Un Deseo que Desea Deseo o El Fin de la Historia

 


(Encuentro de Napoleón y Hegel en Jena, día 13 de Octubre de 1806, el día que sucedió "El Fin de la Historia")


INTRODUCCIÓN

En varios artículos anteriores he escrito sobre la evolución de nuestra civilización desde diferentes puntos de vista y en este artículo pretendo hacerlo desde otro algo distinto a los anteriores si bien es cierto que las temáticas que abordo, de alguna manera ya las he tratado, aunque muy parcialmente, en otros artículos anteriores, como el relativo al "Ultimatum Game" y a la llamada "Teoría de la Elección Racional" donde se esbozan algunas ideas que en este artículo me propongo desarrollar.

Desde niño, gracias a mi padre (Ernesto Feria), me familiaricé con algunos conceptos asociados al psicoanálisis, y una de las ideas que más firmemente se grabaron en mi mente desde temprana edad, y que el tiempo sólo se ha encargado de demostrar, es la de que la Razón no es la causa fundamental de las ideas o de los comportamientos humanos, sino que es la esfera "afectiva" o "emotiva", a veces consciente y otras veces (quizás la mayoría) de forma inconsciente, la que en realidad guía el pensamiento y la acción, de tal forma que la razón llega a consistir más en una herramienta justificativa de los fines y como método de alcanzarlos, que el verdadero "motor" de la mayoría de la acciones humanas; ya que la razón, "per se", no es capaz de dar "sentido" o "propósito" a la acción y sólo serviría para permitir seguir el sendero cuya dirección define, de alguna manera, el universo emocional de los sujetos.

En este artículo pretendo analizar precisamente esta temática, en particular como las civilizaciones, en su devenir, modelan el universo afectivo y como esa modulación forma parte de la inmensa "robustez" de los comportamientos generales, y asociado a ello, de las instituciones de cada civilización; aunque también contienen, en su seno, las semilla de su propia auto-destrucción. 

Como ya he comentado en otras ocasiones, las civilizaciones son, de alguna manera, super-organismos gigantescos que no solamente es que estén formados sino que también modelan profundamente a las "células" (individuos) que las componen, como ocurre con los tejidos de los seres vivos; de tal manera que ese "moldeado" permite la supervivencia y profundización de las estructuras de la propia civilización, le permite a la civilización desarrollar y perseguir sus "Visiones Primordiales"; aunque como ya he descrito en varios artículos esta adaptación tiene siempre su parte destructiva, ya que siempre deja aspectos fuera que podríamos describir como "biológicamente" necesarios, primariamente en el aspecto emocional. Como muchos autores han descrito y yo he recogido en varios artículos, las civilizaciones, hasta ahora son, como se dice en inglés "a self-terminating process", es decir son procesos que se "auto-terminan" (o auto-destruyen) por su propia dinámica interna más que por los retos exteriores, como le ocurre a todos los seres vivos tarde o temprano.

Para comenzar a tratar la temática de este artículo hemos de hablar del filósofo Hegel y también de un personaje del siglo XX extraordinariamente interesante y que fue uno de los más famosos interpretes de Hegel:


ALEXANDRE KOJÈVE


"La desaparición del Hombre al final de la Historia no es, pues, una catástrofe cósmica; el Mundo natural sigue siendo el que ha sido desde toda la eternidad. En realidad, el fin del Tiempo o de la Historia humana, es decir, la aniquilación definitiva del Hombre propiamente dicho, o del Individuo libre e histórico, significa simplemente el cese de la Acción en el sentido pleno del término." 
(Alexandre Kojève 1947)

La persona de la que voy a hablar a continuación, Alexandre Kojève, en realidad se llamaba Alexandre Vladimirovich Kojevnikov pero "afrancesó" su nombre haciéndose llamar Kojève, y entre los amigos era conocido por el diminutivo de su nombre en ruso: Lula. 
Lula Kojève nació en Moscú en 1902, y se trata de uno de los personajes más fascinantes e influyentes del siglo XX a la par que uno de los más desconocidos en la actualidad, a pesar del impacto que sus pensamientos y acciones tuvieron entre los principales  pensadores europeos de la 2ª mitad del siglo XX y también sobre la propia estructura socio-económica y política de la Europa actual.

Aparte de las impresionantes capacidades intelectuales de Kojève este hombre destacaba por una cualidad esencial que le permitió sobrevivir a una sociedad y una época plagada de riesgos, como era la Unión Soviética inmediatamente tras la Revolución de 1917; le permitió además desplegar sus capacidades y conseguir muchos logros que el frío intelecto no puede conseguir; pues Kojève era sobre todo un gran seductor, una persona con una inmensa capacidad de ser apreciado por los demás, de "ganarse" a los demás desde el primer contacto, sean hombres o mujeres y pienso que ese aspecto de "seductor" está también implícito en la aproximación filosófica que hace sobre la obra de Hegel, donde Kojève dice cosas que, ciertamente, no están, o desde luego no completamente, en la obra de Hegel. Y es que Kojève es, en gran parte, un intérprete de Hegel, no meramente un comentarista.

Kojève pertenecía a una familia burguesa acomodada; siendo niño se educó con profesores privados y aprendió muy pronto latín, francés y alemán. Era sobrino del pintor Vassily Kandinsky, con quien mantenía una magnífica relación (como con todo el mundo) y según parece fue gracias a su tío Kandinsky que pudo evitar un destino trágico cuando fue detenido por tráfico de ciertos bienes en el mercado negro poco después del triunfo de la Revolución Rusa; delito que perfectamente podía haberle acarreado la pena de muerte, pero pudo salir airoso del trance, según parece, gracias a la intercesión de su por aquel entonces muy influyente tío Kandinsky que tenía el cargo de Comisario del Pueblo de Educación y por tanto con muchos contactos en las altas jerarquías soviéticas de la época. 

Aunque Kojève se declaró siempre "marxista" (lo pongo con comillas por que dudo mucho de su ortodoxia), aún así abandonó la Unión Soviética en 1920 tras la traumática experiencia descrita en el párrafo anterior. Muchos años después en una conversación con su madre respecto a su nostalgia por no haber vuelto nunca a vivir en Rusia, su madre le contestó algo así como: "Lula, si hubieses vuelto a vivir en la Unión Soviética te hubiesen fusilado por lo menos dos veces". Pero Kojève era demasiado inteligente como para volver a vivir en la URSS sabiendo que su modo de vida amante del lujo, del buen vivir y libertino, así como su tendencia a ejercer en todo lugar y momento la libertad de expresión, le hubiese causado muchos y serios problemas en la URSS del período de entreguerras especialmente en la época de Stalin, tal y como su madre, que lo conocía muy bien, le dijo.

El primer destino de Kojève, tras abandonar la URSS, fue Polonia, pero allí también fue detenido acusado de espía, ya que en ese momento (principios de la década de 1920) las relaciones entre Polonia y la URSS oscilaban entre la guerra abierta y una total hostilidad; de tal forma que Kojève salió de Polonia en cuanto fue liberado por la policía polaca. 
Su siguiente parada sería Italia, donde estaría poco tiempo, y a continuación se trasladó a Alemania donde se interesó por la filosofía, de tal forma que estudió filosofía en Heidelberg asistiendo a las clases de Edmund Husserl y Karl Jaspers y sería éste último quien  dirigiría su tesis doctoral que se titulaba "La Metafísica Religiosa de Vladimir Soloviev", que trataba sobre las ideas metafísicas del, en Occidente desconocido, filósofo ruso Soloviev. Ese profundo interés por la filosofía ya no le abandonaría nunca, y es en esta época donde estudia a fondo la obra del filósofo Hegel por cuyos seminarios se haría posteriormente famoso. 
En esa época además se interesa por el budismo y para mejorar su entendimiento de esa religión aprende sánscrito, chino y tibetano que se unen a la larga lista de idiomas que Kojève era capaz de entender y hablar y da una idea de sus inmensas capacidades intelectuales.

Seguidamente de su estancia en Alemania se mudó a Francia, específicamente a Paris en 1926, donde vivía en medio del lujo en un palacete gracias al dinero que su familia había conseguido sacar de Rusia durante la Revolución. En Paris se dedicó a la buena vida y allí conoció a fondo la vida nocturna de esa magnífica ciudad y también a gran cantidad de intelectuales. Esto continuó durante algunos años hasta que el "Crack" (crisis económica) de 1929 dio al traste con gran parte de sus ahorros, que tenía invertidos en acciones de empresas que se desplomaron con la debacle financiera de ese año, por lo que tuvo que ajustar su nivel de vida y buscarse una ocupación remunerada.

Es a principios de la década de 1930 cuando Kojève se enamora de la esposa, de nombre Cécile, de un hermano menor del famoso filósofo e historiador de la ciencia, el también ruso Alexandre Koyré; y el esposo afrentado pide a su hermano Alenxandre Koyré que vaya a hablar con Kojève para que se aleje definitivamente de su esposa. Koyré accede, ya había tenido algunos contactos con Kojève, y va a hablarle (o a  sermonearlo), indignado y furioso, pero tras unas horas de conversación Koyré acaba sorprendentemente del lado de Kojève y justifica que la mujer de su hermano lo abandone y se case con Kojève, cosa que acaba haciendo al poco tiempo, lo cual nos da una idea de la inmensa capacidad de seducción de Kojève. Y no sólo eso, sino que al poco tiempo de todo este "affaire", al ser enviado Alexandre Koyré a la universidad de El Cairo (Egipto) como profesor visitante, éste deja a un más bien  desconocido Kojève su plaza en la muy prestigiosa École des Hautes Études (Escuela de Altos Estudios) de Paris donde impartirá su famoso seminario sobre La Fenomenología del Espíritu (1807) de Hegel por el que será muy conocido en su época y en la posteridad.

El seductor Kojève ya tenía su "púlpito" desde el que seduciría a toda la intelectualidad francesa y en realidad a buena parte de la del resto de la de los países occidentales de la época. Kojève impartió su seminario sobre La Fenomenología del Espíritu desde 1933 a 1939, durante 6 años seguidos, todos los lunes por la tarde a las 17:30h sin falta.

La lista de los intelectuales asistentes al seminario de Kojève es impresionante: Jacques Lacan, Maurice Merleau-Ponty, Raymond Queneau, Georges Bataille, Raymond Aron, Henry Corbin, Gaston Fessard, Robert Marjolin, André Breton, Hannah Arendt, Alexandre Adler, Jean Hyppolite, Roger Callois, Pierre KlossowskiEric Weil, Aron Gursvicht, etc...Jean Paul Sartre no llegó a asistir pero, según cuentan, se mantuvo al tanto en todo momento de su contenido. La influencia de ese seminario y de la personalidad de Kojève se notaría en el pensamiento de esos autores,  en toda la filosofía francesa y también norteamericana posterior. Es más fácil mencionar a quien no asistió al seminario de Kojève de toda la intelectualidad francesa que quien asistió, ya que asistió prácticamente toda en bloque.

