino que siga La Máquina (el caso de la evolución de los mismos desarrollos técnicos en China y en Europa, como la pólvora, puede servir para explicar esto); por eso es probable que las civilizaciones del futuro mantengan una sana "reserva" sobre La Máquina como la que han tenido tradicionalmente otras civilizaciones del pasado y no evolucione en la manera metastásica tal y como ha hecho en nuestra civilización Fáustica

O puede que no y otra civilización expansiva haga cumplir el sueño de La Máquina de ser finalmente nuestra "Madre"....pues ¿no será acaso  eso lo que de verdad quiere La Máquina?