Hace unas semanas apareció en el diario Wall Street Journal un artículo que hacía una comparación entre la educación que las madres chinas (en términos "medios") daban a sus hijos, comparándola con la educación de las madres "occidentales" (se hace hincapié en el término "madres" por que se presupone que normalmente están más implicadas en la educación de los hijos que los padres, aunque el fondo del asunto valdría cambiando la palabra "madres" por "padres" genéricamente hablando)
Pues bien este artículo levantó un gran revuelo, pues la persona que lo escribió (de nombre Amy Chua), china de nacimiento, defiende que la educación "a la china" que ella ha dado a sus hijas es mucho más completa y mejor que la educación que dan a sus hijos las madres occidentales y pone ejemplos claros del mejor rendimiento de los niños educados según este paradigma, respecto a los niños occidentales
Adjunto el enlace a este artículo en inglés aquí
El artículo levantó bastante revuelo en USA y hubo bastante debate a su alrededor, con algunos opinando a favor y otros en contra de esta señora
Hace unos días apareció en el blog de economía "Nada es Gratis" (blog en el que hago comentarios con cierta frecuencia), un artículo de Antonio Cabrales sobre la disciplina en las aulas en España y su efecto pernicioso en el aprendizaje y donde hacía una apología de la educación "a la china" como medio de obtener mejores resultados académicos y, por tanto, jóvenes mejor formados y preparados que al final redundarán en una sociedad más prospera; el artículo se llamaba "Madres chinas y disciplina en las aulas" y dejo su enlace aquí
Usaré el artículo anterior para describir la esencia de la educación que tanto gusta, según parece, a las madres chinas, tratando de ahondar en las raíces históricas, culturales y sociales de esa manera de proceder y aportando mi visión al respecto, evidentemente sesgada por el ámbito cultural en el que se ha formado mi carácter
Voy a hacer referencia a las traduccciones que se hacen en el artículo del blog antes mencionado, como medio de clarificar la esencia de los valores educativos de las madres chinas. Incluyo algunos párrafos al respecto:
Amy Chua (la madre china) dice: “los padres occidentales están preocupados por la psique de sus hijos. Los padres chinos no lo están. Ellos presuponen fuerza, no fragilidad, y como resultado se comportan de manera muy diferente…Los padres chinos exigen calificaciones perfectas porque creen que sus hijos puedan tenerlas. Si su hijo no las tiene, los padres chinos suponen que es porque el niño no trabajó lo suficiente”
“En segundo lugar, los padres chinos creen que sus hijos les deben todo. La razón de esto es un poco confusa, pero es probablemente una combinación de piedad filial confucionista y el hecho de que los padres se han sacrificado y hecho tanto por sus hijos. … De todos modos, es comunmente aceptado que los niños chinos deben pasar su vida pagando a sus padres, obedeciéndolos y haciendo que se sientan orgullosos de ellos”
“En tercer lugar, los padres chinos creen que saben lo que es mejor para sus hijos y por lo tanto pueden pasar por encima de los deseos y preferencias del niño. … ningún niño chino jamás se atrevería a decir a su madre, ‘Tengo un papel en la obra de la escuela, soy el Aldeano Número Seis y voy a tener que quedarme después de clases para ensayar todos los días de 16:00 a 19: 00, y también tendrás que llevarme en coche los fines de semana.’ Dios ayude a cualquier niño chino que intente algo así”
Toda una declaración descriptiva sobre la educación de los niños
Por otro lado, en otra parte del artículo del WSJ se dice lo siguiente:
“En un estudio con 50 madres americanas de origen occidental y 48 madres chinas inmigrantes, casi el 70% de las madres occidentales decía que ‘enfatizar el éxito académico es malo para los niños’ o que ‘los padres tienen que fomentar la idea de que el aprendizaje es divertido’. En contraste aproximadamente el 0% de las madres chinas pensaban eso. En su lugar, la gran mayoría de las madres chinas decía que creían que sus hijos podían ser ‘los mejores’ estudiantes, que los ‘logros académicos reflejan una paternidad exitosa’ y que si los chicos no tenían éxito en la escuela era ‘un problema’ y que los padres ‘no estaban haciendo su trabajo’. Otros estudios indican que comparados con los padres occidentales, los padres chinos pasan aproximadamente 10 veces más tiempo ejercitando actividades académicas con sus hijos.”