Así se describía, por algunos de los asistentes, las clases de Kojève en el seminario sobre Hegel:

"En cada sesión de su seminario leía algunas líneas de la Fenomenología del Espíritu, después las traducía a la manera de un mago, buscando siempre, más allá del enunciado, la significación apenas velada del texto, a fin de hacerle vivir según el rasero de una absoluta modernidad. Insolente y lleno de humor, narcisista y misterioso, arrebataba a sus oyentes por el tono irreverente de su voz que parecía penetrar el fondo de las cosas con una seguridad en sí mismo y un poder retórico del que nadie se cansaba nunca. Georges Bataille quedó «quebrado, machacado, clavado en mi sitio» y Queneau «sofocado»."

El gran seductor Kojève "golpeaba" la mente de los asistentes con su sentido del humor, su ironía, su impresionante conocimiento histórico, filosófico, literario, saltando de historia en historia, de anécdota en anécdota, todo perfectamente hilado sobre la temática de fondo; y llegaba a impresionar a intelectuales con fama de poco impresionables. Al terminar el seminario las conversaciones, con Lacan, Queneau, Bataille y algunos otros se prolongaban luego en el café d'Harcourt hasta altas horas de la madrugada; según parece era difícil, para todos, librarse del encanto del seductor Kojève.

Una vez presentado al personaje (Kojève) y el ambiente donde se movió su pensamiento, debería empezar a describir porqué me parecen relevante las ideas de esta persona, o bien de la interpretación que este autor hace de Hegel, y para ello deberíamos empezar por una frase de la Fenomenología del Espíritu de Hegel que contiene, en el capítulo IV probablemente la parte más importante de las ideas que luego vamos a exponer y que formarán el núcleo de la interpretación Kojeviana de Hegel:

"La autoconciencia es deseo" (Begierde, cupiditas)

Hegel, nos dice Kojéve, afirma que es el "Deseo" el que guía la acción; es el "fondo" desde donde surgen las acciones de todos los animales, sería el equivalente a "La Voluntad" en Schopenhauer (aunque éste es un concepto mucho más amplio que abarcaría al Universo en su conjunto y sobre el que no voy a entrar en este artículo). 

El fundamento de toda acción hay que buscarlo en el Deseo, ahora bien en los animales el objeto del Deseo es fundamentalmente conseguir "algo", aunque eso sea otro animal, pues el Deseo animal "cosifica" lo que persigue hasta, de alguna manera, hacerlo suyo. En cambio el Deseo humano se aparta del Deseo animal, pues el Deseo humano va más allá de la mera "satisfacción" y de hecho todos podemos apreciar con cuanta facilidad el Deseo animal es satisfecho, y cuan "infinito" e "insatisfecho" se vuelve el Deseo humano....

Para Hegel, nos dice Kojève, el verdadero Deseo humano NO se dirige hacia una cosa o hacia una "cosificación" de un otro; lo que hace "humano" a nuestro Deseo es que se dirige hacia algo completamente inmaterial, se dirige hacia Otro Deseo, es decir, como dice textualmente Kojève:

"El Ser Humano es Un Deseo que Desea Deseo"

Lo que persigue el ser humano, más allá de las meras satisfacciones físicas de sus necesidades o gustos, en el fondo, no son bienes materiales, posesiones, prestigio, dinero, poder, gloria, etc....todo eso esconde un Deseo fundamental que esos artefactos intentan saciar, que es el Deseo del Otro sobre uno mismo. Porque el mismo "Ser" del ser humano se construye sobre la mente de los Otros, nosotros somos, en buena parte, un nodo en un flujo de relaciones con los demás; y lo que nos sostiene, o nos hunde, es el espacio que jugamos en el seno  del "Otro" que, de alguna manera, reside en nuestra mente.

El ser humano desea que lo deseen, y ese deseo del deseo de los otros se intenta conseguir con artefactos, lujos, poder, gloria, dinero, exhibiciones de inteligencia, fama, etc...En realidad, para Hegel/Kojève, nadie escapa a esa dinámica que es fundamental, podríamos decir que "ontológica" en el ser humano; sólo cambian las estrategias que cada uno quiere, o mejor, que puede, desplegar; aunque eso puede ser ya de por sí, ciertamente, una gran diferencia.

Como afirma Kojève podríamos articular un Principio Ontológico modificando el dictamen cartesiano de la siguiente forma:

"Deseo Luego Existo"

Así el "Cogito" cartesiano, fundamento del racionalismo, queda desplazado de su trono de oro por una fuerza anterior, y más fundamental que la misma Razón pensante, y que la precede como fundamento de la existencia. En realidad La Razón sería, por tanto, un "movimiento" más del Deseo.

Los animales tienen capacidad de inferencia, pueden analizar patrones y llegar a estrategias "racionales" de operar, entienden la causalidad y el sentido lógico de los sucesos, en realidad algunos pueden entender, en buena medida, las relaciones lógicas ocultas. Para Hegel/Kojève la razón y su gran desarrollo en el ser humano, sería una consecuencia de la "Consciencia de Sí" ya instaurada y que nace en virtud de la peculiar forma del Deseo humano, y NO su origen último.

En realidad, para Hegel/Kojève el origen mismo de la "Consciencia de Sí" reside en la peculiar forma Deseo Humano. 

Por decirlo de alguna manera, en realidad es a partir del  "enredo" del Deseo animal en el "Otro" por el que "nace" y se "hace" el ser humano a través del surgimiento de la  "Consciencia de Sí"; que surgiría a través de un "diálogo" interno de la mente, donde, de alguna manera, en sus profundidades, está inmerso ese "Otro" que es con el que "hablamos" cuando realizamos ese movimiento reflexivo que llamamos "pensar". Porque, ¿hacia quien dirigimos nuestras palabras cuando desarrollamos nuestros pensamientos y reflexiones en el interior de nuestra mente a través del lenguaje? o ciertamente ¿qué es pensar sino una especie de diálogo con los "Otros" que nos habitan en el fondo de la mente y de los que, de alguna manera estamos "constituidos" y nos "crean"? ¿No somos, en el fondo, una creación de esos "Otros"?
Todo esto no lo afirmó con estas palabras Kojève pero ahora soy yo el que me permito ser su "intérprete" arriesgando, como no, algunas ideas y conclusiones que surgen de la lectura de sus textos.

En castellano, y en muchas otras lenguas derivadas del latín, la palabra "Persona" deriva de esa misma palabra en latín, que a su vez deriva de la palabra griega "Prósopon" (πρόσωπον), que es una palabra compuesta por el prefijo "pros" que significa "delante de" y "opos" que es "cara", por lo que la Prósopon es aquello que se coloca delante de la cara, esto es, una máscara, y así Prósopon es como se designaba, en la Grecia Clásica, a la máscara (normalmente de madera de olivo) que usaban los actores de teatro. Por tanto la palabra que designa a la "persona" en realidad es la misma que designa a una "máscara" que usan los actores en el teatro. ¿Cómo es que las personas que hablan esas lenguas, en el uso corriente de las palabras, acaban usando para describir a las "personas" la misma palabra que describe una "máscara de teatro"?¿acaso no implica ya el origen de ese término (Prósopon) que de alguna manera "somos", en el fondo, lo mismo que la "máscara" de un "teatro", de tal forma que la conformación de esa "máscara" está construida de alguna manera para "actuar" en una especia de "teatro social", es decir, según la presencia de "Otros" (los espectadores del "teatro" del Mundo), y un actuar en el fondo regido por  "Un Deseo que Desea Deseo"?

El Deseo, para Hegel, (como "La Voluntad" Schopenhaueriana), por tanto, es primordial y es a través de él que La Vida (toda vida) despliega sus formas y acciones, y también es en virtud del Deseo, como no, que el Ser Humano llega a serlo.

Es el Deseo el que configura el Mundo y los seres que lo habitan, incluido, o quizás especialmente, el ser humano.

Como nota al margen, visto lo descrito anteriormente respecto al pensamiento de Kojève, quien conozca un poco la obra de Jacques Lacan podrá entender el porqué de esa fascinación de Lacan con Lula Kojève desde los años 30 del pasado siglo, que le llevó, según cuentan, a que irrumpiese en casa de Kojève cuando se enteró de su muerte, llevándose el manuscrito del famoso seminario de "La Fenomenología del Espíritu", al que asistió como alumno, con la inmensa riqueza de notas al margen escritas por Kojève en sucesivas lecturas durante muchos años de su vida.

Para los lectores que conozcan, al menos en parte, la obra del filósofo Baruch Spinoza (1632-1677), podrán encontrar algunas similitudes en lo que este autor afirmaba y las ideas que acabo de exponer de Hegel/Kojève, porque, en general, las ideas filosóficas fundamentales han sido pensadas de forma recurrente a lo largo de la historia del ser humano por muchísimas personas, y sólo es en medio de un determinado "ecosistema social" el que habilita que sean escuchadas o escritas, y por tanto registradas y transmitidas ("reveladas") y aceptada su importancia; mientras en otras etapas de una sociedad nadie las tiene en cuenta, normalmente se consideran simplemente "majaderías".

Dice Spinoza en su obra "Ética" (1661):

"El hombre no se conoce a si mismo sino a través de las afecciones de su cuerpo y las ideas de éstas” . ....“ cuando el espíritu se concibe a si mismo y concibe a su potencia de obrar, se alegra; el espíritu se concibe a si mismo cuanto concibe una idea verdadera o adecuada, y se alegra de ello, es ahí cuando obra. Por esfuerzo, entendemos el deseo, luego el deseo se refiere también a nosotros en cuanto entendemos, o sea, en cuanto obramos.... de todos los afectos que se refieren al espíritu en cuanto que obra, no hay ninguno que no se remita a la alegría o al deseo. Todos los afectos se remiten al deseo."

Por tanto también en Spinoza el Deseo preside la escena humana, y respecto a su impacto en el obrar y en la racionalización/justificación de las acciones nos dice Spinoza en ese mismo libro:

"...el deseo es el apetito acompañado de la consciencia del mismo. Así pues, queda claro, en virtud de todo eso, que nosotros no intentamos, queremos, apetecemos ni deseamos algo porque lo juzguemos bueno, sino que, al contrario, juzgamos que algo es bueno porque lo intentamos, queremos, apetecemos y deseamos."

En el párrafo anterior está descrito la noción de que en la persecución de los fines la primacía es del Deseo, y se juzga algo como "bueno" o "malo" (o su grado de "racionalidad" como modernamente se le reconoce) no porque esencialmente lo sean, sino según la afinidad con nuestro Deseo.

El conocimiento de los propios deseos a veces es extraordinariamente escurridizo, se nos escapa su origen y hay que buscarlo con algún tipo de "hilo de Ariadna" en el laberinto de las justificaciones que construimos continuamente, y en ocasiones se nos hacen completamente opacos sin dejar, por eso, de ser insistentes, y se nos escapan porque muchos de ellos residen, pienso, más allá del Lenguaje.

Además quien haya leído o conozca las tesis fundamentales de la obra de René Girard, las ideas de Hegel/Kojève descritas anteriormente le sonarán bastante "Girardianas", pero hay que tener en cuenta que Girard publica su primer libro "Mentira Romántica y Verdad Novelesca" en 1961, muchos años más tarde del famoso seminario de Kojève (1933-1939) y más de 150 años tras la redacción y publicación de la "Fenomenología del Espíritu" de Hegel (1807), por lo que si hay influencias (y yo estoy convencido de que las hay), es de Hegel/Kojève en Girard y no, claro, a la inversa, a pesar de los esfuerzos de Girard en defender la absoluta y radical originalidad de sus ideas, cosa que, sinceramente creo que es difícil de sostener, y más sabiendo la influencia que Kojève tuvo en toda la intelectualidad francesa del período de entreguerras muy anterior a la obra de Girard.

La idea principal sobre la que se sostiene toda la teoría de Girard respecto a las sociedades humanas es que el ser humano es el ser vivo más mimético que existe (como también defendía Aristóteles en su obra llamada "Poética") Esa tendencia mimética vendría dado por la naturaleza "inacabada" del ser humano al nacer, de tal forma que el niño nace completamente indefenso y con una estructura mental casi completamente vacía, y es en virtud de ese estado "en blanco" de su constitución lo que permite su maleabilidad, su inmensa capacidad de adaptación, su capacidad de inserción en el medio cultural, que se verifica a través del grupo humano en el que el animal humano recién nacido encuentra su lugar, comenzando por sus progenitores; de tal forma que el primer impulso de adaptación a ese medio en el niño es la imitación de lo cercano que percibe, como pone de manifiesto la existencia de las llamadas "neuronas de espejo" que se activan prácticamente desde el mismo nacimiento. Esta estrategia de adaptación por medio de la imitación (mímesis) ya no abandonará nunca al ser humano, en mayor o menor grado, durante toda su vida.

Este "mimetismo" incluye, según Girard, la forma en que se constituye el Deseo, que, como hemos descrito en el caso de Spinoza o Hegel/Kojève, es el origen fundamental de la acción del ser humano. Para Girard el Deseo no se conforma o se dirige a partir de un instinto innato (eso sería más bien la mera búsqueda de la satisfacción o el goce "animal") sino que el Deseo humano, en virtud de los mecanismos miméticos, necesita la mediación de  un "modelo" o "mediador" que muestre al individuo qué es lo "deseable"; es decir, si pudiésemos representar geométricamente la estructura "formal" del Deseo éste no sería una línea recta que relaciona al objeto/persona deseado con el individuo deseante, sino que sería un triángulo, donde en uno de sus vértices hay inserto una tercera "persona" un "Otro" que es el "mediador" o "modelo" que es el que, con su propio deseo, muestra al individuo qué es lo que es digno de deseo, y que capta el individuo deseante en virtud de nuestro impulso mimético esencial, y que es lo que Girard llama "Deseo Mimético", y que se constituye en el origen de las relaciones humanas y también, como no podía ser de otra manera, de los conflictos humanos; ya que  ese desear de "lo mismo" acaba generando, tarde o temprano, un conflicto intra-grupal debido a la inusual tendencia a la escalada de los deseos humanos, en virtud de lo que Girard llama "La Rivalidad Mimética", y que es, en buena parte, el origen también de la violencia humana, en particular dentro de los grupos; y que se "desactiva", según Girard, desviándose, esa violencia, hacia unos individuos o grupos minoritarios que no pueden defenderse, y es esto lo que constituye la dinámica del "Chivo Expiatorio", que Girard sitúa en el origen de los sacrificios religiosos (inicialmente sacrificios humanos), que permiten canalizar, periódicamente, la violencia interna del grupo, evitando una catástrofe si ésta no se contiene, y restableciéndose un período de paz por la unión del grupo tras la violencia sacrificial que ejercen los miembros del grupo "todos a una". 

Estas ideas, expresadas por mi de un "brochazo" y muy a "grosso modo", las expuso René Girard en su famoso libro "La Violencia y lo Sagrado" (1972).

Por otro lado pienso que el análisis de Hegel/Kojève "afina" más, apunta más certeramente a cómo se desarrolla el mecanismo de la mímesis deseante, pues efectivamente en el acto del desear lo que se desea es ser el objeto del deseo inserto en la mente del otro, y ese "mostrarse" del deseo ajeno da la pista de lo que hay que perseguir para conseguir ese deseo ajeno que es, en el fondo, lo que se persigue. 

En realidad todo el Marketing, toda la publicidad es "Hegelo-Kojèviana" hasta la médula, ya que en los anuncios publicitarios lo que se muestra no son prácticamente nunca las características "objetivas" del producto con vista a que el consumidor haga una elección "racional", sino una especie de fantasía o sueño de ser el objeto del deseo o la envidia de los otros por ser poseedor de ese producto, porque de verdad ¿realmente qué se compra cuando se compran esos productos?

Sé que estoy divagando y alejándome del objetivo de este texto, por lo que procede retomar el hilo del mismo, en particular procedo a explicar porqué Hegel y especialmente su intérprete Kojève pueden servir como modelo para describir el devenir de nuestra civilización, al menos hasta la actualidad.


EL FIN DE LA HISTORIA

(La Diosa Razón camino del Altar Mayor de Notre Dame, Paris, en 1793 durante la Revolución Francesa)

En realidad el motivo de este artículo no es analizar el "grado de verdad" de las ideas de Hegel/Kojève o su verosimilitud, ni siquiera su verosimilitud a nivel digamos "estadístico" o agregado como explicación a los fenómenos sociológicos globales del ser humano en su conjunto (dejando de lado las mucho más complejas formas de proceder individuales); un poco como hace la Teoría Cinética de Gases o en general la Mecánica de Fluidos, que para obtener resultados técnicamente útiles no analiza el proceder individual y ultra-complejo de cada molécula, sino hacia dónde evoluciona la media global del sistema en dimensiones varios órdenes de magnitud mayores y sin seguir sus trayectorias individuales (normalmente usando una descripción Euleriana del campo fluido). 
Como he dicho el objetivo de este artículo no es ese, sino el de utilizar las ideas de Hegel/Kojève como un "síntoma" como una señal de una forma de ver y explicar el mundo, que surge, y estoy convencido que no por casualidad, en un determinado momento de la historia de nuestra civilización (y que podría extrapolarse al resto de las civilizaciones en períodos o fases similares).

Spinoza, que ya esboza una teoría sobre el Deseo como origen del proceder, desarrolla sus ideas en el seno de la Edad de Oro del pujante capitalismo de los Países Bajos, en Amsterdam, en la segunda mitad del siglo XVII, y Hegel, más de un siglo más tarde, vive ya en un tiempo donde la Burguesía, detentadora ya del poder económico, estaba en plena ofensiva para hacerse con el poder político en los diferentes países más desarrollados económicamente en las sucesivas Revoluciones Liberales; iniciadas con la Revolución Gloriosa de Inglaterra (1688), la Guerra de Independencia de los EEUU de América (1775-1783) y posteriormente la Revolución Francesa (1789) que supusieron el paso del poder desde las aristocracias estamentales a las burguesía capitalistas de esos países. Y pienso que, de alguna manera, las ideas, tanto de Spinoza como las de Hegel, recogen o perciben, quizás de manera inconsciente, determinadas tendencias que se estaban desarrollando en ese tiempo, considerándolas como "Universales" para el ser humano.

Un aspecto que siempre me ha llamado la atención es la aparición, en las Constituciones Liberales (Ilustradas), de la invocación a la "Felicidad" y el papel central que juega en esas constituciones junto con la noción de "Libertad", lo cual, creo, está muy relacionado con la temática que he desarrollado anteriormente; es decir, con la temática del Deseo, que pienso tiene que ver, y mucho, con aquello que los ilustrados llaman "Felicidad". Esto nos puede dar una pista del porqué se hacen relevantes esas consideraciones sobre el Deseo de Spinoza o Hegel en determinado momento de la Historia de nuestra civilización y no en otras.

En la Edad Media la noción de "Felicidad" era algo muy distinto de lo que podemos considerar en la Ilustración y por supuesto hoy día; y o bien podía asimilarse en una especie de estado de "beatitud" religiosa o bien sólo era esperable como premio en el "Más Allá", pudiéndose aspirar, en la vida terrenal, todo lo más a ciertas modestas satisfacciones pasajeras mundanas, pues en realidad todo el universo del pensamiento estaba absorbido por las ideas religiosas, y se contemplaba de forma sospechosa cualquier tendencia a los excesos hedonistas con lo que podía identificarse una vida demasiado placentera. El ideal medieval a seguir era la Imitatio Christi (Imitación de Cristo), que no era precisamente un camino de rosas; y así la pobreza material, la austeridad y el sacrificio por los demás formaban parte de ese ideal, que, aunque no era seguido por la gran mayoría, si suponía un freno ideológico a las dinámicas económicas y sociales de esos tiempos. Parece claro que los conceptos cambian con la sociedad, hasta tal punto que personas de diferentes épocas no se pondrían de acuerdo respecto a lo que significan, y el caso de la Felicidad es algo verdaderamente notable.

Por ejemplo Erasmo de Rotterdam, en el Renacimiento, dice en su obra "Elogio de la Locura" (1509) que "la felicidad radica en que uno quiera ser lo que se es", es decir, vivir acorde, contento con la propia naturaleza, y aboga por una forma de vida recta y sencilla. En este sentido Erasmo es aún un pensador "medieval", o cuasi estoico. 
Más tarde en el tiempo el ruso León Tolstoi (1828-1910) afirmaba que "el secreto de la Felicidad no es hacer siempre lo que se quiere, sino querer lo que se hace", que se parece bastante más a lo que afirma Erasmo que a las posteriores interpretaciones ilustradas de ese concepto, y es que Rusia ha sido siempre una sociedad "al margen" de Occidente, con una "visión del mundo" ciertamente distinta, lo cual sigue ocurriendo, a mi entender, hoy día.