Al final del artículo la madre china, a modo de ejemplo, describe las fuertes tensiones que tuvo con una de sus hijas a la que se le "atragantó" una pieza al piano, y esta madre cuenta como tuvo que presionar, gritar, y castigar a su propia hija hasta que consiguió que la niña ejecutara a la perfección esa pieza de música clásica, y lo orgullosa que se siente de haber conseguido que, gracias a esa tenacidad, disciplina y esfuerzo implacables, sus hijas sean ahora unas virtuosas del piano, del violín y de varios instrumentos más
Ahora daré mi visión sobre este tipo de educación y sobre la educación de los niños en general
León Tolstoi (uno de los mayores genios de la historia) dijo la frase: ” el secreto de la vida no está en hacer lo que se quiere, sino en querer lo que se hace…”
El tipo de educación del “linaje” de pensamiento tipo “estoico”, en el que se encuentra la cosmovisión china confuciana y las versiones más puras del puritanismo calvinista, está orientado a generar un tipo de hombre, un tipo de sociedad donde la vida afectiva queda literalmente aplastada bajo el peso de los factores de “responsabilidad”, “disciplina” y “ambición”, en mi opinión particular, desde mi perspectiva (aclimatada culturalmente claro) no me parece en absoluto el camino a imitar
En el universo de los afectos infantiles defraudados o malheridos hay que encontrar el origen del “mal” (entendido como la capacidad de hacer daño voluntariamente a los demás), como dice Shakespeare en el monólogo de inicio de Ricardo III: “….pues ser amado no es posible….determinado tengo ser infame”, y esto es del todo cierto
En la reciente película “Das Weisse band” (la cinta blanca) el autor sitúa, como una de las causas de nazismo, a la educación rígida y muchas veces brutal que recibían los niños alemanes en los años previos a la 1ª Gerra Mundial, y como, en medio de la frustración y el desapego, surge una suerte de odio contenido presto a descargarse en cualquier instante y contra cualquiera (normalmente los débiles) ante las (frecuentes) frustraciones de la vida
Pienso que los niños vienen al mundo con una afán de interacción inmenso, con una deuda de amor en las entrañas, y necesitan la atención, el cariño, el perdón de los padres, para la construcción del apego por los demás, la empatía, para construir una cosmivisión interna que no sea el “mundo de los lobos”
Esto lo sabían los espartanos y deliberadamente arrancaban a los niños de las madres para educarlos en la lucha y conseguir guerreros implacables y fríos (sistema Licúrgeo), como igualmente hacía la clase alta británica con sus “nannys” y tutores feroces que convertían a los niños en seres implacables y con un único fin vital: la ambición. Es así como se sacrifica el hombre al grupo, a la clase, a la sociedad, que atiende al sostenimiento del poder. Este tema lo he descrito con algo más de profundidad en un post que enlazo aquí
Esto lo sabían los espartanos y deliberadamente arrancaban a los niños de las madres para educarlos en la lucha y conseguir guerreros implacables y fríos (sistema Licúrgeo), como igualmente hacía la clase alta británica con sus “nannys” y tutores feroces que convertían a los niños en seres implacables y con un único fin vital: la ambición. Es así como se sacrifica el hombre al grupo, a la clase, a la sociedad, que atiende al sostenimiento del poder. Este tema lo he descrito con algo más de profundidad en un post que enlazo aquí
Otra deriva igualmente nefasta de la educación de los niños, esta más de aquí y ahora, es simplemente el abandono, la desatención, donde la sutileza afectiva de los niños “lee” claramente que son considerados un “estorbo”. Los regalos, juegos electrónicos, las actividades extra-escolares, sólo persiguen alejar a los niños para tener más tiempo libre. Esta forma de ver a los demás se graba en la mente infantil, y genera, en ocasiones una frustración (origen del odio) y en otros casos una suerte de desidia, fatalismo, “abandono del mundo”, desgana; por que el amor al mundo, es un reflejo del amor a nosotros mismos, y si este se pierde o no se desarrolla…
Los psicólogos y pedagogos, recientemente han descrito este síndrome como "proximal abandonment", es decir, literalmente "abandono de proximidad", que significa que los padres están físicamente presentes, pero emocionalmente ausentes, para los niños. Esto tiene un efecto devastador sobre la capacidad de los futuros hombres y mujeres para desarrollar los afectos, y está generando un modelo de relaciones sociales, de sociedad que recuerda a la del "Mundo Feliz" de Huxley