Ahora podemos comparar las ideas de Erasmo (o Tolstoi) con las del filósofo inglés John Locke (1632-1704), muy conocido por su teoría epistemológica (uno de los padres del empirismo inglés) pero quizás menos conocido por ser el "padre" del liberalismo moderno y que en sus ensayos describe la felicidad como la tendencia a la búsqueda del mayor placer y evitar el mayor dolor, y, según él, esto conlleva, a nivel de la sociedad, el respeto absoluto a la propiedad privada, la libertad, dentro del marco del Derecho constitucional, y del mercado (como asignador óptimo de los recursos y por tanto proveedor último de la "Felicidad"). Todos estos conceptos serán llevados al extremo por el Utilitarismo del siglo XIX con Jeremy Bentham (1748-1832) a la cabeza, pero básicamente el concepto es claro, a partir de este momento la "Felicidad" empieza a parecerse mucho a la tenencia de bienes, de recursos, y por tanto la tenencia de dinero. John Locke vivió la Revolución Gloriosa de Inglaterra y fue un ferviente partidario de las ideas que se desarrollaron a partir de este cambio político, con el ascenso de la burguesía (o como diría Spengler: del Dinero) a la primacía política e ideológica en la sociedad. 

La Ilustración, tanto inglesa, como del Continente Europeo y América (heredera de la inglesa), seguirá por esa misma senda y de ahí las referencias a la idea de "Felicidad" en las constituciones liberales de finales del siglo XVIII y principios el siglo XIX. Por ejemplo dice la Constitución Española de 1812 en su artículo 13:

"El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen".

Por tanto, según la constitución de 1812, el objeto del gobierno es nada más y nada menos que "la Felicidad de la Nación" (ahí es nada), identificado con el  "Bienestar", tal y como aparece en las constituciones liberales redactadas por las burguesías nacionales; y no hace falta mucha imaginación para saber qué, en el marco de las sociedades ya plenamente capitalistas, proporciona ese "Bienestar", que, en buena medida no se aplica universalmente, sino a quien "lo merece" a través de los mecanismos del mercado.
Por ejemplo en ninguna de esas constituciones, redactadas siempre por hombres con elevados recursos económicos, se habla para nada de la mitigación de la pobreza, del fin de la esclavitud ni de otras muchas otras lacras sociales que golpeaban a la mayoría de la población en esa época y que podríamos pensar que limitaban grandemente "la Felicidad de la Nación" en su conjunto, pues desde luego no era a esos, a los estratos más pobres de la población (los mayoritarios), a quienes estaba dirigido ni el espíritu ni la letra de las constituciones liberales.
Es el tiempo de los "Enclosures Acts" ( Leyes del Cercamientos del Común), llamadas en España  "Desamortizaciones" (religiosa y laica), con el empobrecimiento y el desplazamiento masivo de los campesinos hacia las ciudades a malvivir en los empleos deleznables de la Primera Revolución Industrial o de la emigración a las colonias para desposeer a los pueblos indígenas de sus tierras (otro tipo de "enclosures"). Es la época del gran tráfico de esclavos y de la gran hambruna de Irlanda, donde el "Laissez Faire" del gobierno democrático-liberal inglés permitió la muerte de millones de irlandeses de hambre mientras la isla de Irlanda exportaba alimentos al exterior (dado el mecanismo de asignación "eficiente"  de recursos  del Mercado que siempre es "óptimo", pero óptimo ¿para quien?). Todo eso, según parece, no entraba dentro de la "búsqueda de la Felicidad de la Nación" de la que hablaban sus Constituciones....

Parece que, de alguna manera, el advenimiento de las sociedades basadas en intercambios monetarios, que en nuestra civilización se llama "Capitalismo", origina un efecto de desatamiento del Deseo; así la posibilidad, aunque sea remota, de tener dinero en grandes cantidades en las sociedades regidas por el Dinero abre un universo de posibilidades inmensas para el Deseo, en primer lugar de los poderosos y los aspirantes a serlo, cuyas nuevas aspiraciones no tienen ya nada que ver con las comparativamente modestas formas de vidas de los nobles medievales, sin apenas lujos significativos, recibiendo la mayor parte de sus ingresos en especie (cosechas, artesanías locales, ganado, etc...) o en trabajo (servicio doméstico, acompañamiento en la guerra, etc..); pero además de esto lo que ocurre fundamentalmente en las sociedades urbanizadas, que siempre están regidas por el Dinero, es un proceso de pérdida del sentido comunitario, de la interconexión directa entre las personas para conseguir lo que necesitan para vivir; la ordenación de la vida se hace sobre instituciones y formas de actuar abstractas donde no es necesario el conocimiento o el trato personal para satisfacer las necesidades, ya que el Dinero media las transacciones y toda la sociedad, poco a poco, se va articulando alrededor del Dinero, y por tanto la medida de todas las cosas es, a la postre, el Dinero, y como no puede ser de otra forma, incluyendo la realización de los sueños y fantasías, y esto afecta a toda la escala social.

A partir de la generación de una economía monetaria y los masivos intercambios globales que la han permitido y alimentado, las posibilidades de disfrutar de lujos, de ejercer el poder sobre muchas personas, de elevarse sobre los demás, se incrementan exponencialmente, como lo hace el interés de las deudas sobre el que se construye todo el edificio.

El Dinero, a partir de ese momento, se constituye en el "equivalente universal" del Deseo, y la Felicidad sería, por tanto, la distancia entre las aspiraciones y los logros, es decir, la capacidad de cumplir los propios deseos y estos, en una parte siempre creciente, se piensa que se alcanzarán por medio del Dinero. 
Desde mi punto de vista, creo ya tenemos a la vista el porqué de la relevancia del Deseo en las ideas filosóficas de la época, al igual que porqué la Felicidad aparece y se entroniza en las constituciones revolucionaria-liberales-burguesas de la época, e incluso porqué Spinoza, Hegel y muchos otros a continuación, hacen girar todo su discurso alrededor del Deseo y su hegeliano "Reconocimiento"; Reconocimiento que al menos teóricamente, se plasmaría en la constituciones liberales.

Hegel es un autor de extraordinariamente difícil lectura, y más que un "intérprete" Kojève es para mí, y para muchos otros, un "traductor" de Hegel que tras pasar por la lectura que él hace de Hegel, éste se hace más "digerible".
Kojève reconoce que en las primeras lecturas de "La Fenomenología del Espíritu" no entendió absolutamente nada, y no es hasta que no entendió el alcance y el argumento de la idea de Hegel de "El Fin de la Historia" que esa obra de Hegel se le hizo completamente entendible. 
Ahora bien sospecho que Kojève no extrajo el concepto del "Fin de la Historia" de la "Fenomenología del Espíritu" sino de otra obra de Hegel de mucha más fácil lectura como son las "Lecciones Sobre la Filosofía de la Historia Universal" (1830) donde aparece, de una forma mucho más detallada y clara lo que Hegel pensaba sobre el devenir histórico; y todo apunta a que Kojève hace una interpretación de la idea del "Fin de la Historia" que se aparta de lo que en realidad Hegel pensaba de ese concepto.

En su obra "Lecciones Sobre la Filosofía de la Historia Universal" (1830), Hegel tiene una visión de lo que el llama "Espíritu", que es el alma colectiva de un pueblo, como un organismo vivo, como la de Spengler respecto a las civilizaciones, y creo que es probablemente de Hegel, aparte de Goethe, de  donde Spengler toma su idea "orgánica" de las civilizaciones. 
De tal forma que en esa obra dice Hegel que el Espíritu es como un ser vivo "y como tal florece, madura, decae y muere" , y también nos dice del Espíritu que en su devenir es "como el desarrollo de un principio, que está encubierto en la forma de un oscuro impulso, que se expansiona y tiende a hacerse objetivo", pero al mismo tiempo "su realización es, a la vez, su decadencia"

Pienso que Hegel en este sentido se inspira en la teoría de las civilizaciones de Giambattista Vico (la famosa frase de Vico sobre "La Barbarie de la Reflexión") y también algo en el "padres de la sociología": Ibn Jaldun; pero como en ambos casos, lo que termina, con el Fin de la Historia en Hegel No es La Historia de toda la Humanidad, sino Una Historia, la de un determinado Pueblo, o en el caso de Vico o Spengler, lo que decae y se agota es una civilización, y desde luego no toda la Humanidad.

Kojève "universaliza" el Fin de la Historia y asume que es el Fin dela Historia de toda la Humanidad en su conjunto, fascinado por el alcance, siempre creciente, de la civilización Occidental, aunque como ya he expresado en otros artículos, no comparto esta visión, no obstante esta idea sí que puede explicar la evolución interna de las civilizaciones en una determinada fase de las mismas donde se asume que han alcanzado "su" "Fin de la Historia" y ya apenas nada puede cambiar en ellas ("There is No Alternative" como afirmaba Margaret Thatcher en los años 1980's), pero en realidad lo que esta ocurriendo es que, como pensaba Hegel o Vico o Spengler, las civilizaciones han enfilado el camino de su propia decadencia (como los organismos enfilan el camino de la senectud que precede a la muerte), para que otra nueva civilización, con el tiempo, nazca.

En la lectura de Hegel que hace Kojève se asume que los ideales de la Revolución Francesa, o yendo aún más atrás, los del Liberalismo inglés, como la expansión del parlamentarismo, de las fuerzas del Mercado, y de la igualdad ante la Ley, es lo que permite implantar un "proyecto" donde se da mayor cabida a la búsqueda de la satisfacción de los Deseos de la población en general, liberada de yugo de la sociedad estamental del Antiguo Régimen que no reconocía las aspiraciones de otras clases y estamentos sociales, un orden basado en buena parte en la religión y sus represiones.

Lo que Hegel percibe el 13 de Octubre de 1806, cuando Napoleón pasa a caballo junto a él en Jena, es una fuerza imparable que va a arrasar todos los vestigios del Mundo anterior, eso que se llamó luego el Antiguo Régimen, en una espiral imparable que irá llegando a todos los países sin remedio y por tanto ya no queda, pues, nada más que la repetición de las sucesivas revoluciones que van a ir destruyendo cualquier freno posible, por parte de la religión o la tradición o las estructuras de poder antiguas, y son reemplazadas por las nuevas formas de gobierno en realidad gobernadas por el Dinero.

Antes que Kojève lo explicase en su famoso seminario, ya Oswald Spengler en su libro "La Decadencia de Occidente" (1918) en el tomo I, afirmaba sobre Napoleón:

"Los soldados franceses iban empujados por las ideas de la filosofía inglesa, que conocían a través de los hombres educados en ella, como Rousseau y Mirabeau. No fue Napoleón el que creó esas ideas; fueron esas ideas las que crearon a Napoleón. Y cuando éste ocupó el trono, hubo de seguir realizándolas, en contra de la única potencia, Inglaterra, que quería lo mismo. El imperio napoleónico es una creación de sangre francesa, pero de estilo inglés."

Y también sobre las victorias militares de la Revolución Francesa y de Napoleón:

"Locke, Shaftesbury, Clarke, y sobre todo Bentham, elaboraron en Londres la teoría de la civilización «europea», el helenismo de occidente. Bayle, Voltaire, Rousseau la trasladaron a París. En nombre de esa Inglaterra del parlamentarismo, de la moral comercial y del periodismo, se luchó en Valmy, Marengo, Jena, Smolensk y Leipzig, y el espíritu inglés fue el que venció en todas esas batallas."

Lo que "vio" Hegel en Jena en 1806 no fue en realidad sólo a Napoleón tras la batalla donde derrotó al ejército prusiano, sino lo que afirma Spengler en el párrafo anterior, es decir vio la avalancha imparable de una nueva forma de organización socio-económica, política e incluso cultural de Occidente, lo que observó fue la marcha imparable del Capitalismo Liberal personificada en Bonaparte, que pensaba que luchaba por Francia y en realidad luchaba por (los ideales de) Inglaterra. Según esta teoría lo que consiguió Napoleón, y el resto de las revoluciones posteriores (y no sólo las llamadas revoluciones "burguesas"), es allanar el camino para el triunfo absoluto del Dinero en la organización social.

En una famosa entrevista a Kojève realizada en  1968, poco antes de su muerte, éste afirma: 

"La Revolución China no es más que la introducción del código de Napoleón en China". 

Kojève afirma que lo que hacen las revoluciones, todas ellas (pues son todas ellas al final herederas de la Ilustración) es, en general, "desbrozar la selva", erradicar cualquier forma de organización social no basada en abstracciones y leyes, e ir terminando, a veces de golpe y a veces poco a poco, con cualquier forma de construcción social basada en la tradición o la religión, frenos, por tanto, al predominio del Dinero (esto lo afirmo yo y no Kojève), haciendo que los ideales economicistas (capitalistas o marxistas), sean los que organicen la sociedad.

En suma, lo importante no es si el Dinero es propiedad de la Burguesía o del Estado, lo relevante es que sea el Dinero el que organice la sociedad y una vez ocurre esto la convergencia "global" está asegurada, tal y como pensaban Hegel, Spengler y Kojève; y por tanto está asegurado "El Fin de la Historia" (en la concepción de Historia como "política" dentro de una determinada civilización)

En el tiempo del Fin de la Historia no es que no ocurran "acontecimientos", como guerras, revoluciones ("de color", "culturales", primaveras árabes, etc...) y guerras y violencias de todo tipo, pero es que todas van dirigiéndose en una misma dirección, todas van hacia donde se dirigía Napoleón en Austerlitz o Jena, hacia la dirección del "Fin de la Historia", donde ya la política se convierta en un juego de "management" (gestión), donde, en realidad, deja de existir la política como tal, y lo que se considera como "política" no sean sino pequeñas negociaciones, acuerdos, cambios sobre un marco general donde, como decía el "Caudillo":  "Todo está atado y bien atado". 

Fin de trayecto.

Kojéve, durante la ocupación alemana de Francia, estaba seguro de la derrota de los fascismos, sabía que no había lugar para esas formas de gobierno en la evolución hacia "El Fin de la Historia", las reacciones conservadoras-militaristas, al igual que el Comunismo, terminarían pronto; eran sólo "fases" o "etapas" para allanar el camino a lo que él llamaba el Estado Universal y Homogéneo. 

Kojève percibe el "American Way of Life" ("Modo de Vida Americano"), con su consumismo y hedonismo, como el futuro al que se dirige la Humanidad, y así consideraba a los ciudadanos soviéticos "americanos todavía pobres" que van, en su lento caminar, hacia el mismo punto de llegada del Estado Universal y Homogéneo donde ya no existe la Historia porque ya no existe la política. 

El derrumbe del Muro de Berlín, el colapso de la URSS y del resto de los regímenes comunistas de la Europa del Este, así como la adopción de una economía capitalista por el gobierno chino (a partir de Deng-Xiaoping, que por cierto estudió en Francia) no hubiesen sorprendido en absoluto a Kojève, pues se enmarca dentro de su lógica de acontecimientos del mundo "Post-Histórico" que decretó Hegel, como desarrollo de la Ilustración (consecuencia última de la "urbanización" del Mundo).

En realidad Francis Fukuyama en su famoso artículo "El Fin de la Historia y el Último Hombre" (1992) no aporta absolutamente nada nuevo a las tesis de Kojève, repite las tesis ya mencionadas por ese autor y simplemente le añade algo de oportunista propaganda pro-EEUU, por lo que no voy a recogerlas.

En realidad Karl Marx, como buen hegeliano, creía también en el Fin de la Historia, cuando finalmente, con la resolución de los conflictos de clase, la Historia perdería su "motor", la energía que le había dado movimiento, y por tanto, de alguna manera, se detendría, según él, en la Utopía Comunista al socializarse los medios de producción y llevarse a cabo la desalienación completa del Ser Humano tras el establecimiento de la llamada Dictadura del Proletariado, terminándose así cualquier tipo de explotación.
Marx es un ultra-racionalista y sus ideas, de aplastante lógica, en realidad chocan con el universo emotivo de los humanos, de hecho su utopía es, creo, una reminiscencia de los mitos del cristianismo primitivo expuesto en los "Hechos de Los Apóstoles", donde aparece descrito una dinámica completamente comunista de los grupos cristianos poco después de la muerte de Jesús, pero en este caso, como en la mayoría de los casos en los que formas comunista de organización tienen éxito, la Comunidad precede al comunismo, es la existencia de una fuerte comunidad, con el debilitamiento subsiguiente del yo individual, el que permite formas comunistas de proceder, como los padres con los hijos, mientras que las abstracciones fundadas en "razones" nunca consigue arañar el caparazón que impide que exista una verdadera comunidad.

Antes que Kojève ya Oswald Spengler había profetizado lo que iba a ocurrir con el Comunismo en su obra "La Decadencia de Occidente" (1918), en la que sospecho que Kojève en buena parte se inspiró sin nombrarlo. Dice Spengler en el tomo I algo que para muchos será un muy polémico párrafo:

"No hay movimiento proletario, ni siquiera comunista, que no actúe en interés del dinero y en la dirección marcada por el dinero y con la duración fijada por el dinero — sin que de ello se aperciban aquellos de los Jefes que son verdaderamente idealistas [168]. El dinero piensa; el dinero dirige; tal es el estado de las culturas decadentes, desde que la gran ciudad se ha adueñado del resto del país. Y en última instancia no es siquiera en menoscabo del espíritu, el cual ha resultado vencedor, pero vencedor en el reino de las verdades, es decir, en el reino de los libros y los ideales, reino que no es de este mundo."

Para acabar diciendo en esa misma obra en el tomo II (1922) respecto a Marx:

"Pero la fuerza de estas ideas abstractas no se extiende más de los dos siglos que dura la política de partido. Al fin ya no son refutadas, sino tediosas. Hace ya tiempo que Rousseau es aburrido. Marx lo será en breve. Por último, no es ya esta o aquella teoría lo que se abandona, sino la fe misma en toda teoría, y con ella el optimismo del siglo XVIII, que creyó poder mejorar los hechos insuficientes merced a la aplicación de conceptos."

Podemos ver en nuestro tiempo como los grandes ideales del pasado simplemente se han vuelto "tediosos", ya ni siquiera son objeto de análisis, discusión o crítica, la sociedad simplemente se ha cansado de ellos, de todos ellos. Pronto, afirma Spengler en 1922, se dudará de toda Teoría, en realidad de toda Verdad. Ya Spengler auguraba el surgimiento de las tesis del Post-Modernismo occidental, un síntoma más de la llegada de la Post-Historia, es decir, de la decadencia de la civilización, como pensaba también Hegel, en el que, creo a su vez Spengler se inspira.

Es muy sorprendente y tiene mucho mérito que Spengler construya el párrafo citado anteriormente, a principios de la década de 1920 cuando la Revolución Rusa acababa de triunfar (tras la Guerra Civil Rusa), y cuando la efervescencia idealista revolucionaria estaba en pleno apogeo por todo Occidente, donde, para muchas personas, en particular en la clase trabajadora y buena parte de la intelectualidad, era ciertamente probable y deseable que esa revolución se extendiese a muchos o puede que a la mayoría de los países; aún faltaban muchas décadas para la caída del Muro de Berlín pero ya Spengler "barruntaba" que esa ideología, una vez hubiese  arrasado con los vestigios de toda tradición y de toda religión en virtud de su economicismo y las abstracciones propias de la "ciudad", no estaba llamada a guiar el futuro de la sociedad; al igual que lo que llama "la política de partido" e incluso "la fe en toda teoría" (política); y pasado el tiempo no parece, creo, que tanto Spengler. como Kojève, estuviesen muy desencaminados.

Esta idea de Spengler del "fin de la fe en toda teoría" también aparece, de alguna manera, en los textos de Friedrich Nietzsche (como en "La Gaya Ciencia" o en "Así Habló Zaratustra") cuando anuncia "Dios Ha Muerto", donde en realidad lo que augura no es sólo la muerte de Dios en el sentido religioso como creencia, sino la muerte de toda Metafísica, en realidad del mismo concepto de Verdad, y que para Nietzsche desemboca en el Nihilismo. En los últimos años de su vida, dice Nietzsche en los llamados "Fragmentos Póstumos" (1885-1889).

"Lo que aquí narro es la historia de los próximos dos siglos. Describo lo que viene, lo que ya no puede venir de otra manera: el ascenso del nihilismo. Esta historia ya puede ser contada desde ahora: porque la necesidad misma está operando aquí. Este futuro ya se expresa en cien señales, este destino se anuncia por todas partes; todos los oídos están ya aguzados para esta música del futuro. Desde hace mucho, toda nuestra cultura europea se mueve ya bajo una tortura de la tensión, que crece decenio a decenio como hacia una catástrofe: inquieta, violenta, atropellada: como un torrente que quiere llegar hasta el final, que ya no se acuerda del miedo que tiene de recordar."

La "solución" de Nietzsche al problema del nihilismo creciente (que consideraba algo muy negativo y destructor para las personas y la sociedad) es el "Superhombre" (Übermensch), pero de este concepto y sus implicaciones no vamos a hablar en este artículo.

Los conceptos de Post-Verdad y Post-Modernidad son en realidad consecuencias de la Post-Historia, o específicamente del Fin de la Historia, y de alguna manera todos los que vivimos actualmente estamos "atrapados" en ella.

Se trataría del triunfo "definitivo" del Nominalismo sobre el Realismo en la multi-milenaria diatriba sobre los "Universales"; así como el triunfo de las tesis anti-Aristotélicas con la negación de cualquier Teleología inmanente en la Naturaleza, con las explicaciones de la Realidad Física en base a "Mecanismos" causales (La Máquina como gran metáfora de la civilización) y que conlleva, necesariamente, a lo que Max Weber llamó el  "Desencantamiento del Mundo" con el sucesivo proceso de creciente "racionalización" fruto de la "urbanización" del ser humano y su acomodo al reinado del Dinero (con el predominio del Hemisferio Cerebral Izquierdo).