Dicho esto, creo que hay que amar a los niños, “sobre todas las cosas” y sobre esta base, enseñarles el amor al saber, descubrirles sus capacidades, premiarlos, y en ocasiones, con un sentido claro de la justicia y la proporcionalidad, castigarlos. La disciplina tiene que existir, pero debe estar dosificada y deben ser ellos los que la perciban como necesaria
La creatividad descansa, también (como casi todo lo que “tiene sentido”), sobre el amor a lo que se hace, y, como el mismo amor, no puede forzarse; esos niños y niñas chinos serán grandes intérpretes, virtuosos de la técnica a través de su infinito esfuerzo, paciencia y disciplina, pero la creación es otra cosa, y no digamos nada la genialidad; por lo que, es de esperar una "aurea mediocritas" más que un género de creadores en esas generaciones de niños así educados
De estas y otras cosas habló “El Galileo” hace 2.000 años, con un lenguaje diáfano que no debería tomarse como un dogma “religioso” por que habla de verdades eternas del Hombre, créase o no en los Dioses
Por otro lado, el modelo de educación “a la china” se basa en un tipo de sociedad agraria de subsistencia donde los niños son casi como “útiles de labranza” o similar, que le deben todo a los padres y no tienen derecho a nada. Todo ello imbuido en el ámbito cultural del “estoicismo-confuciano” que hacía, por ejemplo, que el infanticidio (sobre todo de las niñas) sea algo aceptado y aceptable, aún hoy día (y si no consultad las extrañas estadísticas de los ratios de población hombre/mujer a lo largo de toda la historia de China)
La “coartada” moral para el asesinato de los niños se basaba, como en otras ocasiones ha ocurrido y sigue ocurriendo, en la consideración del ser humano según sus “atributos”, y por esto, en China se consideraba que un niño hasta los 2 años, como no podía caminar ni hablar, no era en rigor un “ser humano” y su asesinato era moralmente tolerable; aunque los motivos del mismo eran de tipo “utilitarista”, y también por las consideraciones sobre la innata desigualdad humana en la que se basan esas doctrinas (o linajes de pensamiento) que consideran al “destino” (en sentido estoico tal y como lo definía el emperador estoico Marco Aurelio) como la principal fuerza ordenadora del mundo
El materialismo nihilista militarista (como el nazi) también consideraba la pertenencia al ámbito de la “humanidad” según los “atributos”, por lo que era del todo admisible la matanza de los retrasados mentales o los deformes (como se hacía en Esparta), o en general los “untermenschen” (subhumanos)
Igualmente el materialismo nihilista hedonista actual también considera la pertenencia al ser humano según los “atributos” del no nacido aún, considerando que si aún no están formados con suficiente perfección algunos órganos, este “ser” no debe considerarse “humano”. Hay toda una corriente empeñada en alargar el período en que se considera que esos “seres” como no “humanos”, teniéndose esta ampliación del plazo del aborto como un “logro social” y un “progreso” (?), en aras, casi siempre, de consideraciones “utilitaristas” aún de menor peso que las de subsistencia en sociedades agrarias
Hay que tener en cuenta que la insistencia del cristianismo (del cristianismo incluso antes de ser estructura de poder) contra la promiscuidad sexual se basaba en el hecho de que hasta muy recientemente, la única alternativa a la continencia sexual era el infanticidio generalizado, como aquel que se practicaba en Grecia y Roma, que quedó restringido sólo gracias a las leyes Constantinianas que prohibían estas prácticas y otras muchas como el abandono de los niños (los expósitos), la mutilación de esclavos, el rapto de mujeres, etc….
A todos aquello “intelectuales” que añoran el mundo antiguo (a la manera de desfiguraciones como el film Hipatia y similares) no tienen ni idea del “sabor” de la época, de la clase de mundo de lobos que era la Edad Clásica, salvo, eso sí, si eras de los muy pocos aristócratas mantenidos por cientos de esclavos y que, como Aristóteles, consideraban que el esclavo era una “máquina” y no un ser humano, al igual que consideraban a la mujer como un ser inferior (la de la Grecia Clásica era verdaderamente una homosexualidad afectiva no tanto sexual, pues se consideraba a la mujer tan inferior que no era digna de amor afectivo, es decir, entre iguales, como ocurre un poco más atenuadamente en el mundo islámico)
En fin, que el modelo de madre “china” está pensado para otra sociedad, para otra cultura, para otro tiempo, y todo depende del modelo de sociedad que queremos construir, que pienso, en nuestro caso, no es, ni debe ser, ese
Adjunto un terrible vídeo de los estudios sobre el efecto que en los recién nacidos tiene la ausencia de cariño y de amor, la comida y la atención no son suficientes para sostener la vida humana, o para hacer que ésta merezca mínimamente la pena. ¡Que pena!