Volviendo a Kojève hay que reconocer que siempre fue fiel a sus ideas y de hecho además de desarrollar sus ideas filosóficas alrededor del concepto del Fin de la Historia, se dedicó, durante las últimas décadas de su vida, a hacer realidad lo que él llamaba el Estado Universal y Homogéneo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Kojève comienza a trabajar en el Ministerio de Economía de Francia como Asesor de ese ministerio. Kojève escribió nada más y nada menos que el Plan de Reconstrucción Económica de Francia, desarrolló las Políticas de Devaluación de Francia, negoció, por Francia, el Plan Marshall con los EEUU, y diseñó el Primer Sistema Aduanero del Mercado Común y el primer proyecto de un Banco Europeo de Inversiones.
Los planes de reconstrucción económica de Francia tras la 2ª Guerra Mundial es, en su mayor parte, obra de Kojève, incluyendo la negociación y en buena parte el destino de nada más y nada menos que los fondos del Plan Marshall. En realidad podría decirse que Lula Kojève, ese emigrado ruso, filósofo diletante (no profesional), libertino y seductor, fue, en esa época, una de las personas más poderosas de Francia y una de las que más han influido en el futuro de lo que hoy conocemos como Unión Europea.

De hecho puede considerarse a Kojève uno de los "padres fundadores" de la Unión Europea y uno de los mayores artífices de la conformación de sus instituciones multinacionales, dadas sus increíbles dotes de organizador, de negociador, con sus conocimientos de economía, sociología, filosofía, historia y dotes políticas. Kojève es un personaje histórico gigantesco por su impacto tanto en la intelectualidad europea como por su intervención en la construcción de ese Estado Universal y Homogéneo a que aspiraba que fuese la Unión Europea y de ahí, como modelo a imitar, por el resto del Mundo.

Particularmente creo que la dinámica del cambio en las sociedades puede asimilarse con el comportamiento de los ecosistemas (como metáfora); en ese tiempo (tras la 2ª GM) el "ecosistema" Europeo "llamó" a Kojève para que "colonizase" un sustrato que estaba, de alguna manera "desierto", y fue la persona indicada para dar forma a un proyecto que era, en el fondo, consecuencia de la dinámica del Fin de la Historia en la que él creía profunda y sinceramente y que estaba comprometido en desarrollar.

Aún tendremos que hablar de las dinámicas recientes y cómo, a la luz de la teoría antes expuesta, se podrían explicar los sucesos de las últimas décadas en el Mundo (y también en España, claro), y entonces llegó Mayo de 1968....

MAYO, 1968, PARIS


("¡Está Prohibido Prohibir!", una de las consignas más famosas de las revueltas de Mayo de 1968 en Paris)


Uno de los acontecimientos por el que más ríos de tinta se han derramado en las últimas décadas ha sido el Mayo de 1968 en París, cuando los estudiantes, al principio sólo de la universidad de Nanterre, posteriormente los de la Sorbona y por último de toda Francia, acudieron para sumarse a las protestas, cuyo contenido no estaba articulado alrededor de unas propuestas concretas y su intención no se dirigía (como era el caso de la mayoría de las revoluciones del pasado) a la toma del poder político, como había ocurrido en otros momentos históricos; ahora se trataba de una crítica global, en la calle y a gritos, contra el "Sistema" socio-económico-político imperante.

La protesta de los estudiantes de Nanterre empezó en Marzo de 1968 como lucha contra la segregación sexual que existía en los dormitorios de chicos y los de chicas en esa universidad, donde los chicos no podían acceder a las habitaciones de la zona de las chicas, lo cual les llevó a cuestionar, en general, el autoritarismo represivo de las autoridades universitarias, de esta forma, como protesta, tomaron el edificio administrativo de esa universidad.
El primer paso de esa protesta ya indica que los aspectos relevantes de la futura protesta de Mayo de 1968 serían en buena parte más de índole cultural que de aspiraciones políticas "fuertes" y eso se pondrá de manifiesto tanto en la forma, como en las expresiones mismas de la protesta.

La crítica que se exponían en las protestas y que se discutían en las asambleas iban, por supuesto contra la Guerra del Vietnam (que entonces originaba protestas por todo el mundo y especialmente en los EEUU), contra la sociedad de consumo, contra el imperialismo - colonialismo, contra la sociedad de clases y contra el capitalismo.

Kojève murió de un infarto poco después de las protestas de Mayo del 68, conservando íntegras sus cualidades mentales hasta el último día, y en esos días de Mayo su amigo Robert Marjolin lo llamó alarmado por las luchas entre los estudiantes y la policía en las barricadas del Barrio Latino; como era de esperar Kojève no se alarmó lo más mínimo, para él estas protestas no significaban ninguna alteración en la marcha de "El Fin de la Historia", sino una especie de refuerzo de sus tesis por el aspecto hedonista que percibía en una parte de los contenidos de las protestas y la falta de una actitud "fuerte" en términos de sustitución de las estructuras de poder. 
El tiempo dio la razón a Kojève y lo que hemos visto tras Mayo de 1968 es la marcha acelerada del Fin de la Historia llegando a cada vez más rincones de la Tierra, aunque con matices.

Desde el principio de las protestas de Mayo del 68 puede percibirse, según creo, que algunas de las quejas fundamentales que surgen entre los estudiantes y buena parte de la sociedad es contra lo que Michel Foucault llamó "La Sociedad Disciplinaria" y lo que este autor llamaba "Centros de Encierro" propio de ésta, es decir, aquellas instituciones en los que la sociedad de alguna manera iba "encerrando" a los individuos a lo largo de sus vidas para controlarlos por medio control físico de los cuerpos. Según Foucault eran: La Familia, La Escuela, El Cuartel, La Fabrica, La Cárcel (sólo para algunos), El Hospital.
Acierta Foucault al trazar el origen de esas instituciones "de Encierro" en el Capitalismo incipiente, en particular tras la derrota del Antiguo Régimen (que eran lo que Foucault llamaba "Sociedades de Soberanía") en las revoluciones ilustradas que he mencionado antes, es ahí donde aparecen, prácticamente al unísono, los ejércitos masivos de "ciudadanos" (todos los ciudadanos pasan a ser soldados) y por tanto los servicios militares obligatorios y los cuarteles permanentes, la escuela obligatoria (o casi), las fábricas, los hospitales y las grandes prisiones.
Parece, pues, que lo que surge en Mayo del 68 es el absoluto cansancio social con las instituciones de la Sociedad Disciplinaria, que en esa época estaba ya en decadencia, y se empezaban a construir otro tipo de sociedad, y es que la que se estaba abriendo camino era lo que Gilles Deleuze llamó Las "Sociedades de Control", donde no se requieren los antiguos "Centros de Encierro" y ahora el control se realiza sobre las mentes, predominando el auto-control y la auto-disciplina; una vez en crisis todas las instituciones de la antigua Sociedad Disciplinaria: la familia, la escuela, el cuartel (para todos los ciudadanos), la fábrica, la cárcel, el hospital, pasan ahora a escribirse con minúsculas.

Esta dinámica ya la analicé en un artículo de este blog titulado "Las Sociedades de Control" y no voy a repetir los argumentos ahí expuestos.

En ese tiempo, en Mayo del 68 y otras revueltas similares, se pensaba, creo, que, de alguna forma, el fin de las instituciones de las Sociedades Disciplinarias con su autoritarismo inherente, iba a acabar con el Capitalismo o la sociedad de clases, o las desigualdades, pero nada de eso ocurrió (como ya preveían Spengler o Kojève), y pienso que más bien al contrario, el fin de esas instituciones "de encierro" no han hecho más que acelerar el poder del Dinero en todas y cada una de las facetas humanas, ya que el control ahora se ejerce sobre la mente y los deseos, no sobre el cuerpo y los encierros, y es to es mucho, muchísimo más eficiente.

Todo apunta a que en la "nueva" sociedad post-Histórica lo fundamental del individuo, cada vez más aislado de la Naturaleza, de los otros y de su propio cuerpo, se construye alrededor de un "Núcleo Deseante", a semejanza de la "glándula pineal" donde Descartes pensaba residía la consciencia, y que ahora ese "Núcleo Deseante" se define, a efectos prácticos, como el centro de lo que consiste "ser" en la sociedad de individualismo extremo. Sería el triunfo "definitivo" del Kojeviano "Deseo Luego Existo" como metamorfosis del racionalista "Cogito" Cartesiano.

En esta dinámica del "Núcleo Deseante" del individuo es la que a su vez es creada y fortalece lo que se llama la  "Sociedad de Consumo", donde la mayor parte de las aspiraciones y logros de quizás la mayor parte de la sociedad, se miden por la capacidad de consumir o de poseer bienes que nos aportarán la ansiada "Felicidad", siendo los bienes "de prestigio" la estrategia última para conseguir el "Deseo del Otro" que se manifiesta en poseer aquello que el otro desea tener (como en el concepto de "Deseo Mimético" de René Girard)

Una vez derruidas las grandes "narrativas" colectivas de la religión, la tradición o incluso las ideologías transformadoras del orden socio-económico (como el Marxismo), lo que resta es el cumplimiento de las demandas de ese "Núcleo Deseante" como manifestación del individuo contemporáneo, y donde todas las categorías previas en las que el individuo se "situaba" (identificaba) son puestas en duda, son "superadas" o como se dice en las últimas décadas: "deconstruidas" (Derrida), como por ejemplo las de comunidad, nación, familia, sexo y si atendemos al fenómeno transhumanista es el mismo cuerpo humano el que debe ser  "superado" como sostén final del "Núcleo Deseante", el cual podría ser transferido a una Máquina para continuar allí sus estrategias de Deseo, definitivamente ya "liberado" de la química del carbono, y llevar el propio Deseo hasta el infinito en un mundo virtual construido por éste (El verdadero Cielo Virtual del Transhumanismo).

Como ejemplo del "Cielo Virtual del Transhumanismo" podemos poner el caso del muy premiado y alabado, por el público y críticos, episodio 4 de la tercera temporada (2016) de la serie británica "Black Mirror" que se llamaba "San Junípero", en el que en el fin de sus días una anciana decide "volcar" su consciencia en un gigantesco ordenador para "vivir" para siempre en una aventura con una amante perpetuamente instaladas en la California de los años 1980's, que se corresponden con el ideal de su juventud, en una fiesta eterna.


Contrasta este "ideal" de "Cielo" de Black Mirror con el que, por ejemplo con el de las generaciones del pasado, donde, por ejemplo el estar en ese "Cielo" sin ver a los propios hijos o los padres o hermanos o en general los seres queridos se antoja algo vacuo y que no constituye, per se, algo deseable, incluso con todo el hedonismo que rezuma ese teórico "paraíso".

La clave de la mitología expresada en ese episodio de Black Mirror y en general en otros mitos contemporáneos similares, está en el el llamado "Ideal del Yo", como definición de aquello que, en verdad "somos".
Por ejemplo hay un experimento realizado por los antropólogos en el que si se nos pregunta a nosotros, individuos post-Históricos, que cerremos los ojos y nos imaginemos a nosotros mismos "simplemente existiendo" sin ninguna acción asociada, lo más normal es que la imagen que describamos es algo así  como nuestro cuerpo flotando en el vacío (como una especie de astronauta), en cambio en las culturas tribales o arcaicas, cuando se hace este mismo experimento mental, el estar "simplemente existiendo" la descripción que hacen es que ese "sólo existir" ocurre siempre en compañía de otros, porque esas culturas carecen del Yo "duro", del Yo "fuerte" propio de las culturas post-Históricas (herederas de la Ilustración y su entronación del Individuo), pues esa entronación del Yo, lo que retiene, en el fondo, es la glorificación del "Núcleo Deseante" como ente aislado del resto de la antigua "comunidad" de los otros (que se ha literalmente disuelto en la dinámica histórica capitalista o marxista) y que es lo que en realidad se descarga en el ordenador en ese episodio de Black Mirror.

El Transhumanismo se va volviendo más y más "popular" en todos los ámbitos, como idea de "mejoramiento humano" debido también a la desaparición de cualquier "esencialismo" en la idea de lo que es un "ser humano" y la total ausencia, ya, de cualquier "esencia" que pueda describirlo, por lo que la manipulación genética no implica, "per se", en la sociedad Post-Moderna ningún obstáculo moral o ético salvo más allá en la "forma" en la que esta se realice; es decir, lo deplorable no sería la manipulación genética en sí (no sólo para "curar" sino para "mejorar"), sino si ésta se hace sin respetar los imperativos éticos de "igualdad", "libertad" y "fraternidad", es decir, con igualdad de oportunidades y que no esté controlado por grupos de poder (buena suerte con eso).
Se abre así la posibilidad de un futuro no sólo Post-Modeno, sino al menos teóricamente Post-Humano, donde la ingeniería genética y el acoplamiento a dispositivos cibernéticos (Cyborg), permitan "superar" a la especie Homo Sapiens, por otra con "mejores" cualidades físicas, mentales y "morales" (¿pero con qué criterios?). Siguiendo los dictados, claro, del "Núcleo Deseante".

Por otro lado si pensamos en la caída de la URSS y los otros regímenes comunistas de la Europa del Este, pienso que una explicación plausible de la  causa de su colapso se encuentra en la desafección de la mayoría de la población con el sistema socio-económico y político en esos países, y cuyo origen, pienso, está en la incapacidad de esas organizaciones sociales para "llenar" el ámbito del Deseo al que aspiraban esas poblaciones conocedoras de la forma de vida, por supuesto de forma externa/superficial, de las poblaciones al occidente del llamado Telón de Acero; pues cuando hablamos de Deseo no hablamos, en realidad, de su "consecución", sino de la "posibilidad de su consecución", que es, ciertamente, lo relevante aquí; y la seducción, los señuelos que establece el Mercado son omnipresentes en el Mundo Capitalista y ejercían una atracción irresistible, creo, para las poblaciones del área influencia soviética cuyos sistema económico aún se organizaban alrededor de la satisfacción las "Necesidades", cuando lo relevante, en realidad, son los "Deseos".
Las clases de profesionales bien formados (ingenieros, médicos, abogados, profesores, administradores de empresas públicas, etc...) contribuyeron en buena parte a minar tanto la legitimidad como el funcionamiento general de esa sociedad, ya que percibían como no recompensados sus años de esfuerzo en formación y estudio comparados con los de, por ejemplo otros trabajos manuales que no requerían 
muchos años de estudio, y la comparación en el nivel de vida que tenían en Occidente (economías "de Mercado") en ese tipo de empleos. Porque, ¿no será acaso que las personas en el fondo no persiguen la igualdad completa, sino que en la búsqueda del Deseo del Otro lo que se persigue es, en el fondo, la des-igualdad? (en diferentes formas de prestigio según el "paladar" propio, como el de posesión de bienes, el prestigio intelectual, reconocimiento público, poder y otras formas del hegeliano "Reconocimiento")
Además de lo anterior podemos considerar como otra causa añadida del fin de la URSS y los otros regímenes autoritarios, es que éstos eran aún la Sociedades Disciplinarias,  y ésta, como hemos indicado, estaban llegando a su fin y deben ser sustituidas, en las sociedades contemporáneas, por las Sociedades de Control, donde el control ya no se ejerce por medios coactivos desde el exterior, sino desde el "interior", coacción imbricada ahora en la propia dinámica social.
En realidad ambos fenómenos están relacionados y el fin de las Sociedades Disciplinarias es una  consecuencia de la creciente organización de la sociedad alrededor de los "Deseos", construidos, en las sociedades urbanizadas y, por tanto "abstractas" que se organizan a través del Dinero, con los medios que provee el Dinero.

Puede verse que todo sigue, en realidad, el sendero de "El Fin de la Historia", que ya "ocurrió" en 1806 (según Hegel/Kojève).


EL FIN DEL FIN DE LA HISTORIA


Es preciso decir que no pienso que esta dinámica de la sociedad que he descrito anteriormente me parezca algo "malo" o "lamentable" o que debamos volver (parcial o radicalmente) a dinámicas del pasado, eso, creo, no es ni viable ni siquiera deseable. 
Pienso que las civilizaciones, como he dicho muchas veces en varios artículos, tienen una evolución "orgánica" y los cambios sociales que se dan en ellas se deben a una adaptación a su propia evolución histórica y el contexto en el que se encuentran y van más allá de lo que puedan decidir una pequeña élite, los cambios ocurren a nivel de toda la sociedad y en realidad no hay unos "manipuladores" (con chistera y puro, o no) moviendo los hilos de las "marionetas" (nosotros) para que todo evolucione en un determinado sentido. 
A muchas personas del pasado les parecería ciertamente "lamentable" algunos valores y la forma de vivir y comportarnos en la actualidad, nuestras formas artísticas o la destrucción del medio ambiente que hemos hecho, igual que actualmente nos perecen "lamentables" algunos valores, formas de vivir y comportarse de personas del pasado e igualmente le pasará algo parecido a las personas del futuro con respecto a nosotros,  todo lo cual es natural porque cada uno vivimos un "tiempo" de la historia y es un error hacer demasiadas comparaciones o hacer una lectura maniquea de la Historia en su conjunto (a nivel de sociedad) con Buenos y Malos o como una evolución hacia el Bien o hacia el Mal. Cada tiempo tiene sus aspectos positivos y negativos, lo cual cambia, además, en los grupos humanos que habitan una sociedad en un tiempo, y ver todos los aspectos en conjunto con las "gafas" del presente sería un tipo de "presente-centrismo" a la hora de juzgar todo lo que ha ocurrido y que está imbuido en buena parte del llamado "Mito del Progreso" que cada vez se sostiene, creo, menos (en esta afirmación sigo siendo, claro, un "hijo" de nuestro tiempo).

Por supuesto dentro de las sociedades la variabilidad en la forma de ser, de estar en el mundo, de personas individuales y de grupos minoritarios es inmensa, comparado con lo que creo, son las tendencias mayoritarias de la sociedad. 
Volviendo a la metáfora con la Teoría Cinética de Gases o en general con todos los modelos de la Mecánica de Fluidos, el comportamiento microscópico de los sistemas es muchísimo más complejo que el de los sistemas a nivel macroscópico (valores medios) y aunque se puedan hablar, creo, de determinados aspectos aparentemente a nivel "microscópico", como por ejemplo describir "fuerzas fundamentales" que mueven a los seres humanos, en realidad, al usar la propia descripción de esas "fuerzas fundamentales" estamos (estoy en este caso) usando parámetros culturales, es decir, "fuerzas" que en realidad están actuando en el dominio macroscópico de la sociedad, pero no por ello carecen de capacidad interpretativa de la "trayectoria" del Sistema, sino que al contrario, es gracias a que provienen de un acuerdo "cultural" más o menos inconsciente, que debemos darles el crédito que merecen, no como descripción de aquello que sea, de verdad, el Ser Humano, sino de aquello que describe la evolución de una determinada cultura (el nivel "macroscópico" siempre).
Después de todo las Teorías Científicas hablan sobre todo de los "instrumentos" con los que miramos los fenómenos, pues son esos instrumentos los que nos permiten ejercer control sobre la Naturaleza, no sobre qué cosa sea, en realidad, aquello que miramos. Por ejemplo, ¿alguien podría, por favor, explicarme que "es" la Temperatura?

Siguiendo a otros autores del pasado, cuyas descripciones de la evolución de las civilizaciones me parecen acertadas (con matices), como Ibn Jaldún, o Vico o Spengler o Toynbee; y pienso, como ellos, que hay una evolución "orgánica" de las civilizaciones las cuales, como he dicho en varios artículos, pasan por determinadas etapas que usando el método empírico histórico, parecen haber sucedido, en mayor o menor grado, en todas las grandes civilizaciones del pasado. 
Igualmente todas esas civilizaciones se tenían como algo excepcional y eterno y eran incapaces de percibir que su tiempo pudiese acabarse en algún momento de la Historia, lo cual es comprensible y es exactamente lo que ocurre en nuestra propia civilización; aún más acentuado por el carácter prácticamente global de la nuestra, y es difícil asumir que determinados síntomas preocupantes que se adivinan en el horizonte puedan llevar a nuestra civilización al mismo destino que al resto de las que ocuparon la Tierra en el pasado.

Hacer siempre analogías entre nuestro período histórico actual con el equivalente (o "correspondiente") de otra civilización del pasado siempre es controvertido y por supuesto imperfecto, pues cada civilización tiene sus peculiaridades y mantienen grandes diferencias entre sí, no obstante me podría aventurar a situar a nuestra civilización actualmente en un período equivalente a la primacía del Hedonismo, como filosofía o forma de entender "cómo debemos vivir", como ocurrió en la civilización Greco-Romana o en la civilización India; pienso que en la actualidad nos encontraríamos en el "Pico del Hedonismo" dentro de nuestra civilización, donde todas las tendencias confluyen en alimentar ese "Núcleo Deseante" como continuación de la larga cadena de "liberaciones" que se pusieron en marcha con las revoluciones burguesas potenciadas por el cambio tecnológico; liberación sucesivamente de toda religión, de la sociedad estamental, de la tradición, de las ataduras a la "tribu" local, de cualquier forma autoritaria externa, de la familia extensa, del matrimonio, del imperativo de procrear, del propio género biológico, en general de cualquier determinación biológico-genética (aspiración aún "en proceso"). ¿Pero no contiene acaso esas liberaciones, con toda su parte positiva, una faceta también de "separación", en el sentido de que es difícil concebir las mismas relaciones humanas o las comunidades humanas o la misma relación con la naturaleza sin verdaderas "ataduras"?

Como ejemplo de lo que creo son tendencias hedonistas podemos ver en la actualidad un poco el abandono de ese "voto de pobreza" que caracterizaba, en buena parte, a los líderes de la "vieja" izquierda; y como los representantes de la "nueva" izquierda sólo algunos, y apenas en las formas externas, sostienen ese antiguo voto de austeridad y simplicidad tan caro a las anteriores generaciones como herederas de un tiempo donde se hablaba y se  abogaba por "a cada uno según su necesidad" (Marx), y el uso del ejemplo "vivo" del líder.
En realidad sería un debate bastante interesante el análisis de la relación entre las ideas de Marx y el cristianismo (no teológico), aunque no este el momento de tenerlo.

El tiempo en que vivimos me recuerda, con tremendas diferencias, claro, al del emperador Adriano (76 - 138 d.c.), cuando empieza el "repliegue" del Imperio Romano, cuando se empieza a construir un "Limes" (Frontera) "duro" tanto en Germania, como en Britania, en el Danubio, en África o Asia; y se detiene "en seco" el afán expansivo del Imperio Romano y a partir de ahora se aboga por el "perfeccionamiento" del Imperio dentro de unos límites ahora ya bien definidos, sin afán de extender la civilización romana a otros territorios, aunque interviniendo en éstos por medio de "estados vasallos", por tanto se detiene el afán "universalista", y el Imperio se ve abocado a la defensa de ese mundo que Adriano veía "perfecto" (como nuestro "Jardin" europeo según Borrell) pero ciertamente amenazado. 
El reinado de Adriano es completamente distinto al del belicista y ultra-imperialista Trajano que le precedió, que aún sostenía el ideal "Ecuménico" de Alejandro el Magno con su intento de conquista de Persia y más allá, siguiendo la idea del poeta Virgilio del "Imperium Sine Fine" (Imperio Sin Fin), último "Canto del Cisne" del proyecto expansivo imperial romano y límite máximo histórico de la expansión de ese imperio. A partir de ese momento Roma estaría ya siempre a la defensiva.
Adriano intenta la "paz perpetua", quiere evitar las "guerras eternas" y los conflictos recurrentes porque, entre otras cosas, ve peligrar a la propia sociedad romana como consecuencia de esas luchas que debilitan la economía y todos los aspectos de la sociedad romana.
Adriano pone de moda la barba, en parte por su admiración con la cultura griega, y es el primer filósofo que empieza a "flirtear" con el Estoicismo (aunque sigue siendo primariamente hedonista), y todo esto no es casualidad, sino consecuencia de las crisis anidadas que ya empezaban a pasar factura al Imperio y que en el siglo III d.c. se desatarán con toda su fuerza. El Imperio Romano había cambiado, ya no volvería a ser el mismo y empezaba su larga decadencia que le llevaría a su disolución un par de siglos más tarde.
A Adriano le sucede el emperador Antonino Pío (86-161 d.c.) y a éste Marco Aurelio (121-180 d.c.), y es éste emperador uno de los exponentes principales del Estoicismo, siendo autor de uno de los libros más leídos de la historia: las "Meditaciones".

El Reinado del Deseo en la sociedad tiene sus (serios) problemas, pues en su búsqueda se profundiza en el aislamiento, o podríamos decir, también, que el Reino del Deseo es, en parte, una consecuencia del aislamiento o que ambos se auto-sostienen. Lo cierto es que históricamente la relevancia del Hedonismo como aspiración social más o menos unánime, dura sólo cierto período en las civilizaciones; ocurren en las épocas de máximo esplendor y expansión pero inevitablemente terminan, tanto, creo, por "agotamiento emocional" de la sociedad, como por el empeoramiento de las condiciones socio-económicas (crisis anidadas); o alterando las secuencias causales puede que el empeoramiento de las condiciones socio-económicas sea consecuencia del "agotamiento emocional", y es que en los sistemas complejos es siempre difícil y aventurado discernir la verdadera "causalidad" por eso, creo, es tan fértil la analogía "orgánica" en estas descripciones. 

En ese símil "orgánico" podríamos decir que el "organismo vivo civilización" pasa de una infancia mágico-mitológica, a una juventud hedonista-deseante, de ahí a una madurez estoica (de la "virtud" y del "deber") y por último a una vejez religiosa con la que se prepara para su propio final, lo cual se asemeja a los "ritos de paso" culturales que las personas debían "atravesar" en las  diferentes culturas y sociedades; como es el caso de la Civilización India antigua donde los individuos pasaban por un "Tiempo para el Mundo" y tras alcanzar la madurez entra en el "Tiempo para el Alma" antes del propio final.

En el caso de la Civilización Hindú, es el Budismo el equivalente al Estoicismo romano el que adquiere su relevancia social precisamente en el comienzo de la decadencia de esa civilización y donde más a las claras que en ningún otro proceso filosófico similar se expone, con toda su crudeza, el Problema del Deseo. Aquí, por tanto, tenemos a Siddartha Gautama - Buda que en sus Cuatro Nobles Verdades afirma:

1) El Sufrimiento (Dukkah) es inherente a la existencia en el Mundo.
2) La verdadera causa del Sufrimiento es el Deseo (Tanhá).
3) Se puede extinguir el Sufrimiento extinguiendo el Deseo.
4) A través del "Óctuple Sendero" (Magga) es posible extinguir el Deseo

El "Óctuple Sendero" budista se parece, de hecho, bastante a las propuestas del Estoicismo clásico greco-romano con su llamado a la "Virtud", al "Conocimiento/Sabiduría", ejercer la compasión, y por supuesto el freno a las propias pasiones con el "embridado" del Deseo, y la aspiración a la serenidad, a la calma, pues los deseos desmedidos, a la postre, son el origen del sufrimiento y de la mayor parte de los males de la existencia.

En cuanto al freno del Deseo dice Marco Aurelio en las "Meditaciones":

“Borrar la imaginación, contener el instinto, apagar el deseo, conservar en ti el guía interior.”

En defensa de esa compasión con el Otro, Dice Marco Aurelio en las "Meditaciones":

Como existen los miembros (melos) del cuerpo en los individuos, también los seres racionales han sido constituidos, por este motivo, para una idéntica colaboración, aunque en seres diferentes. Y más se te ocurrirá este pensamiento si muchas veces hicieras esta reflexión contigo mismo. Soy un miembro del sistema constituido por seres racionales. Mas si dijeras que eres parte (meros), con el cambio de la letra «R», no amas todavía de corazón a los hombres, todavía no te alegras íntegramente de hacerles favores; más aún, si lo haces simplemente como un deber, significa que todavía no comprendes que te haces un bien a ti mismo.”

Al igual que en el Budismo la esencia última de la compasión es que provenimos todos de una misma "Unidad Esencial Universal", y que en ambos sistemas filosóficos esa "esencia" toma una forma materialista racionalista y no-metafísica, sino naturalista-panteísta.
Respecto a lo anterior dice Marco Aurelio en sus "Meditaciones": 
Concibe sin cesar el mundo como un ser viviente único, que contiene una sola sustancia y un alma única, y cómo todo se refiere a una sola facultad de sentir, la suya, y cómo todo lo hace con un solo impulso, y cómo todo es responsable solidariamente de todo lo que acontece, y cuál es la trama y contextura.”

Con las sucesivas "crisis anidadas" que empiezan a "morder" el "cuerpo" de la civilización, veo "asomar la patita" a las tendencias estoicas, aún muy minoritarias, claro, pero que auguro que irán ganando adeptos ya que en realidad el Estoicismo (en sus diferentes formas) es una "adaptación" al medio de la civilización y por tanto también de las personas que la habitan y pienso que estamos llegando a una fase en la nuestra donde en un futuro no muy lejano, en vez de a Marx o Rousseau será a Marco Aurelio o a  Epícteto a quien se volverá a leer o, como ya apenas se leen libros, a quienes se "oirá" de alguna manera en las voces que se harán eco de sus ideas, a veces de manera inconsciente.

Estas tendencias marcará el final del "Fin de la Historia" con la retirada del sueño Ecuménico (como el de Alejandro o Trajano) del Estado Universal Uniforme de Kojève y la "retirada" al interior del Limes propio, con construcción de los diferentes "Muros" contra los "bárbaros" en Texas, en el Mediterráneo, en las "provincias" orientales de la UE, mientras comienza el deterioro lento pero constante de las instituciones que hasta ahora daban estabilidad al orden social, y en el exterior del Limes el "Proletariado Externo" (Toynbee) se hace cada vez más hostil al "Imperio" y llama con más fuerzas a su puerta a medida que éstas se cierran más herméticamente.
Internamente la intelectualidad, como reflejo de las tendencias sociales, empezarán a adoptar los modelos estoicos de interpretación de "cómo debemos vivir", lo cual probablemente llegue a proponerse por las mismas élites y gobernantes con desigual fortuna mientras la economía actúe alrededor de la dinámica de la  "Sociedad de Consumo"; y no es hasta que ese tipo de estructura económica termine (que terminará por diferentes motivos) que la sociedad en su conjunto no tendrá "oídos" para esa "música".

Una vez pasada la "Madurez Estoica", si seguimos el "ritmo" de otras civilizaciones del pasado (que sospecho que si), la siguiente fase sería, en la "vejez", la llegada de lo que Spengler llamaba la Segunda Religiosidad, que sería otro mecanismo de adaptación al recrudecimiento de las crisis y la descomposición de las instituciones sociales existentes, buscando una cobertura ante la Helada Cósmica (Sloterdijk).

Sí, efectivamente como pensaba Hegel, creo que el concepto del "Fin de la Historia" es sólo pertinente a una civilización ( o "Espíritu") y en realidad sólo para una determinada fase de la misma donde ese concepto triunfa justo hasta terminar su ciclo expansivo, porque, efectivamente, la Historia nunca se detiene y es en su devenir "orgánico" inevitable que nada se detenga, como no se detiene la vida en su constante ciclo de nacimientos y muertes donde se renueva, una y otra vez, la inmensa riqueza de lo existente, porque es preciso "dejar sitio", dejar que otras formas de ser puedan "ser" y existir ya que es la belleza y su variedad inagotable, creo, la verdadera esencia de lo Vivo.


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